“Esto es para el Militante, aceptan donaciones, ¿verdad?” dijo la camionera Crystal McIntosh a James Harris en una protesta de camioneros en Washington, el 10 de mayo. Al igual que otros en la protesta, ella apreció la cobertura sobre la lucha de los camioneros en el Militante, el único periódico que brinda una voz para las luchas de los trabajadores y explica cómo podemos extenderlas y avanzarlas.
Harris, el candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para delegado al Congreso por el Distrito de Columbia, se unió a la acción para ofrecer solidaridad, aprender más sobre lo que enfrentan los choferes y conversar sobre el Militante y el partido. McIntosh, de Wessington Springs, Dakota del Sur, es una de los más de 100 camioneros que han estado protestando contra los ataques por parte de las agencias y el gobierno a su sustento. Muchos han estado allí desde el 1 de mayo. Ella aportó 20 dólares al Fondo de Lucha del Militante.
El director del Militante John Studer anunció el 6 de mayo la extensión de la campaña para ganar nuevos lectores para el Militante y libros de dirigentes del Partido Socialista de los Trabajadores y otros revolucionarios y para recaudar contribuciones al Fondo de Lucha del Militante de 115 mil dólares hasta el 2 de junio. La extensión le permitirá a los partidarios del periódico aprovechar las oportunidades para ampliar el alcance del periódico y su cobertura de las luchas de los trabajadores para defender los salarios y condiciones laborales. (Vea el anuncio en la página 7 para obtener ofertas especiales de libros durante la campaña).
Los partidarios del PST hablan con trabajadores en las puertas de sus hogares en pueblos pequeños y áreas rurales, así como en grandes ciudades, en los estacionamientos de Walmart, en las líneas de taxis, en paradas de camiones y en las protestas. Aprenden sobre lo que enfrentan otros trabajadores y discuten juntos lo que se necesita hacer para unirnos para enfrentar los intentos de los patrones de hacernos pagar por la crisis capitalista.
Los miembros del partido que trabajan en tiendas minoristas, en ferrocarriles y en otros centros utilizan la campaña para impulsar las discusiones sobre lo que se puede hacer para fortalecer las luchas en las que están participando dentro y fuera del trabajo.
Resistencia y discusión
Más trabajadores se niegan a aceptar el mito propagado por los políticos demócratas y republicanos de que en las condiciones de depresión actuales, los trabajadores y los patrones “estamos juntos en esto”.
Los trabajadores recolectores de basura en Nueva Orleans se niegan a dar marcha atrás en su huelga contra los salarios bajos, horas largas y condiciones laborales peligrosas, a pesar del intento de los patrones de usar presos como rompehuelgas.
Las protestas de varios cientos de personas en Georgia contra la muerte de Ahmaud Arbery —un hombre negro asesinado por vigilantes mientras corría— son otro ejemplo de cómo los trabajadores rechazan subordinar sus luchas contra la injusticia a las órdenes de confinamientos impuestas en nombre de combatir el coronavirus.
En Albany, Nueva York, a mediados de mayo, varios trabajadores de un Walmart salieron después del trabajo para saludar a los candidatos del PST para presidente y vicepresidente, Alyson Kennedy y Malcolm Jarrett. Un trabajador describió cómo tuvo que trabajar en el congelador sin guantes.
“Walmart debería proporcionar guantes”, respondió Kennedy. “Los trabajadores pueden unirse y enfrentar a los patrones para asegurarse que no se salgan con la suya”. Kennedy señaló ejemplos recientes donde los trabajadores del gigante minorista se han organizado para resistir las demandas de los patrones.
Kennedy y Jarrett también fueron a Vermont, donde ayudaron a inscribir a los tres electores presidenciales necesarios para que los candidatos del PST aparezcan en la boleta electoral en noviembre.
Merylyn Griffith, una maestra jubilada y una de las electoras, se unió a Kennedy para hablar con trabajadores fuera de una tienda local de Walmart.
El obrero ferroviario jubilado Walter Klinger acordó ser elector después de hablar con Kennedy en Pownal. Describió cómo amplias capas de trabajadores en el área nunca se recuperaron del impacto del colapso financiero y crisis social de 2008. “Este sistema no funciona; necesitamos un nuevo sistema”, dijo Klinger.