LA HABANA — “Desde la contribución de nuestros ancestros en el siglo 19 hasta nuestros días, los cubano-chinos hemos estado imbricados en todas y cada una de las etapas de la historia cubana. Y hoy día continuamos aportando”.
Chui estaba hablando el 6 de febrero en una presentación de la nueva edición de Nuestra historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana durante la Feria Internacional del Libro de La Habana.
El libro, publicado en español e inglés por la editorial Pathfinder, se basa en entrevistas a los generales Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. Desde 2006, se han realizado más de 100 presentaciones de esta obra en América, Asia, Europa, África y el Medio Oriente.
El evento fue uno de los cientos de lanzamientos de libros, lecturas de poesía, paneles, películas, exposiciones de arte, obras de teatro infantil y conciertos durante el festival literario anual. A lo largo de 11 días, unos 450 mil trabajadores, jóvenes y otras personas concurrieron a la feria.
En las próximas semanas el festival se trasladará a todas las provincias, culminando el 3 de mayo en Santiago de Cuba. Este año la feria estuvo dedicada a Eusebio Leal, el veterano Historiador de la Ciudad de La Habana.
Feria resalta cultura china
China fue el país de honor en la feria de 2018. Una delegación de más de 130 personas participó en decenas de actividades en la feria, en el barrio chino de La Habana y por toda la ciudad que pusieron de relieve la cultura china: presentaciones de libros, música, danza, acrobacia y ópera china. El Conjunto Artístico de la provincia china de Shandong presentó dos espectáculos en el Teatro Nacional Alicia Alonso.
En el pabellón chino de la feria había libros de autores chinos traducidos al español, una exposición sobre la invención del papel y la imprenta en la China antigua, documentales y un stand donde muchos cubanos acudieron para que les escribieran el nombre en caligrafía china.
En el marco del programa diario se presentaron libros sobre la historia de los chinos en Cuba y paneles auspiciados por las asociaciones cubano-chinas del Barrio Chino. Uno de estos fue un homenaje por el aniversario 90 de Kwong Wah Po, el periódico cubano-chino más antiguo en Cuba. Publicado originalmente como diario, ahora sale mensualmente, con una página en chino y otras en español.
En la presentación de Nuestra historia aún se está escribiendo se colmó la sala con más de 100 personas. Entre el público había combatientes que habían luchdo junto a Choy, Chui y Sío Wong en la guerra revolucionaria de 1956–58 y hoy son miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. También asistieron Caridad Diego, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidenta de la Sociedad de Amistad Cuba-China, y una delegación que representaba a las 13 asociaciones del Barrio Chino.
Los oradores fueron el general Chui, el general Harry Villegas y Mary-Alice Waters, presidenta de Pathfinder y editora del libro. En la tribuna también estaban el general Choy e Iraida Aguirrechu, quien estuvo a cargo de la edición cubana publicada por Editora Política.
“Ante todo, este es un libro sobre la Revolución Cubana”, dijo Martín Koppel, responsable de la edición de Pathfinder en español y moderador del evento. Señalando que la primera edición salió hace 12 años, destacó que la nueva edición incluye nuevas fotos y notas al pie, un glosario actualizado y un nuevo prólogo de Wang Lusha, traductor de la edición china de 2008.
Choy, Chui y Sío Wong describen cómo, siendo jóvenes a mediados de los año 50, se incorporaron al Movimiento 26 de Julio y al Ejército Rebelde que, bajo el liderazgo de Fidel Castro, iniciaron la lucha revolucionaria que en 1959 derrocó a la dictadura de Batista apoyada por Washington. Esta victoria abrió la puerta a la primera revolución socialista en América.
Los generales relatan sus experiencias en la misión internacionalista cubana en Angola, que entre 1975 y 1991 ayudó a derrotar invasiones por parte del régimen supremacista blanco de Sudáfrica. Explican cómo el pueblo cubano y su dirección revolucionaria hicieron frente a los desafíos de la crisis económica de los 90, cuando Cuba perdió abruptamente casi todo su comercio exterior tras el colapso de la Unión Soviética.
Cuando el libro apareció por primera vez, Chui formaba parte de la dirección nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Hoy es presidente del Casino Chung Wah, organización que aglutina las asociaciones chinas en Cuba. Choy, hoy jubilado, dirigía la administración del puerto de La Habana. Sío Wong, quien falleció en 2010, era presidente del Instituto Nacional de Reservas Estatales y de la Asociación de Amistad Cuba-China.
Ejemplo para trabajadores
Mary-Alice Waters, miembro del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos, se enfocó en el impacto que el libro ha tenido a nivel mundial gracias a la labor de trabajadores comunistas que han difundido el libro en casi 25 países. Destacó la amplia circulación en Irán y Afganistán de la traducción al idioma persa.
