Golpes de Israel a Teherán y sus aliados impulsan lucha contra odio antijudío

Por Seth Galinsky
20 de enero de 2025

Las fuerzas israelíes han asestado duros golpes a Hezbolá en Líbano, a Hamás en Gaza y al sistema de defensa antiaérea de Teherán. Estas victorias fueron posibles gracias a que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se negó a ceder a la presión de la administración del presidente Joseph Biden para limitar sus acciones contra estas fuerzas militares; y al amplio apoyo que recibió en Israel a este curso y a la moral de los soldados israelíes, que comprenden lo que está en juego.

Esto ha impulsado la defensa de Israel como refugio para los judíos y para evitar más pogromos y otro Holocausto, pero la guerra está lejos de terminar. El reaccionario régimen burgués de Irán está avanzando hacia la fabricación de una bomba nuclear, algo que Netanyahu ha dicho que Israel no permitirá. Los hutíes en Yemen continúan disparando misiles balísticos contra Israel.

A fines de noviembre, el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán informó que Teherán había puesto en funcionamiento varios miles de centrifugadoras nuevas, lo que permitiría producir uranio enriquecido a niveles cercanos a los necesarios para la fabricación de armas. Si tan solo una ojiva nuclear iraní lograra atravesar las defensas antimisiles de Israel, sería devastador. Diez millones de personas viven en Israel, entre ellos casi la mitad de los judíos del mundo, en una área más pequeña que Vermont.

El Canal 12 de noticias de Israel informó el 29 de diciembre que computadoras capturadas en Gaza muestran que Hamás y Teherán habían estado preparando el pogromo del 7 de octubre de 2023, que mató a 1,200 personas, durante al menos siete años. Hamás penetró las cámaras de seguridad israelíes de la frontera. Tenía las direcciones de las personas que planeaba atacar, así como de escuelas y clínicas médicas.

El pogromo pretendía ser el inicio de la batalla para destruir a Israel y expulsar o matar a todos los judíos.

Israel: un refugio para los judíos

El primer ministro israelí abordó algunas de estas cuestiones centrales en una entrevista publicada en el Wall Street Journal el 21 de diciembre. Al describir una etapa crucial en la guerra contra Hamás, Netanyahu dijo que funcionarios estadounidenses “me dijeron: ‘Si vas a Rafah, estarás solo y no te enviaremos las armas esenciales’”.

“Pero si no entramos en Rafah, no podremos existir como estado soberano. Nos convertiremos en un estado vasallo y no sobreviviremos”, dijo Netanyahu. “La cuestión de las armas se arreglará sola, pero la cuestión de nuestra independencia, no. Ese es el fin de Israel”.

El objetivo de Washington no es defender a los judíos, sino la estabilidad para sus propios intereses económicos y políticos imperialistas, incluso la meta de la administración Biden de mejorar las relaciones con Teherán. Netanyahu, un político capitalista, busca la ayuda imperialista estadounidense, pero entiende que, si Israel quiere sobrevivir, debe estar dispuesto a luchar por su cuenta.

Las Fuerzas de Defensa de Israel ocuparon Rafah con un mínimo de bajas civiles palestinas, pese a las predicciones de Washington de 20 mil muertos. Israel procedió después con ataques sorpresa contra Hezbolá en Líbano, también a pesar de las objeciones de Washington.

En el seno del alto mando del ejército, las agencias policiales y en partidos políticos rivales existen elementos que miran hacia el imperialismo estadounidense, con la esperanza de que “corrija” a Netanyahu. Presionan al gobierno israelí para que se alinee más estrechamente con la política exterior de los gobernantes estadounidenses.

La entrevista del Journal ayuda a aclarar lo qué está detrás de la actual cacería de brujas contra Netanyahu, quien está siendo juzgado por presunta corrupción. Uno de sus asistentes, Eli Feldstein, el soldado Ari Rosenfeld y otros tres soldados han sido arrestados acusados de robar documentos clasificados que altos funcionarios habían ocultado de Netanyahu.

El principal documento “altamente clasificado” entregado al tabloide alemán Bild ¡era un informe de funcionarios de Hamás encontrado en la computadora del líder de Hamás, Yahya Sinwar! Demuestra que Hamás no estaba interesado en un acuerdo para liberar a los rehenes, sino en utilizarlos a ellos y a sus familias para aumentar la presión internacional sobre Israel para que pusiera fin a la guerra, dejando a Hamás intacto para más pogromos.

Durante años, el gobierno capitalista de Israel ha sido responsable del trato desigual al que son sometidos los ciudadanos árabes de Israel. Pero una encuesta reciente muestra que el 57.8% de los ciudadanos árabes de Israel, incluidos musulmanes, drusos y cristianos, creen que la guerra contra el “eje de resistencia” de Teherán ha creado un sentido compartido del destino entre judíos y árabes.

La derrota decisiva de Hamás y Hezbolá y de los planes de Teherán de destruir a Israel pueden abrir aún más las puertas a la acción común de los trabajadores de todas las nacionalidades y creencias religiosas en toda la región, un camino necesario para avanzar.