“¡Libertad para Rodney Reed!” corearon cientos de personas en el capitolio de Texas en Austin el 9 de noviembre, en una protesta contra de su ejecución. Reed, quien fue condenado a muerte hace más de 20 años, está previsto a ser ejecutado por inyección letal el 20 de noviembre. “La cantidad de personas que asistieron está más allá de nuestras expectativas más optimistas”, dijo el hermano de Reed, Rodrick, pidiendo que intervenga el gobernador de Texas Greg Abbott. “Simplemente haga lo correcto”.
Reed, un africano americano, fue condenado por un jurado compuesto por blancos en 1998 de violación y asesinato, dos años antes, de Stacey Stites, de 19 años, en Bastrop, Texas. Stites era caucásica. Reed, ahora de 51 años, ha mantenido su inocencia. No hubo evidencia física que relacionara a Reed con el asesinato. Durante años, la familia ha exigido sin éxito que se haga una prueba de ADN del cinturón que se usó para estrangular a Stites.