El derrocamiento de la dictadura de Bashar al-Assad en Siria ha hecho trizas gran parte del “eje de resistencia” organizado por los gobernantes capitalistas de Irán para expandir su poder en todo el Medio Oriente y eliminar a Israel.
Esto es una consecuencia directa de los golpes asestados por Israel a Hezbolá en Líbano y la destrucción de gran parte de las defensas aéreas de Teherán, y la destrucción de Hamás en Gaza. La lucha de Israel para defenderse como refugio de los judíos y evitar otro Holocausto ha abierto espacio para que los trabajadores en Siria y otros lugares impulsen sus propios intereses.
Sin la bota de Assad en el cuello y miles de personas liberadas de sus prisiones, millones de sirios celebraron. El pueblo trabajador tiene grandes expectativas. Después de 50 años de tiranía de la familia Assad y 13 años de guerra, alrededor del 75% del pueblo sirio vive con 3.65 dólares al día o menos.
Los trabajadores también enfrentan la intervención de gobiernos capitalistas rivales, desde Washington hasta Turquía y otros. Cada uno promueve sus propios intereses económicos y políticos. Queda por ver si la heterogénea coalición rebelde puede formar un gobierno viable y cuáles serán las fuerzas extranjeras con más influencia.
El control del poder por parte de Assad se desintegró cuando ya no pudo contar con los miles de matones de Hezbolá, tropas iraníes y apoyo aéreo ruso que acudieran a su rescate. Con el apoyo de Turquía, una coalición rebelde, dirigida por el grupo islamista sunita Hayat Tahrir al-Sham, obligó a Assad a huir.
Tahrir al-Sham presenta a la coalición rebelde como moderada, en un intento para obtener ayuda económica y que Washington y otras potencias imperialistas cesen sus sanciones. Promete respetar a las minorías religiosas y étnicas (alauitas, cristianos, drusos, kurdos y otros) bajo el régimen islamista.
Los diplomáticos turcos fueron los primeros en reunirse con Ahmad al-Sharaa, líder de Tahrir al-Sham, en Damasco. Ankara había estado suministrando electricidad al bastión rebelde en Idlib, en el norte de Siria, y está extendiendo las líneas eléctricas hasta Alepo.
Delegación de EEUU en Damasco
Una delegación estadounidense de alto nivel se reunió con al-Sharaa en Damasco el 20 de diciembre. “Fue una buena reunión”, dijo Barbara Leaf, responsable del Medio Oriente en el Departamento de Estado. Washington retiró la “recompensa” ofrecida por la captura de al-Sharaa, aunque Tahrir al-Sham sigue en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado.
Antes del derrocamiento de Assad, Washington aumentó el número de tropas estadounidenses en Siria de 900 a 2,000, estacionadas principalmente con las fuerzas kurdas en el noreste. Tienen como fin defender los intereses imperialistas norteamericanos, no la defensa de las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos, que han sido atacadas por las fuerzas gubernamentales pro-turcas.
Delegaciones de otros gobiernos también se han reunido con líderes del gobierno de transición. El nuevo ministro de asuntos exteriores de Siria ha sido invitado para conversaciones por Arabia Saudita.
Moscú todavía tiene una base naval clave y una base aérea en la costa mediterránea de Siria. “No queremos que Rusia salga de Siria de la forma en que algunos desean”, dijo al-Sharaa al canal de televisión Al-Arabiya. Moscú había sido un apoyo militar clave para la dictadura de Assad. Al-Sharaa señaló que “todas las armas de Siria son de origen ruso y muchas plantas de energía son manejadas por expertos rusos”.
Kurdos, líderes islamistas dialogan
El Ejército Nacional Sirio —creado por Turquía y parte de la coalición rebelde— ocupa territorio sirio a lo largo de la frontera norte, con el objetivo de acorralar a las Fuerzas Democráticas Sirias. Ankara acusa a las FDS de respaldar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, un grupo armado kurdo en Turquía.
Los kurdos —unos 30 millones de ellos en Iraq, Irán, Siria y Turquía— son una nacionalidad oprimida. Los gobernantes turcos temen que los avances de los kurdos en Siria fortalezcan la lucha de los kurdos en Turquía por sus derechos nacionales.
Al-Sharaa dice que quiere disolver todos los grupos armados y crear un nuevo ejército nacional, incluidos los kurdos. Las FDS y el nuevo gobierno celebraron una “reunión preliminar” el 30 de diciembre.
“No queremos ningún conflicto ni con Israel ni con nadie más”, dijo al-Sharaa a la prensa.
El gobierno israelí se muestra escéptico acerca de la transformación de Tahrir al-Sham. Aisha al-Dibs, directora de la Oficina para Asuntos de la Mujer del nuevo régimen, ha elogiado el pogromo de Hamás el 7 de octubre.
A los dirigentes israelíes también les preocupa la creciente influencia de Ankara en Siria. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha denunciado la guerra de Israel contra Hamás y tiene vínculos con la Hermandad Musulmana, al igual que Hamás. Al mismo tiempo, Ankara todavía mantiene algunas relaciones diplomáticas con Israel.
Cientos de cristianos marcharon por Damasco en la víspera de Navidad después de que ocho combatientes islamistas destrozaran un árbol de Navidad en la ciudad de Suqaylabiyah. Pidieron el fin de la “injusticia y el sectarismo contra los cristianos”.
Los líderes rebeldes y los clérigos islámicos se reunieron rápidamente con el párroco Maher Haddad. El árbol fue restaurado y los vándalos arrestados.