Arte de reos de Guantánamo induce amenazas de Washington

Por Emma Johnson
15 de enero de 2018

NUEVA YORK — Una fascinante exhibición de 36 pinturas, esculturas y dibujos realizados por reos en la prisión militar norteamericana en Guantánamo ha enfurecido tanto al Pentágono que las autoridades han decidido confiscar las obras de los reclusos, alegando que es propiedad del gobierno. Han prohibido la salida de más obras de arte de la prisión y los detenidos que sean liberados no podrán llevarse sus obras.

Las severas medidas empezaron después que la exposición de las obras de ocho presos comenzó a ganar atención nacional e internacional. Además de hacer público el arte, la exposición también expone el tratamiento brutal y deshumanizante de los prisioneros por parte de Washington.

“Oda al mar: arte de la Bahía de Guantánamo” se inauguró en la Universidad de John Jay el 2 de octubre y se exhibirá hasta finales de enero. Las obras fueron creadas en Guantánamo entre 2010 y la actualidad. Cuatro de los artistas prisioneros han sido liberados desde entonces. Insto a los lectores a que vayan a ver la exhibición.

El programa de arte en la prisión en Guantánamo comenzó en 2009. El Pentágono pretendía distraer a los prisioneros para que no protestaran contra los abusos y conflictos con los guardias.

Cuando los reclusos eran trasladados de sus celdas para las clases de arte, eran esposados y registrados. Al llegar, eran registrados nuevamente. Luego les quitaban los grilletes de las manos, pero no los de las piernas.

En 2013, cuando una huelga de hambre contra las opresivas condiciones llegó a involucrar a 100 de los 166 detenidos en aquel entonces, Washington ordenó una redada del campamento. Los soldados incautaron las obras de arte y los documentos legales. Eventualmente, los documentos fueron devueltos, pero nunca las pinturas.

El fascinante mar

Como muchas de las obras producidas por trabajadores presos, la mayoría de las pinturas realizadas en Guantánamo muestran escenas del exterior. La gran mayoría de las pinturas exhibidas en John Jay están relacionados con el mar —tormentas de mar, barcos, puentes, playas, naufragios, litorales y faros. Un ensayo incluido en el catálogo de la exposición escrito por Mansoor Adayfi explica por qué. Adayfi es un ciudadano yemení que estuvo encarcelado en Guantánamo desde que se creó el campamento en 2002 hasta 2016. Luego fue enviado a Serbia.

Describe cómo los detenidos fueron trasladados del avión a la prisión, amordazados, con los ojos vendados y esposados. No tenían idea de dónde estaban. Pero podían oír el mar. Algunos de ellos eran afganos, que nunca habían visto el mar. Lo único que sabían es que “era mucha agua que mataba y se comía a la gente”, escribe. “Tratamos de explicarles” pero “eso los hizo tener más miedo”.

Sus interrogadores usaron este miedo para amenazarlos. Les decían: “Cuando terminemos contigo, te llevaremos al mar y te arrojaremos allí”.

Los detenidos que llegaron posteriormente les dijeron que estaban en la Base Naval de Guantánamo. Un territorio ocupado por Washington contra la voluntad del pueblo cubano y de su gobierno revolucionario.

Las vallas de alambre de púas que rodeaban el campo de prisioneros estaban cubiertas con una lona verde para evitar que los prisioneros vieran el mar que estaba a solo unos cientos de metros de distancia. Se acostaban en el piso para mirar por el pequeño espacio debajo de la lona. Entonces los guardias cerraron ese espacio también. Se subían para ver por encima de la lona, y los guardias aumentaron la altura de la cerca.

En 2014 llegaron noticias de que un huracán se dirigía hacia Cuba. La administración del campamento decidió que tenían que quitar la lona.

“Todos miramos en una dirección: hacia el mar. Se sintió como un poco de libertad, el verlo”, escribe Adayfi.

La cerca estuvo sin lona durante cuatro días y los detenidos comenzaron a hacer arte sobre el mar. Algunos escribieron poemas. Y todos los que podían dibujar, dibujaron el mar.

“La mayoría de estos dibujos tardaron meses en completarse y meses en aprobarse. Fueron registrados, escaneados y detenidos. Como nosotros”, dice Adayfi. “Estas pinturas hicieron un viaje largo y difícil para llegar a ustedes. Para conocerlos. Deja que el mar te recuerde que somos humanos”.

Un total de 780 personas han sido detenidas en Guantánamo. De ellas, 731 nunca fueron acusadas o condenadas, pero estuvieron encarceladas en condiciones infrahumanas durante años, algunos por más de una década. De los 41 hombres detenidos allí actualmente, supervisados y custodiados por 1 500 soldados y personal, solo 10 han sido acusados o condenados.

El comandante Ben Sakrisson, portavoz del Pentágono, dijo al New York Times el 27 de noviembre que los altos mandos se enteraron de la exhibición a través de los medios de comunicación. Informes noticieros dijeron que el Pentágono amenazó con destruir las obras de arte y ordenar el desmontaje de la exhibición. Esto trajo más atención y cobertura en los medios.

El 28 de noviembre la coronela del ejército Lisa García, del Comando Sur de Estados Unidos, encargado de supervisar la prisión, dijo al Miami Herald que el comando ahora recomienda que la prisión “archive” las obras de arte en vez de destruirlas.