Sindicato hace logros, más fuerte tras huelga en Milk‑Bone

Por Candace Wagner
13 de enero de 2025

BUFFALO, N.Y. — Los 165 miembros del Local 36G del sindicato de trabajadores de panadería BCTGM en la fábrica Milk-Bone, propiedad de J.M. Smucker, regresaron a trabajar el 2 de enero tras siete semanas de huelga. Los trabajadores votaron a favor de aceptar un contrato de tres años que incluye un aumento salarial y rechaza algunas de las demandas de la empresa de que los miembros del sindicato paguen más por el seguro médico.

Recibirán un aumento salarial de 2.25 dólares por hora en el primer año y 1.75 dólares en cada uno de los dos años siguientes. Según los huelguistas, este aumento, de 20%, es el más grande que han recibido hasta ahora.

Steve Palumbo, delegado sindical principal, dijo que los aumentos en las primas médicas ahora están limitados al 10% anual. “La oferta original no tenía límite, por lo tanto la empresa podría haberlo aumentado lo que quisiera”.

El contrato fue aprobado con 82 votos a favor y 57 en contra. “Con 25 votos de diferencia”, dijo Palumbo. “Algunos estaban dispuestos a continuar la huelga, otros vieron la realidad de lo que perderíamos, y fue duro antes de las vacaciones”.

“Tenemos que respetar la votación, fue un voto democrático del sindicato”, dijo Tony Serra, uno de los capitanes de las líneas de piquetes, al Militante. “No tenemos que estar de acuerdo con ella. La línea de piquetes fue fuerte”.

La solidaridad es crucial

“La SOLIDARIDAD del movimiento sindical fue vital para esta victoria”, dijo Anthony Shelton, presidente internacional del sindicato BCTGM. Al hablar con los huelguistas aquí me di cuenta que así fue.

“Cuando salimos en huelga”, dijo Serra, “la solidaridad fue fenomenal. Los conductores de los autobuses escolares fueron geniales. No ganan mucho dinero, pero siempre traían donuts”.

Los miembros del sindicato ferroviario que trajeron dos vagones de harina al comienzo de la huelga se negaron a descargarla en la planta, dijo Serra. Dos semanas después, se llevaron los vagones todavía cargados.

“Recibimos más donaciones de alimentos de los que podíamos comer. Alimentamos a los vecinos”, dijo Cathy Kennedy, una trabajadora con 21 años en la planta.

Melissa Straubel, presidenta de la junta ejecutiva del Local 81 del BCTGM en una panadería de Sara Lee en Traverse City, Michigan, y Shantel Myers, secretaria de actas del local, condujeron nueve horas para llevar un auto lleno de suministros a la línea de piquetes a fines de noviembre. Los miembros del Local 81 vendieron boletos para una rifa en el trabajo, recaudando más de 900 dólares.

“Organizar la solidaridad con la huelga en Milk-Bone realmente nos unió en el Local 81. Nos abrió las puertas para hablar con nuestros compañeros de trabajo sobre la huelga”, dijo Straubel al Militante. “No se dieron cuenta de lo grande que es el sindicato BCTGM y cómo podemos apoyarnos mutuamente. Reclutamos a más personas al sindicato gracias a esto”.

“He sido miembro del BCTGM por 38 años”, dijo Serra. “Esta solidaridad me abrió los ojos, nunca había visto esto antes. A la próxima huelga que vaya en Buffalo, llevaré algo para ellos”. Kennedy y Serra coincidieron en que la huelga había fortalecido al Local 36G. “En la fábrica no todos éramos amigos, pero nos juntamos todos en la línea de piquetes”, dijo Kennedy.

“Uno de nuestros miembros me dijo que porque todos habíamos salido juntos en huelga y nos mantuvimos unidos y luego votamos, ahora debemos regresar a trabajar unidos”, dijo. “Estoy de acuerdo con eso”. Steve Palumbo le dijo al Militante, “esta huelga nos pone en una situación más fuerte al final de este contrato en tres años”.