¿Cómo podemos explicar este interés tan amplio? preguntó Waters. “La explicación, ante todo, es la propia Revolución Cubana”.
Esto se explica especialmente, dijo, por el actual despertar político que está comenzando entre las masas del pueblo trabajador en todas partes “cuyas vidas han sido destrozadas por la devastación económica y social, por las consecuencias acumulativas de la creciente crisis mundial del capitalismo. Y esto incluye a Estados Unidos”.
Están buscando respuestas y alternativas a este orden mundial capitalista. “Esto es lo que crea el interés en este libro”, dijo Waters “Y es por eso que lo necesitan aquellos que están en las primeras filas de la lucha de clases, donde sea que se encuentren”.
Según lo relata el libro, “la revolución socialista cubana es una lección práctica para nuestra clase de cómo luchar. Y sobre todo, muestra el único camino por el cual podemos vencer frente al inmenso poder y brutalidad de nuestro enemigo de clase”.
Singular historia de Cuba
Chui subrayó la importancia histórica de la inmigración china a Cuba. Más de 140 mil chinos fueron traídos como trabajadores bajo contrato de servidumbre en el siglo 19, cuando los gobernantes coloniales españoles pretendían suplementar el mermado suministro de esclavos africanos y aumentar la producción en las enormes haciendas azucareras de Cuba. Los chinos representaron una parte importante de la creación de la nación cubana, dijo.
En la guerra cubana de independencia contra España, que duró 30 años, el ejército libertador, que también luchaba por la abolición de la esclavitud y la servidumbre, tuvo algunos batallones exclusivamente chinos. Contó con dirigentes militares como José Tolón y José Bu, quienes gracias a su papel destacado estuvieron entre los cuatro cubanos nacidos en el extranjero que se ganaron el derecho a postularse para presidente de Cuba en las elecciones de 1901, dijo Chui.
Durante la feria, muchas personas que fueron al stand de Pathfinder y vieron Nuestra historia aún se está escribiendo expresaron su orgullo de tener ascendencia china. Estaban interesados en leer los relatos testimoniales de los tres generales sobre las condiciones que los chinos y los negros enfrentaban en Cuba bajo el capitalismo y cómo, a través de una revolución socialista, el nuevo gobierno de trabajadores y agricultores tomó medidas decisivas para acabar con la discriminación racista y la superexplotación.
Chui, quien creció en la ciudad oriental de Santiago de Cuba, relató cómo él y otros jóvenes se integraron al Ejército Rebelde dirigido por Fidel Castro.
‘No empezamos como revolucionarios’
“¿Éramos marxistas? ¿Éramos revolucionarios?”, preguntó Chui. “No. Éramos realmente analfabetos culturales, políticos e ideológicos”. No fue sino hasta que subimos a la Sierra Maestra y nos unimos a la lucha, dijo, que eso empezó a cambiar. Fue Fidel, junto con otros dirigentes, “quien nos enseñó a ser revolucionarios”.
Chui dijo que fue el general Harry Villegas —conocido por su nombre de guerra, Pombo— quien como secretario ejecutivo de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana concertó las entrevistas que llevaron a Nuestra historia aún se está escribiendo. Al igual que Chui, Choy y Sío Wong, Villegas combatió en la guerra revolucionaria cubana y como voluntario internacionalista en Angola.
Villegas rindió homenaje al Comandante de la Revolución Juan Almeida por su “visión”, como presidente de la Asociación de Combatientes en esa época, de fomentar la publicación de este tipo de narraciones testimoniales. Almeida lo consideraba una forma de “divulgar, en forma amena, la revolución hacia el exterior”, dijo Pombo.
Villegas dijo que él, como Chui, estaba sorprendido por la amplia difusión del libro en el mundo, una realización de la visión de Almeida mucho más allá de sus expectativas. Otro relato semejante es Cuba y Angola: La Guerra por la libertad, de Villegas, publicado por Pathfinder en 2017.
Estos libros también son importantes en Cuba, dijo Villegas. “Hay muchos jóvenes cubanos que no dominan estos hechos, de cómo gente humilde, normal del pueblo —como éramos todos nosotros— hizo la revolución”.
Antes de 1959 “los chinos sufrían discriminación, como también los negros”, dijo Villegas. “Era más fuerte contra los negros. Y cuando el pueblo se rebela, se rebela con todas sus partes. Estaban los chinos, estaban los negros, estaban los descendientes de españoles.
“Fueron los cubanos integralmente quienes hicieron la revolución”.