Al igual que otros funcionarios gubernamentales y los medios de comunicación capitalistas, Rob Lewin, jefe de la Oficina de Manejo de Emergencias del Condado de Santa Bárbara, culpó a los residentes de Montecito, California, por las muertes y el desastre causados por las avalanchas de lodo e inundaciones del 9 de enero. Dijo que simplemente no obedecieron las órdenes de evacuación. “No hay manera de que nadie que estaba viendo las noticias o prestando atención no lo entendiera”.
También dijo que la lluvia fue mucho más de lo que pudieron haber afrontado. “En cinco minutos cayó media pulgada de lluvia”, dijo Lewin. Los deslizamientos de tierra causaron la muerte de por lo menos 20 personas, destruyeron 100 casas y cerraron el suministro de agua potable, electricidad y gas en la región.
Pero los funcionarios del gobierno hicieron poco para advertir a los menos de 9 mil residentes de la ciudad, y no organizaron nada para sacarlos del peligro. Las muertes, la destrucción y la crisis social no son producto de un desastre natural sino el resultado directo del funcionamiento del capitalismo. Son los valores morales del “sálvese quien pueda” y la crueldad del gobierno capitalista en todos los niveles.
La forma en que se movilizó el pueblo cubano y su gobierno revolucionario para enfrentar el huracán Irma es diametralmente opuesta.
Los deslizamientos de tierra son un resultado directo del incendio Thomas, que destruyó casi 240 mil acres en el área en las primeras dos semanas de diciembre, y de la forma en que respondieron los gobernantes capitalistas. Los años de sequía seguidos por un año de fuertes lluvias que trajo un brote de hierbas, arbustos y árboles, seguidos por otra sequía hicieron que el fuego ardiera de manera muy destructiva. Aunque los funcionarios sabían que esto proporcionaba combustible para los incendios, no hicieron nada para reducirlo.
Además del daño y la destrucción, los incendios también destruyeron la capa superior del suelo, creando condiciones para las inundaciones y los derrumbes de lodo. Esto ha sucedido muchas veces antes en California.
La destrucción de incendios forestales tampoco es un desastre “natural”. En búsqueda de mayores ganancias, los desarrolladores de bienes raíces están construyendo más casas cerca de áreas propensas a incendios. Los gobiernos locales previenen pequeños incendios forestales que normalmente evitarían la acumulación de vegetación seca. Con la acumulación de esta vegetación seca, crece la amenaza de incendios más grandes e incontrolables.
Los funcionarios locales emitieron órdenes de evacuación obligatoria el 6 de enero para unas 7 mil personas en las áreas próximas a las quemadas por el incendio Thomas, y la siguiente noche los agentes del sheriff fueron de puerta en puerta en esa área, pero solo contactaron a 1 200 personas. Además, alrededor de otras 23 mil personas se encontraban en las “zonas de evacuación voluntaria”.
Las autoridades tenían un mapa que mostraba detalladamente dónde esperaban que sucedieran los deslizamientos más fuertes. Pero muchas de esas áreas fueron designadas para evacuación “voluntaria”. Los avisos de evacuación voluntaria no aconsejan a los residentes a dejar sus casas, sino que se mantengan “en alerta máxima y listos para evacuar en cualquier momento”, explicó el Santa Bárbara Independent.
Lo más importante es que ninguna autoridad gubernamental hizo nada para organizar una evacuación colectiva, o proporcionar alojamiento alternativo, alimentos y otras necesidades.
Esa es la forma capitalista. Tú estás solo y lo que puedes hacer depende de lo rico que seas.
La residente de Montecito Cia Monroe, dijo a Associated Press que su familia tuvo que evacuar tres veces durante el incendio forestal y luego le dijeron que debían evacuar por cuarta vez cuando llegaran las fuertes lluvias.
“¿A dónde vas cuando tienes una familia de cuatro y no tienes un segundo hogar?”, preguntó, señalando que una estadía de una semana en un hotel podría costarle 3 mil dólares.
El servicio de agua y electricidad ha sido suspendido. ¿Cuándo se restaurará el agua? “Por seguro en algún momento antes de los próximos dos meses”, dijo Nick Turner, gerente general del Distrito de Agua de Montecito, al Los Angeles Times el 15 de enero. Similar a Puerto Rico.
Cómo responde Cuba a las tormentas
No tiene que ser así.
El presidente Raúl Castro describió en su discurso del 21 de diciembre cómo el gobierno revolucionario de Cuba trabajó con las organizaciones de masas, desde los sindicatos hasta los comités de barrios, para evacuar a casi 1.8 millones de personas antes de la llegada del huracán Irma.
Después de la tormenta, brigadas de trabajadores de la electricidad que habían sido organizadas antes de la llegada del huracán, entraron en acción y restauraron el suministro de agua y electricidad en solo 20 días. “Nadie quedó desamparado”, dijo Castro.
Demostró “el espíritu de resistencia y victoria de nuestro pueblo, que con organización, unidad, disciplina y solidaridad enfrentó este evento y la etapa de la recuperación”, dijo Castro.
A diferencia de Estados Unidos, donde la prioridad del gobierno es proteger las riquezas de la clase capitalista y donde prevalece el individualismo, en Cuba el gobierno es de los trabajadores y agricultores.
El 13 de enero un equipo de militantes del Partido Socialista de los Trabajadores fue de puerta en puerta en Ventura, California, una zona duramente afectada por el incendio de diciembre, pero donde no ha habido derrumbes, hasta ahora. La lectora del Militante Katherine Necessary dijo que durante el incendio Thomas, “nos dijeron que era nuestra decisión si evacuar o no”.
“No hay ninguna razón para las muertes en Santa Bárbara”, dijo, señalando a la falta de acción por parte del gobierno ante los deslaves.
Dennis Richter de Los Angeles contribuyó a este artículo.