reseña

Poder obrero es la vía para acabar con violencia antijudía

4 de diciembre de 2023

A continuación publicamos un fragmento de la reseña de La cuestión judía: Una interpretación marxista por Abram Leon. La reseña fue publicada en la edición del 1 de febrero de 2021 del Militante. Ha sido actualizada a raíz de la masacre de Hamás del 7 de octubre.

BY MAGGIE TROWE

El pogromo cometido por Hamás con el respaldo de Teherán el 7 de octubre en Israel en el que fueron asesinadas más de 1,200 personas, abrumadoramente judíos, destrozó la ilusión de muchos de que el virulento odio a los judíos terminó con la caída del régimen nazi hace décadas. O el mito que hoy es solo una cuestión menor.

¿Por qué persiste el odio a los judíos, y cómo se puede erradicar? Este libro, impreso y distribuido activamente desde 1950 por el Partido Socialista de los Trabajadores, responde a estas preguntas y muestra el camino para poner fin a la opresión nacional de los judíos, que, junto con la lucha por la emancipación de los negros, es un componente esencial de la próxima revolución norteamericana.

Abram Leon, un comunista y judío nacido en Polonia, escribió el libro mientras tomaba parte en la dirección del movimiento obrero clandestino en la Bélgica ocupada por los nazis en la década de 1940 antes de ser capturado por la Gestapo y fuera enviado a la muerte en las cámaras de gas de Auschwitz.

En el crisol de la guerra y la agitación prerrevolucionaria,  Leon, quien en su adolescencia había sido dirigente de un grupo juvenil socialista sionista, pasó por una rápida evolución política. “Ante el impacto de la creciente lucha de clases … rompió con la perspectiva política de esa organización y encabezó una lucha para ganar a sus militantes al programa comunista del movimiento mundial dirigido por León Trotsky”, explica la biografía de Leon en el libro. Tenía sólo 26 años cuando murió en 1944.

Nací cinco años después de que seis millones de judíos fueron asesinados durante ese Holocausto organizado por los nazis. Mi padre judío y mi madre cristiana le dieron a su hija amante de los libros El diario de una adolescente por Ana Frank, que narra la historia de una adolescente judía y su familia que estaban escondidos de los nazis en Holanda en 1942. También me dieron La pared, la novela histórica de John Hersey sobre el heroico levantamiento de los judíos en el gueto de Varsovia en 1943. Después de leerlos no podía dejar de pensar en ellos. Me gustó más el de la lucha que el de esperar para morir. Pero ninguno de los dos me ayudó a entender por qué los judíos son perseguidos, ni qué se puede hacer al respecto.

Ésa es la razón más importante para estudiar La cuestión judía.

Capitalistas explotan odio a judíos

Leon explica que “las raíces profundas del antisemitismo del siglo XX” no fueron un fenómeno “alemán” o de “Hitler”, sino un producto del dominio de la clase capitalista y seguirán siendo una amenaza mientras continúen las despiadadas prácticas que dominan las relaciones sociales capitalistas.

Leon narra la relación entre los judíos y las otras clases en las etapas sociales del desarrollo humano previas. Explica que bajo el dominio griego y romano hasta el final de la antigüedad y en la era feudal, los judíos ocuparon un nicho social específico, en el que los comerciantes judíos prosperaban. “Los judíos son históricamente un grupo social con una función económica determinada. Son una clase, o más precisamente, un pueblo-clase”, escribe Leon.

Describe cómo los comerciantes judíos también se convirtieron en prestamistas durante el feudalismo y desarrollaron relaciones económicas con reyes, nobles, artesanos y campesinos y la incipiente burguesía.

¿Qué cambió? El capitalismo surgió para reemplazar al feudalismo como la forma dominante de sociedad de clases y explotación. “Solo a partir del siglo XII, paralelamente con el desarrollo económico de Europa Occidental, el crecimiento de las ciudades y la formación de una clase comerciante e industrial nativa, comienza a empeorar seriamente la situación de los judíos, llevando a su eliminación casi total en la mayoría de los países occidentales”, escribe Leon. “Las persecuciones contra los judíos asumen formas cada vez más violentas”.

A medida que el capitalismo se impuso, comenzó una diferenciación social entre el pueblo judío y, en consecuencia, la desintegración del pueblo-clase. Por primera vez en siglos, se creó una clase trabajadora judía, incluso en el ramo de textiles y prendas de vestir. Y hubo una emigración masiva de judíos particularmente hacia Estados Unidos que huía de la persecución en los países atrasados de Europa Oriental.

“Con la diferenciación social de los judíos, con su integración a la vida económica y con la emigración”, dice Leon, “el capitalismo ha sentado las bases de la solución del problema judío”.

Pero el capitalismo sacudido por crisis no pudo asimilar a los judíos. “La formidable crisis del régimen capitalista en el siglo XX ha agravado la situación de los judíos a un grado inaudito”, escribe Leon. Y los gobernantes capitalistas descubrieron que necesitaban el antisemitismo y el odio antijudío para sobrevivir.

Esto alcanzó un mortal punto culminante con la victoria del fascismo en Alemania y el uso del antisemitismo por ese régimen para ganarse a millones de personas de la clase media arruinada y sectores de la clase trabajadora desmoralizada después de que las oportunidades para una revolución proletaria en ese país fueron destruidas por las políticas contrarrevolucionarias de los estalinistas y socialdemócratas.

Esto condujo a la “solución final” de Hitler.

Aunque el odio antijudío ha disminuido entre el pueblo trabajador actualmente, el antisemitismo sigue siendo una herramienta crucial que emplearán los gobernantes capitalistas cuando la crisis social vuelva a crear un ascenso prerrevolucionario de resistencia obrera. Estudiar el libro de Leon y luchar contra todos los actos de odio antijudío sigue siendo crucial para el movimiento obrero.

Millones de trabajadores deben luchar y alzar su voz contra todas las formas de opresión y explotación bajo el capitalismo, y a la vez seguir un curso de acción que nos lleve a tomar el poder político en nuestras propias manos. Este es el camino para que los pequeños propietarios arruinados vean su salvación en un gobierno de trabajadores y agricultores.

No puede haber una revolución en Estados Unidos sin comprender la cuestión judía y sin luchar contra el odio antijudío, así como el pueblo trabajador en Estados Unidos no puede establecer un gobierno de trabajadores y agricultores capaz de poner fin a la dictadura del capital a menos que la lucha contra la opresión nacional de los 44 millones de africano americanos sea una parte central de la lucha.

Comprender y actuar en la lucha contra el odio antijudío en Estados Unidos, donde hay casi 7 millones de judíos, más que en cualquier otro país, incluido Israel, es una cuestión de vida o muerte para la clase trabajadora.