NUEVA YORK — La victoria de las fuerzas armadas y milicias voluntarias cubanas contra los mercenarios entrenados y equipados por Washington en Playa Girón en abril de 1961 demostró “la determinación del pueblo cubano de defender la revolución socialista, costara lo que costara”, dijo el embajador Pedro Luis Pedroso, representante permanente de Cuba ante Naciones Unidas, el 18 de abril.
Pedroso habló el 18 de abril ante unas 105 personas en un evento auspiciado por el Partido Socialista de los Trabajadores en Nueva York y el Norte de Nueva Jersey para celebrar el 60 aniversario de este histórico triunfo, así como también el inicio en enero de 1961 de la campaña que en un año eliminó el analfabetismo en Cuba. Las charlas y los mensajes, exposiciones atractivas y libros presentados en la actividad abordaron varios temas.
Uno de los temas era la continuidad del programa y curso de acción de la revolución: desde el inicio de la lucha revolucionaria en 1953 hasta el Ejército Rebelde en la sierra y la victoria en enero de 1959 cuando fue derrocada la dictadura de Fulgencio Batista respaldada por Washington.
Esta trayectoria continuó con las movilizaciones de trabajadores y campesinos que nacionalizaron la tierra, la banca y las fábricas, el llamado a las armas de Fidel Castro para defender la revolución socialista en vísperas de la invasión por Playa Girón, y el internacionalismo proletario de la revolución que hoy muestra su solidaridad activa con los pueblos de todo el mundo frente a la pandemia del COVID.
Un segundo tema era que Cuba demuestra que una revolución socialista no solo es necesaria sino que, con un liderazgo proletario consciente y disciplinado, se puede hacer y defender. Es la única perspectiva realista para el pueblo trabajador en Estados Unidos.
Al evento concurrieron cubanoamericanos de ambos lados del río Hudson que han participado en caravanas de autos y bicicletas en Nueva York para exigir el fin de la guerra económica que Washington ha mantenido contra Cuba durante décadas. Había un joven trabajador de ferretería de Nueva York, así como un trabajador de una tienda de diseño gráfico del área de Albany. Había estudiantes universitarios y de secundaria de Nueva York, Nueva Jersey y Pennsylvania.
Asistieron trabajadores de varias tiendas de Walmart en la región, al igual que conductores de trenes de carga, enfermeras y otros trabajadores. Había un locutor de una radioemisora en Orange, Nueva Jersey, que está vinculada a una iglesia pentecostal grande y transmite entrevistas y otras noticias a los haitianos en la isla y aquí, incluida información sobre la Revolución Cubana.
Llegaron miembros y partidarios del PST desde Albany, Filadelfia, Pittsburgh y Washington. Participó una delegación del Frente Independiente Boricua, así como una doctora nacida en Venezuela que se entrenó en una escuela de medicina cubana y ahora está trabajando en Estados Unidos. Asistió un psicólogo nicaragüense que está visitando a su familia en Nueva York, y que estudió en una universidad cubana en los años 80. Y muchos otros.
Estantes de libros sobre política obrera revolucionaria rodeaban la sala. Colgaban portadas ampliadas de los libros Playa Girón/Bahía de Cochinos, 1961: Primera derrota militar de Washington en América de Fidel Castro y José Ramón Fernández así como Cuba y la revolución norteamericana que viene de Jack Barnes.
Junto con el embajador Pedroso hablaron Mary-Alice Waters, miembro del Comité Nacional del PST y autora o editora de muchos libros sobre la Revolución Cubana, incluidas entrevistas con sus dirigentes, y Catherine Murphy, directora del Literacy Project (Proyecto de Alfabetización). Murphy, quien participó por conexión de video desde San Francisco, compartió una muestra de su próximo documental sobre la campaña de alfabetización cubana, Maestros voluntarios.
Joanne Kuniansky, candidata del PST a gobernadora de Nueva Jersey y trabajadora de deli en Walmart, dio la bienvenida a la celebración, que se realizó en la sede del partido en esta ciudad. Kuniansky describió el interés que ella y otros candidatos del PST encuentran al ir a tocar puertas en barrios obreros, promover la solidaridad con huelgas y otras luchas obreras, sumarse a protestas sociales y presentar una respuesta en interés de la clase trabajadora frente al desempleo generalizado y otras crisis del sistema capitalista. Al final del evento Kuniansky presentó a los otros candidatos del PST que estaban presentes.
El evento fue moderado por Martín Koppel, miembro del PST de Nueva York, quien participa en la coalición Cuba Sí y es editor de la editorial Pathfinder. “También en Cuba, millones de personas están celebrando estos aniversarios”, dijo, “incluyendo durante el actual congreso del Partido Comunista de Cuba”.
Koppel presentó a la delegación de la misión cubana ante la ONU: el embajador, la primera secretaria Ena Domech y el primer secretario Karell Lussón. Reconoció a los cubanoamericanos presentes que han participado en caravanas contra el embargo norteamericano, y a otras personas, incluido Jack Barnes, secretario nacional del PST.
‘Una revolución genuina’
“Las sucesivas administraciones estadounidenses han negado el hecho de que la Revolución Cubana es un proceso genuino nacido del pueblo cubano”, dijo el embajador Pedroso. Pero lo que logró el pueblo cubano hace 60 años en Playa Girón desmiente esa afirmación.
