La lucha para poner fin a la brutal guerra económica, comercial y financiera contra el pueblo cubano de los capitalistas estadounidenses y su gobierno en Washington es de profunda importancia para los intereses de los trabajadores y sus sindicatos. Este embargo punitivo lo imponen con el afán de someter al pueblo trabajador en Cuba mediante el hambre y derrocar la primera revolución socialista en América, un ejemplo para los explotados y oprimidos de todo el mundo.
Durante más de seis décadas, Washington ha causado graves escaseces de combustible, alimentos y medicinas en Cuba, con el fin deliberado de maximizar las dificultades diarias. Su guerra económica para paralizar el desarrollo del país impide que Cuba importe maquinaria, repuestos y otros bienes y exporte lo que produce.
La administración de Donald Trump colocó, y la administración de Joe Biden sigue manteniendo, a Cuba en la lista de Washington de “estados patrocinadores del terrorismo”. Esto impone sanciones adicionales que impiden la asistencia extranjera, limitan el envío de dinero de cubanos en el extranjero a sus familias en la isla y bloquean el acceso de Cuba a la red bancaria internacional.
Estas medidas son las sanciones de mayor alcance jamás impuestas contra Cuba, y se imponen por encima de la ley Helms-Burton firmada por el ex presidente William Clinton en 1996. Permite que ciudadanos norteamericanos que reclamen un vínculo con alguna empresa o propiedad nacionalizada por la revolución puedan hacer demandas para quitarle el control a Cuba de estas, así como para impedir que empresas de otros países mantengan comercio con Cuba.
Contra la voluntad del pueblo cubano, Washington ha ocupado el territorio cubano en la Bahía de Guantánamo durante 120 años, una violación fundamental de la soberanía del país. Mantiene ahí una base militar y una infame prisión.
A pesar de la intensificación de la guerra económica de los gobernantes norteamericanos contra Cuba, el pueblo trabajador cubano se niega a ceder. Armas en mano repelió una invasión mercenaria en Playa Girón en 1961. Han resistido firmemente el embargo de Washington desde que fue impuesto hace más de 60 años.
Desde entonces, todas las administraciones norteamericanas, tanto demócratas como republicanas han impuesto el embargo. Ambos partidos sirven a los intereses de los capitalistas estadounidenses. La misma clase que está librando un ataque implacable contra los salarios, las condiciones laborales y los derechos políticos de los trabajadores en este país, nunca perdonará a los trabajadores cubanos por derrocar el régimen capitalista y dar un ejemplo a los trabajadores en todas partes.
Más importante aún, los trabajadores aquí necesitan construir un partido para avanzar en el mismo rumbo revolucionario liderado por Fidel Castro y el Ejército Rebelde en Cuba: llevar a la clase trabajadora al poder. Forjar un partido que dirija una revolución socialista en Estados Unidos es el camino para derribar el último imperio imperialista del mundo.
¡Ayude a difundir la verdad sobre la revolución socialista de Cuba! Convenza a sus compañeros de trabajo y su sindicato a que exijan el fin inmediato e incondicional del embargo de Washington. ¡Saquen a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo! ¡Devuelvan Guantánamo al pueblo cubano!