El desfile del Primero de Mayo, día internacional de los trabajadores, en La Habana y otros actos en el que participan un millón de trabajadores por toda Cuba no tuvieron lugar este año, una decisión tomada por el gobierno revolucionario en el contexto del brote mundial del coronavirus. Pero los trabajadores y agricultores expresaron su apoyo y determinación a defender la revolución de muchas maneras.
Trabajadores y jóvenes organizaron esfuerzos para aumentar la producción industrial y de alimentos en sus centros y a través de brigadas de trabajo voluntario. Participaron en las millones de visitas médicas domiciliarias para detener la propagación del coronavirus, donaron sangre y realizaron miles de actos en sus centros laborales, fincas o edificios residenciales.
“Hay días que sorprenden”, dijo Trabajadores, el periódico de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el 1 de mayo. “Hay jornadas que se miran con orgullo, porque en sus horas se ha obrado más de lo que era posible imaginarse”.
“La pandemia tiene un impacto serio en la economía mundial y Cuba forma parte de esa economía”, dijo Federico Hernández, primer secretario del Partido Comunista en la provincia de Granma. “Tenemos que organizarnos más y ser más eficaz en lo que hacemos, pero ya de hecho se ve un impacto y con la participación y el protagonismo de nuestro pueblo puede seguir siendo parte de esta inmensa respuesta”.
Caravanas de automóviles sonando sus bocinas, y trabajadores en bicicleta, salieron a las calles para celebrar en 13 ciudades de la provincia. En muchos edificios de apartamentos, los residentes salieron con banderas cubanas, y escucharon discursos sobre el significado del Primero de Mayo y cantaron el himno nacional.
Trabajadores, jóvenes ante el reto
Los gobernantes de Estados Unidos nunca han perdonado al pueblo cubano por derrocar en 1959 al régimen de Batista, el cual contaba con el respaldo de Washington, y por establecer un gobierno de trabajadores y agricultores. En el curso de la lucha, para construir el socialismo y extendiendo la solidaridad con las luchas revolucionarias en todo el mundo participando en ellas, los trabajadores de Cuba se transformaron, y tomaron el control de su propio destino. Este espíritu revolucionario está vivo hoy en día.
Para gran decepción de los gobernantes norteamericanos, los trabajadores y jóvenes cubanos están intensificando sus esfuerzos para enfrentar el desafío ante el impacto de la crisis económica mundial capitalista y la guerra económica de Washington de más de 60 años contra la Revolución Cubana. Ya que la nación isleña tiene que importar alrededor del 60 por ciento de sus alimentos, además de pesticidas y fertilizantes, los trabajadores están ayudando a incrementar la producción.
Solo en la provincia de Guantánamo, la CTC ha organizado a 419 trabajadores en 26 brigadas para fortalecer el trabajo agrícola. Entre las brigadas se encuentran obreros de la construcción, educación, deportes y de la cultura.
José Ramón Machado, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista, está viajando por la isla junto con Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de Cuba, reuniéndose con pequeños agricultores, obreros agrícolas y otros para maximizar la producción de alimentos.
Están enfatizando los cultivos de “ciclo corto”, como la calabaza, okra, berenjena y lechuga. Esto permite al menos tres cosechas de la primavera al verano. “Hay que sembrar hasta en las guardarrayas” para aprovechar la tierra disponible, dijo Machado a los agricultores y funcionarios agrícolas estatales en Guantánamo el 30 de abril. Para sustituir los pesticidas, “será imprescindible ‘desempolvar’ las guatacas para la limpia de las áreas”.
Los dirigentes de la CTC y del partido en Ciego de Ávila hablaron en los actos del Primero de Mayo en complejos habitacionales y centros laborales. Estos se convirtieron en “tribunas de reafirmación revolucionaria”, informó Trabajadores.
Debido a la escasez de transporte, los trabajadores de la fábrica de dulces La Bombonera en Camagüey “sacamos las bicicletas [para venir] a trabajar”, dijo la administradora Odalys Palmero Valera a Trabajadores.
Entre los integrantes de 17 brigadas agrícolas de la CTC en la provincia de Santa Clara se encuentran carteros y trabajadores de la compañía telefónica Etecsa. “Somos nosotros, los cubanos, los que tenemos que sembrar, producir y cosechar nuestra propia comida”, dijo el brigadista Pedro Rodríguez.
Aún con medidas estrictas para prevenir la propagación del coronavirus, incluyendo la instalación de estaciones de lavado de manos en las entradas de fábricas, muchos centros han cumplido o superado sus cuotas de producción.
Hasta el 4 de mayo había 1 685 casos confirmados de la COVID-19 en Cuba, pero pocos brotes en los centros de trabajo. Esto está en marcado contraste con Estados Unidos, donde los patrones organizan la producción con total desprecio a la seguridad de los trabajadores para maximizar las ganancias, con cientos de trabajadores infectados.
Cuba revolucionaria continúa enviando trabajadores de la salud alrededor del mundo para combatir la COVID-19, ahora más de 2 mil en por lo menos 23 países.
“Estoy segura de que si el actual gobierno de Estados Unidos nos pide ayuda para enfrentar al COVID-19, Cuba la proporcionaría”, dijo al Progressive Josefina Vidal, embajadora de Cuba en Canadá, a pesar de que Washington ha estado presionando a otros gobiernos a que rechacen la ayuda cubana.
Washington está “tratando de desviar la atención de su propio sistema de salud privatizado, que no es capaz de garantizar la salud de su población en tiempos normales y mucho menos ahora en el contexto de la pandemia”, dijo Vidal. “La salud no debe ser un negocio, y el acceso a la atención médica es un derecho humano”.