¡Amnistía ya! ¡No a las deportaciones!

Editorial
5 de marzo de 2018

¡El Partido Socialista de los Trabajadores dice, “Alto a la deportación de los ‘soñadores’”. Los defendemos como parte de la lucha para ganar la amnistía para los 11 millones de trabajadores que no tienen los documentos aceptados por los tribunales y la policía de Estados Unidos.

Los patrones necesitan una capa de trabajadores que carezcan de documentos “adecuados”. Quieren trabajadores a los que les pueden pagar menos, que trabajen más duro, que puedan intimidar y usar como chivos expiatorios para aumentar las ganancias y dividir a la clase trabajadora. Los capitalistas dependen de esta fuente de mano de obra súper explotada. No pueden competir por todo el mundo y acumular capital sin eso.

Los gobernantes de Estados Unidos nunca han intentado deportar a todos los trabajadores indocumentados. Lo que quieren es un control más estricto, para que puedan acelerar o frenar el flujo de mano de obra barata según los altibajos de su sistema capitalista.

Hoy en día hay menos sentimiento antiinmigrante en la clase trabajadora que nunca. Trabajadores nacidos en Estados Unidos y los nacidos en el extranjero trabajan hombro con hombro en las mismas fábricas; nuestros hijos van a las mismas escuelas; vivimos en los mismos barrios. Los trabajadores no quieren ver que sus amigos, vecinos y compañeros de trabajo sean arrancados de sus casas y expulsados del país.

Al mismo tiempo, la retórica antiinmigrante de sectores de la clase dominante aún tiene impacto. Cuando cae la producción y el comercio capitalistas, crece la competencia por empleos en la clase trabajadora. Los trabajadores necesitan una perspectiva sobre cómo luchar contra estas condiciones.

El PST hace campaña para que el movimiento obrero luche por un programa de trabajos públicos financiado por el gobierno que proporcione millones de empleos con salarios a escala sindical para construir infraestructura, escuelas, clínicas de salud, guarderías y otras cosas que los trabajadores necesitan.

Trabajadores en Estados Unidos, donde sea que hayamos nacido, cual sea el idioma que hablemos, cual sea el color de nuestra piel, enfrentamos al mismo enemigo de clase. Hoy, menos del 7 por ciento de los trabajadores en empresas privadas están sindicalizados. Solo rechazando las maniobras de los patrones que fomentan la competencia para dividir y vencer, podemos organizar a la clase trabajadora en su conjunto, reconstruir un movimiento sindical combativo, dar pasos hacia una acción política independiente y transformar nuestros sindicatos en instrumentos de lucha de clases.

Cuando hay una desaceleración de la economía, la lucha por el alma política de la clase trabajadora se intensifica. Lo que está en juego es muy importante.

¡Los trabajadores con conciencia de clase luchan para ganar al movimiento obrero y a la clase trabajadora en su conjunto para exigir, ¡Alto a las deportaciones! ¡Amnistía ya! ¡Sindicalizar a los no sindicalizados!