BAGDAD, Iraq — El asesinato del destacado escritor y novelista iraquí Alaa Mashzoub el 2 de febrero ha provocado amplia indignación aquí. Fue abatido a tiros cuando iba a su casa en bicicleta después de un encuentro con escritores en Karbala, donde él residía. Aunque la policía no tardó en anunciar una investigación, hasta el momento nadie se ha responsabilizado por la muerte o ha sido detenido.
Mashzoub era conocido por su oposición a la intervención extranjera en Iraq y a la política sectaria y corrupta en el país, así como por sus escritos sobre la historia de su ciudad, Karbala, uno de los centros más sagrados del Islam Chiita. También escribió sobre la que fuera una próspera comunidad judía en Iraq.
El ataúd de Mashzoub fue cargado por una calle muy transitada de Karbala el día después de su muerte. El mismo día escritores y artistas realizaron una sentada en la ciudad. Decenas de personas participaron en una manifestación el 6 de febrero hasta la Plaza Tahrir en el centro de Bagdad convocada por la Unión de Escritores Iraquís, portando fotos de Mashzoub junto a banderas iraquíes.
Poco antes de su asesinato Mashzoub había denunciado la interferencia en Iraq por el régimen dominado por el clero en Irán, señalando que su principal dirigente, el Ayatola Jomeini, vivió 13 años de su exilio en Karbala antes de la revolución iraní de 1979. Mashzoub recibió 13 balazos, un hecho señalado por muchos aquí.
La muerte ha provocado una lucha faccional dentro de las milicias Hashd al-Shaabi auspiciadas por Teherán. Aws al-Khafaji, comandante de una de las brigadas, y pariente de Mashzoud, fue detenido por otras fuerzas de Hashd al-Shaabi y su cuartel saqueado después de declarar que el asesinato fue realizado por “los que defienden a Irán en este país”.
Estos acontecimientos reflejan la continua lucha por dominio en Iraq entre el imperialismo estadounidense y el régimen contrarrevolucionario en Irán. El gobierno de Iraq se ha negado a acatar las demandas arrogantes de Washington de dejar de comprar electricidad y gas natural a Irán, su único abastecedor extranjero, a fin de cumplir con las sanciones impuestas por Washington. Bagdad teme que una interrupción en el abastecimiento de energía reavive las protestas de trabajadores, como las que estremecieron la ciudad sureña de Basora en 2108 por la falta de agua potable y contra la interferencia iraní en el país. Alaa Mashzoub había participado en esas protestas.
Muchos escritores iraquís han denunciado el asesinato. “Uno tiene que ser realmente un cobarde para disparar contra alguien que solo tiene palabras y sueños”, escribió el novelista Ahmed Saadawi, autor del libro internacionalmente aclamado Frankenstein in Baghdad (Frankenstein en Bagdad). “Vergüenza para los asesinos y vergüenza también para las autoridades si no los encuentran y los llevan ante la justicia de inmediato”.