Editorial

Revolución Cubana muestra cómo derrotar a los ciclones

21 de octubre de 2024

Cuba es el único país del mundo con un gobierno que moviliza el poder de su pueblo trabajador para combatir los efectos de los huracanes y otros desastres naturales. En marcado contraste con Washington, utiliza todos los recursos de la sociedad y una cultura de solidaridad obrera para garantizar que nadie quede abandonado a su suerte. Las víctimas y la destrucción se mantienen al mínimo. Cuando las tormentas azotan la isla, el pueblo cubano es organizado para prepararse, resistir y luego reconstruir.

No hay otro país con un gobierno capaz de impedir que los desastres naturales se conviertan en catástrofes sociales. Eso se debe a que el pueblo trabajador de ese país hizo una revolución socialista. Dirigidos por Fidel Castro, en 1959 derrocaron la dictadura respaldada por Washington de Fulgencio Batista y tomaron el poder político. Desarraigaron la explotación capitalista, organizaron una reforma agraria profunda, movilizaron a miles de jóvenes voluntarios para eliminar el analfabetismo y nacionalizaron la industria. En el proceso de hacer estas transformaciones, los trabajadores se transformaron a sí mismos y descubrieron sus propias capacidades.

Cuando el huracán Matthew azotó Cuba en 2016, más de un millón de personas fueron rescatadas y albergadas. Los trabajadores aunaron esfuerzos para hacer lo necesario, respaldados en cada paso por su gobierno. Nadie murió.

Antes de  que llegara la tormenta, se movilizaron brigadas de electricistas y soldados a la región amenazada para estar preparados a iniciar las reparaciones inmediatamente después. La población recibió suministros para la reconstrucción de sus hogares a mitad de precio y se ofrecieron préstamos a largo plazo con bajo interés. Los más necesitados recibieron los materiales gratuitamente.

En cambio, las prioridades de los gobernantes capitalistas norteamericanos, impulsadas por las ganancias, y las condiciones que le imponen a los trabajadores, garantizan que todos queden abandonados a su suerte. Y a pesar de los actos heroicos de solidaridad demostrados por trabajadores que se ayudan entre sí, nuestra clase sufre estragos y miseria cuando se producen desastres naturales. Eso seguirá siendo así hasta que los trabajadores establezcamos nuestro propio gobierno.

Muchos agricultores han quedado más cerca de la ruina con sus cosechas destruidas por el huracán Helene. Las autoridades dicen que los sistemas de agua en algunas partes de Carolina del Norte tardarán semanas o más en repararse. Al cierre de esta edición, 1.5 millones de personas siguen sin electricidad.

La falta de preparación y la lenta respuesta a la tormenta de los gobernantes capitalistas de Estados Unidos ponen de relieve su falta de interés en las vidas de los trabajadores. En el condado de Wakulla, Florida, los residentes estaban bajo órdenes de evacuación. Pero la oficina del sheriff del condado no hizo ningún esfuerzo por evacuar a los prisioneros de la Institución Correccional de Wakulla.

Sólo tomando el poder político en nuestras propias manos los trabajadores podemos establecer un gobierno basado en una perspectiva de clase diferente. La Revolución Cubana muestra lo que el poder obrero hace posible. Estudiar cómo se hizo esa revolución es una preparación vital para organizar una vanguardia en Estados Unidos que dirija a decenas de millones de trabajadores aquí para conquistar el poder, reconstruir la sociedad en interés de la gran mayoría y unirse a la lucha por un mundo socialista.