GEYSERVILLE, California.—Cientos de miles de residentes del estado de California perdieron la electricidad a finales de octubre, cuando la Pacific Gas and Electric y la Southern California Edison —los dos monopolios de servicios públicos más grandes del estado— decidieron suspender la energía eléctrica.
Pero incluso con las suspensiones, hubieron dos incendios gigantes. El incendio Kincade en el norte de California ha quemado más de 77 000 acres, mientras que el incendio Tick alrededor de Los Angeles ha quemado cerca de 5 mil acres. PG&E admite que su equipo causó el incendio Kincade.
Autoridades gubernamentales ordenaron la evacuación de 180 000 personas de esta ciudad, así como de Healdsburg, Windsor y sus alrededores. Dejaron a todos a su suerte para salir. No se proporcionó transporte público y los refugios temporales que el estado había establecido quedaron repletos rápidamente.
“Ayer me restauraron el servicio de gas”, nos dijo Nancy Walker. “Geyserville fue evacuado del miércoles 23 de octubre al jueves 31 de octubre. Había miles de personas en las carreteras. No había suficientes habitaciones en los moteles. Dormí en mi camioneta afuera del refugio en Healdsburg”.
Trabajadores y dueños de tiendas de abarrotes y restaurantes tuvieron pocas opciones, y no hubo más remedio que dejar que la comida se pudriera, con la esperanza de que el fuego no destruyera sus hogares y negocios. Si alguien estaba enfermo en su hogar con un sistema de apoyo a la vida, u otro equipo médico que requiriera electricidad, no le quedó otra que tratar de llegar a una instalación de emergencia que contara con un generador a tiempo para salvarle la vida.
Los patrones de PG&E comenzaron estas evacuaciones masivas “preventivas” después de que se les declaró responsables del incendio Camp, el incendio forestal que causó más muertes en la historia de California y destruyó la ciudad de Paradise en noviembre de 2018. Produjo la muerte de al menos 80 personas, quemó más de 150 000 acres y destruyó 14 000 residencias. Se descubrió que el incendió lo causó una vieja línea eléctrica defectuosa de PG&E de casi 100 años. Enfrentando alrededor de 30 mil millones de dólares en daños por incendios forestales, los patrones de la empresa se declararon en bancarrota en enero.
Joel Britton, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de San Francisco, dijo que lo que estamos viviendo es la forma como normalmente funciona el sistema capitalista y su política. Los trabajadores necesitan su propio partido —un partido obrero— para luchar contra los ataques de los patrones y su gobierno, y para defender nuestros intereses y trazar un camino independiente de la clase trabajadora.
En una declaración que Britton está usando al hacer campaña, dice: “Han rechazado poner los cables eléctricos bajo tierra por ser demasiado costoso, a la vez que han gastado millones de dólares en salarios y bonos para los ejecutivos y se han pagado miles de millones de dólares para resolver demandas legales.
“Los trabajadores de PG&E, la mayoría de los cuales son miembros del sindicato de trabajadores eléctricos IBEW, necesitan tener el control de las operaciones de este servicio público. Basándose en sus experiencias saben que es seguro y lo que es peligrosamente inseguro y deben tener la autoridad de poder organizar el trabajo de PG&E.
“La lucha por la nacionalización de PG&E bajo control obrero requerirá organizarse independientemente de los partidos capitalistas: los demócratas y los republicanos. Esta lucha puede ser parte de un movimiento de millones de trabajadores que necesitamos construir para trazar un curso que nos saque de la crisis económica, social y moral del capitalismo y reemplazar el gobierno capitalista con un gobierno de trabajadores y agricultores”.