Los gobernantes capitalistas de América Latina están utilizando los brotes de coronavirus en sus países como pretexto para atacar los salarios, condiciones de vida y derechos políticos de los trabajadores. Desde Chile hasta Panamá y El Salvador, estos ataques están encontrando resistencia en las protestas de trabajadores para exigir empleos, el levantamiento de las restricciones a la libre circulación y a los derechos democráticos, y ayuda para los que no se les permite trabajar.
Decenas de protestas han ocurrido en Panamá. El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, afirmó que “no vamos a dejar a la gente sola” y anunció un programa de ayuda “Panamá Solidario”. Los trabajadores desempleados supuestamente recibirían un “bono” mensual de 80 dólares y una bolsa de comida gratis, pero el gobierno no ha cumplido.
En respuesta, los residentes de San Miguelito y Pacora, al este de la ciudad de Panamá, bloquearon las carreteras con llantas, ramas y piedras, incluyendo algunas de las carreteras más transitadas, ignorando las órdenes del gobierno de “quédate en casa”, informó el periódico Crítica. Hubo protestas similares en Chiriquí, en el occidente del país.
“La consigna era la misma en todos los puntos”, informó el periódico: “la falta de entrega de los bonos solidarios y las bolsas de comida”.
CNN mostró a policías atacando las protestas y arrestando a los participantes. Cientos de miles no han podido trabajar desde el 18 de marzo cuando el gobierno impuso un toque de queda nacional y cerró la mayoría de los negocios, incluyendo restaurantes, hoteles, pequeñas empresas y minas.
“Tienen más miedo al hambre que al COVID-19”, dijo la reportera de CNN Elizabeth González el 4 de mayo sobre los manifestantes.
“Nos están dando una bolsa de comida que no tiene ni valor de los 15 dólares, alcanza sólo para un día”, dijo una mujer. “Quieren darnos una bolsa por casa y dentro de esa casa hay más de 7 familias”.
CNN informó que casi la mitad de los panameños trabajan en el “sector informal”, incluidos los vendedores ambulantes, que no califican para el bono.
En un intento de intimidar a los trabajadores, el gobierno ha intensificado su aplicación del toque de queda. Las noticias de TVN-2 informaron que 561 personas fueron arrestadas solo el 7 de mayo.
Medidas severas en El Salvador
El Salvador ha impuesto algunas de las medidas antiobreras más draconianas desde el comienzo de la pandemia. Policías han detenido a más de 2 300 personas acusadas de violar la cuarentena domiciliaria obligatoria decretada por el presidente Nayib Bukele, a pesar de un fallo de la Corte Suprema contra el decreto.
Unas 160 personas encerradas en un centro deportivo en San Salvador protestaron el 4 de mayo. Se quejaban de que no se les ha permitido regresar a casa a pesar de haber estado encerradas por 40 días.
En otro centro de detención en una iglesia bautista en San Salvador, los detenidos se quejaron por el hacinamiento y las condiciones insalubres. Policías con escudos y garrotes obligaron a retroceder a los prisioneros en cuarentena.
Los trabajadores han salido a protestar por la falta de ayuda para los que se quedan sin trabajo. El 4 de mayo, los trabajadores despedidos de la fábrica de arneses para automóviles Yasaki en Santa Ana protestaron. “Ya llevamos dos semanas que no hemos recibido nuestro salario”, dijo uno de ellos a La Prensa Gráfica.