LAS VEGAS, Nevada — El juicio amañado de Cliven Bundy, sus hijos Ammon y Ryan y su partidario Ryan Payne fue declarado nulo por la jueza federal Gloria Navarro el 8 de enero. El dictamen “con prejuicios”, especifica que el gobierno no puede presentar los mismos cargos contra los acusados.
Alrededor de 125 personas llenaron la sala del tribunal y salieron al vestíbulo para celebrar con Bundy, los otros acusados y sus familiares.
La batalla legal se remonta a las protestas en abril de 2014 contra la incautación por la fuerza del ganado de Bundy en Bunkertown, Nevada, por agentes federales.
Cientos de simpatizantes se movilizaron y obligaron al Buró de Administración de Tierras (BLM) y agentes del FBI a desistir. Recibieron apoyo por todo el estado y en otras partes. Bonnie McDaniel le dijo al Militante que ella y un grupo de Las Vegas “fuimos a Walmart y compramos ropa, comida —casi vaciábamos la tienda— y luego llenábamos nuestra camioneta e íbamos a Bunkerville para apoyarlos”.
Ocho de los 12 jurados y cuatro suplentes asistieron a la audiencia. Algunos llegaron a admirar a los ganaderos y a desconfiar del gobierno.
“El último testigo que tuvimos fue un guardabosques del BLM”, dijo un miembro del jurado al Las Vegas Review-Journal, “y no creo en absoluto que sus respuestas fueron muy honestas.”
La jueza Navarro señaló la “mala conducta flagrante” y “prejuicio sustancial” por parte de los fiscales y el FBI al no revelar evidencia clave a la defensa. “La conducta del gobierno en este caso fue verdaderamente escandalosa”, dijo Navarro.
“He sido un preso político durante exactamente 700 días hasta hoy”, dijo Cliven Bundy afuera del tribunal. “Llegué a este tribunal como hombre inocente y saldré como hombre inocente”. Recalcó que el tema central de su lucha es el derecho de los ganaderos y agricultores a tener acceso a la tierra.
“Todos los que están en la cárcel no han recibido un juicio justo”, dijo a la multitud Kelli Stewart, una partidaria de los Bundy de Oregón.
Dio como ejemplo a Dwight Hammond y su hijo Steven, dos ganaderos de Oregón encarcelados por haber iniciado dos incendios controlados en su rancho, una práctica común en las fincas ganaderas. Fueron acusados de cargos falsos de “dañar maliciosamente” propiedades federales y enjuiciados bajo la Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva de 1996.
“Hasta hace unos cuantos años en el condado de Clark había 53 rancheros. Solo queda uno, Cliven Bundy,” dijo a la multitud John Lamb, quien viajó desde Montana con su esposa y 11 niños para estar en la audiencia. “Hay otros cuatro acusados aún en espera de juicio, Joel O’Shaughnessy, Jason Woods, Dave Bundy y Mel Bundy.”
Ammon y Ryan Bundy fueron declarados inocentes de cargos presentados contra ellos por agentes federales en 2016 por el enfrentamiento de 41 días en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Malheur en Oregón. Los manifestantes exigían que los Hammond fueran liberados.
“He pasado dos años en prisión por una mentira”, dijo Ammon Bundy al Militante. “Mi lucha no ha terminado”.
El día antes de la audiencia, los miembros del Partido Socialista de los Trabajadores fueron a Mesquite para hablar con los trabajadores ahí sobre cómo ven ellos el caso.
Ron Martinez, un obrero del acero durante 30 años, acababa de mudarse a Mesquite de Golden, Colorado. “Cuando me enteré de los Bundy, me pregunté por qué estaba pasando esto”, dijo. “Tengo una gran admiración por ellos debido a su postura. Quería visitarlos en la cárcel”.
Deborah Liatos contribuyó a este artículo.