EDITORIAL

Se necesita una revolución para liquidar odio a judíos

19 de febrero de 2024

Si bien las luchas en Estados Unidos y en todo el mundo pueden exponer y asestar golpes cruciales al  odio contra los judíos, este continuará existiendo mientras las causas subyacentes sigan sin resolverse. Esto requiere movilizar a millones en la clase trabajadora para derrocar el dominio capitalista y reemplazarlo con el poder obrero. Esto abrirá la puerta para acabar con la explotación y opresión de la inmensa mayoría por parte de los capitalistas.

Es aquí, en el corazón del último imperio del mundo, donde se librará la lucha decisiva que decidirá qué clase contralará el poder y la cuestión judía podrá resolverse para siempre.

Combatir el odio a los judíos ocupa un lugar permanente y decisivo en la lucha de clases. La Asociación de Maestros de Newton sentó un poderoso ejemplo cuando se pronunció condenando las acusaciones de que Israel es culpable de llevar a cabo un “genocidio”. Explicó que una acusación falsa solo “provocará más antisemitismo”.

Todas las cuestiones políticas son cuestiones de clase, y los sindicatos deben abordarlas. Los maestros de Newton son un ejemplo para todo el movimiento obrero.

La guerra de Israel para derrotar a Hamás tiene como objetivo impedir que el grupo de asesinos respaldado por Teherán lleve a cabo más masacres de judíos. Su victoria sirve los intereses de los trabajadores de todo el mundo, incluidos los de Gaza, y es fundamental para la lucha para hacer retroceder el odio a los judíos hoy en día.

Mucho antes de la masacre de Hamás el 7 de octubre, la demagogia antisemita se estaba extendiendo entre los liberales burgueses y la izquierda de clase media en Estados Unidos y otros países imperialistas. A medida que la crisis del capitalismo sigue arruinando a capas cada vez más profundas de la clase media, algunos recurrirán a culpar a los judíos como chivos expiatorios por su miseria, incluidos muchos que se autodenominan socialistas. Adolfo Hitler reclutó entre estos socialistas para forjar el Partido Nazi en Alemania.

“El capitalismo en la actualidad es el mismo orden global que es responsable de la ruina económica y social, las guerras sangrientas y los movimientos genocidas de la primera mitad del siglo XX”, escribe el líder del Partido Socialista de los Trabajadores, Dave Prince, en su introducción a La cuestión judía: Una interpretación marxista de Abram León.

Sectores de la clase dominante en Estados Unidos recurrirán a las fuerzas fascistas cuando sientan que su dominio está amenazado a medida que las luchas de la clase trabajadora se hagan más fuertes y con más consciencia de clase. Financiarán a matones fascistas para intentar aplastar a los sindicatos y atacarán a los líderes de la clase trabajadora para eliminarlos. Utilizarán la bandera del odio a los judíos para intentar dividir y conquistar.

Pero el inmenso poder de la clase trabajadora puede movilizarse para enfrentar y derrotar a las fuerzas de la reacción. Tendremos nuestra oportunidad de tomar el poder. Asegurar victorias decisivas requiere unir y organizar a los trabajadores hoy para luchar por nuestros propios intereses de clase y los de todos los que son explotados y oprimidos por el capital. Sobre todo, requiere construir un partido que sea de la clase trabajadora en cuanto a programa, composición y conducta para dirigir a los trabajadores a conquistar el poder político. La revolución socialista viva en Cuba demuestra que esto no solo es necesario, sino posible.

Forjar un liderazgo de la clase trabajadora en Estados Unidos requiere que los trabajadores rompan con el Partido Demócrata y el Republicano, los partidos de los gobernantes imperialistas, y construyamos nuestro propio partido, un partido con la audacia de dirigir a millones de personas a derrocar el dominio de la clase explotadora, reorganizar la sociedad de arriba a abajo y unirse a la lucha mundial por el socialismo.

Esto abrirá la puerta para erradicar el odio a los judíos y todas las demás abominaciones engendradas por el capitalismo despiadado.