En su quinto mes de huelga contra Asarco, los trabajadores del cobre están manteniendo sus líneas de piquetes las 24 horas, los siete días de la semana y están ganando solidaridad ante los esfuerzos de la empresa para destruir sus sindicatos y su rechazo a negociar.
“Están luchando por lo que se merecen, por sus trabajos y debemos apoyarlos”, dijo Reyna Freeman a Univisión el 25 de febrero en la línea de piquetes de la mina Mission en Sahuarita, Arizona. Ella y su esposo visitaron y trajeron leña para los huelguistas. “Vamos a seguir apoyándolos”, dijo.
Unos 1 700 trabajadores afiliados a siete sindicatos han estado en huelga desde el 13 de octubre en los complejos mineros de Asarco en Sahuarita, Hayden y Ray en Arizona y su refinería en Amarillo, Texas. La empresa insiste en continuar un congelamiento salarial que lleva más de 10 años para la mayoría de los mineros, congelar las pensiones, aumentar los costos de atención médica y restringir el derecho de los sindicatos a proteger a los trabajadores en el trabajo.
Los patrones han estado utilizando a supervisores, contratistas no sindicalizados, rompehuelgas recién contratados y unos 300 trabajadores que han cruzado la línea de piquetes para tratar de echar a andar la producción.
Grupo México, propietario de Asarco, es uno de los conglomerados mineros más grandes del mundo.
Cerca de la refinería en Amarillo se encuentra la planta de armas nucleares Pantex. Los trabajadores “visitan la línea de piquetes rumbo al trabajo. Nos traen agua, salchichas, bizcochos y donas”, dijo Leonardo Segura, vicepresidente del Local 5613 del sindicato del acero USW, a esta corresponsal el 23 de febrero durante la cena semanal auspiciada por los huelguistas en la mina Mission. Segura y otros huelguistas de Texas manejaron 10 horas para llegar a la línea de piquetes y participar en una manifestación en Phoenix el día siguiente.
“Es importante venir aquí, para ver cómo nuestros hermanos y hermanas están organizando la huelga y darles apoyo en la línea”, dijo Segura.
Se necesita más solidaridad, y es merecida. Los partidarios que se unen a las líneas de piquetes son bien recibidos por los mineros. Vea el artículo en inglés sobre cómo contribuir a sus fondos de huelga y despensa de alimentos.