“En las áreas de clase alta y clase media les están restaurando la electricidad, pero en la mayoría de las áreas pobres no hay luz”, dijo Rufino Carrión al Militante el 6 de enero desde Gurabo, en el centro de Puerto Rico. Unos días antes, Carrión, pastor de la iglesia local, había organizado una protesta de decenas de residentes de este pueblo por la demora en la restauración del servicio.
“Yo no echo la culpa a los trabajadores de la electricidad”, dijo Carrión. “Tienen que cumplir las órdenes de los jefes. A veces están trabajado” en los sectores pobres y les ordenan que vayan a donde está la gente pudiente”.
“Hice las protestas porque no se ha hecho nada, ni los políticos, ni los síndicos del gobierno”, dijo. “¡Ya basta con los abusos de los pobres!”
La protesta en Gurabo es una de las muchas ocurridas recientemente por toda la isla.
Las protestas fueron “bien fuertes” en uno de los complejos de viviendas públicas, dijo por teléfono desde Mayagüez Iván Vargas, miembro del sindicato de empleados de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, el 5 de enero. “No solamente no tenían luz, sino las autoridades de la vivienda, no los dejaron usar estufas de gas. Decían que era muy peligroso. Esa gente no tiene dinero para salir a la calle a comer todos los días”. Después de varias protestas les restauraron la electricidad.
Más de tres meses después de que el huracán María asolara la colonia norteamericana, más de un millón de personas siguen sin electricidad.
Los trabajadores de la compañía estatal de electricidad están trabajando horas extras, domingos y días feriados, dijo Ángel Figueroa Jaramillo, presidente del sindicato de trabajadores de la electricidad UTIER, el 5 de enero. Menos de la mitad de los 50 mil postes para cables eléctricos y menos de la mitad de las 6 500 millas de cable que se necesitan, han llegado de Estados Unidos.
Además, el gobierno de Estados Unidos rehúsa responder a la oferta de ayuda de Cuba revolucionaria de enviar cuatro brigadas de trabajadores de la electricidad.
“Hasta rechazaron la oferta de México”, dijo Jaramillo.
La crisis en Puerto Rico —y en la colonia estadounidense de las Islas Vírgenes— es el resultado de más de 100 años de explotación colonial norteamericana del pueblo y los recursos de la isla. Entrelazado con esto, está la actual crisis económica mundial capitalista la cual ha resultado en un descenso de la producción en Puerto Rico en casi todos los años desde 2006.
El gobierno de Puerto Rico, bajo presión de Washington, ha hecho que el pago de su deuda de 74 mil millones de dólares a los capitalistas tenedores de bonos sea su primera prioridad, dejando sin empleo a decenas de miles de trabajadores del sector público, recortando las pensiones, aumentando los impuestos, cerrando escuelas y escatimando en el mantenimiento de la red eléctrica. Bajo una ley aprobada por el congreso de Estados Unidos el año pasado, el gobierno puertorriqueño se ha declarado en bancarrota y su economía fue puesta bajo el control de una junta nombrada por el presidente Barack Obama.
El 20 de diciembre la juez federal Laura Taylor Swain, encargada de supervisar el caso de bancarrota de Puerto Rico, ordenó al gobierno de la isla usar el sistema de pensiones para continuar pagando alrededor de 13.9 millones de dólares al mes en intereses a dueños de bonos.
La demora en la restauración de la electricidad ha tenido repercusiones en Estados Unidos. El Wall Street Journal reportó el 7 de enero que ha empeorado la escasez de bolsas para sueros. Las fábricas de Baxter International en Puerto Rico, donde se fabrican, aún reciben electricidad de forma intermitente.
“Después de 106 días siguen muriendo personas por no tener electricidad para mantener sus medicamentos fríos, o para el oxígeno”, dijo el veterano luchador independentista Rafael Cancel Miranda al Militante el 6 de enero desde San Juan. “Eso no es la culpa del huracán María. El coloniaje es responsable”.
“Yo me solidarizo con las protestas. Son la gente en cada barrio que han ido a la calle”, dijo. “Aquí vimos una foto de gente viviendo en un túnel en Nueva York y entre ellos había boricuas. Eso es lo que Washington nos ofrece: derechos iguales para vivir en la calle”.
Cancel Miranda dijo que, a diferencia de Puerto Rico, Cuba revolucionaria se recuperó rápidamente del huracán Irma. “En Cuba es diferente porque han tenido una revolución y tienen un gobierno que no deja a nadie solo”, dijo. “En el capitalismo el gobierno solo protege al capital”.