“Nuestra revolución no fue importada ni inventada por un grupo de jóvenes soñadores”, dijo el embajador. “La revolución, la campaña de alfabetización y la victoria de Playa Girón fueron consecuencia de años de lucha contra la injerencia yanqui y el desatino de gobiernos neocoloniales y dictaduras sangrientas que desoyeron las necesidades del pueblo cubano”, el cual padecía “el analfabetismo, la desnutrición, el desempleo, la prostitución y lo que algunos historiadores han llamado el paraíso de las drogas y el juego para los ciudadanos de Estados Unidos”.
Al finalizar el encuentro, en un brindis para celebrar estas victorias, el embajador levantó su copa y dijo: “¡Por un nuevo Girón, esta vez por un gran movimiento internacional para derrotar el bloqueo!”.
En su discurso a la Asamblea General de la ONU en septiembre de 1960, dijo Catherine Murphy, Fidel Castro anunció que Cuba erradicaría el analfabetismo en el próximo año. El compromiso de que todos los cubanos —tuvieran 85 años u 8— aprendieran a leer, escribir y calcular fue “pilar central” del programa de la revolución, dijo Murphy. Lo ha sido desde el alegato de autodefensa de Fidel Castro en 1953 en los tribunales de la tiranía de Batista, discurso que se imprimió y difundió por cientos de miles de ejemplares bajo el título “La historia me absolverá” como parte de la lucha revolucionaria que triunfó seis años después. Murphy mostró un ejemplar de ese programa histórico y apuntó que Pathfinder lo había publicado en una traducción al inglés.
En 1961, unos 100 mil jóvenes menores de 18 años se incorporaron como voluntarios a brigadas durante casi un año. Se esparcieron mayormente por zonas rurales y montañosas. La muestra del nuevo video de Murphy explicaba que estos jóvenes no solo impartían clases sino participaban en las labores agrícolas diarias, vacunaban a los niños, enseñaban medidas básicas de salud, inscribían a niños que no tenían acta de nacimiento, casaban a los matrimonios y mucho más.
Fue una movilización popular y proletaria que solo fue posible como parte de una revolución socialista, y que transformó no solo a los brigadistas sino a los campesinos y otros trabajadores a quienes les enseñaban y de quienes aprendían. En total, un cuarto de millón de cubanos fueron alfabetizadores voluntarios en esa campaña.
La dirección cubana estaba segura de que podrían cumplir esta meta aparentemente imposible, dijo Murphy, por lo que el pueblo trabajador ya había hecho, empezando con una profunda reforma agraria casi dos años antes. Ya desde abril de 1960, cientos de voluntarios estaban alfabetizando a niños y adultos en las montañas. En enero de 1961, Conrado Benítez, un brigadista alfabetizador de 19 años de edad, fue asesinado por bandidos contrarrevolucionarios. La nueva película, dijo Murphy, rinde homenaje al ejemplo revolucionario de Benítez.
María de los Ángeles Vásquez, independentista puertorriqueña y esposa de Rafael Cancel Miranda, envió un mensaje al evento. Cancel Miranda, un revolucionario de toda la vida y dirigente de la lucha por la libertad de Puerto Rico, falleció en 2020. En la sala se exhibió el texto de su mensaje junto con fotos de Cancel Miranda y otros nacionalistas puertorriqueños en 1979 cuando fueron recibidos por Fidel Castro tras ser liberados después de un cuarto de siglo en prisiones norteamericanas.
En el evento también se leyó un mensaje de Ike Nahem, un organizador de la Coalición Cuba Sí de Nueva York y Nueva Jersey.
Curso proletario para toda la vida
Mary-Alice Waters enfocó sus palabras en la importancia del camino que la victoria de Playa Girón y la campaña de alfabetización —es decir, la Revolución Cubana misma— habían abierto para los trabajadores comunistas y jóvenes de inclinación revolucionaria en Estados Unidos. Eso es realmente motivo de celebración, dijo, porque “sin esa trayectoria política revolucionaria, hoy no estaríamos aquí”.
Para los presentes en la sala que habían vivido aquellos días de abril de 1961, y “me cuento entre ellos”, dijo Waters, esos sucesos “nos definieron y establecieron un curso de acción para toda la vida”. En esa época, dijo Waters, ella era “una estudiante universitaria sin experiencia y apolítica”. Pero para Waters y otros como ella, “la posibilidad de ser revolucionarios proletarios se volvió totalmente realista y concreta” en 1961, por el ejemplo de la revolución socialista cubana.
Waters citó el discurso que Fidel Castro dio el 16 de abril de 1961 —poco después de los primeros bombardeos aéreos organizados por Washington— preparando a los trabajadores, campesinos y jóvenes cubanos para la batalla inevitable que sabían que se avecinaba: la invasión mercenaria en Bahía de Cochinos que comenzó al día siguiente.
“Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas”, dijo Castro, es “la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba.
“Lo que no pueden perdonarnos [es] que hayamos hecho una revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos”.
Pero esa afirmación de Fidel sobre el carácter socialista de la revolución no era una declaración ideológica, señaló Waters, sino una trayectoria política obrera que se iba desarrollando. Y no surgió de la nada. Desde los primeros días después del triunfo de enero de 1959, se había debatido si lo que estaba sucediendo en Cuba era una revolución socialista o —como insistían las direcciones tradicionales de los Partidos Comunistas en Cuba, toda América Latina y Estados Unidos— una revolución democrático-burguesa.
El 28 de julio de 1960, nueve meses antes de Playa Girón, apuntó Waters, Che Guevara había hablado en La Habana ante miles de jóvenes en la sesión de apertura del Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes. “Si a mí me preguntaran si esta revolución que está ante los ojos de ustedes es una revolución comunista”, dijo Guevara, “vendríamos a caer en que esta revolución, en caso de ser marxista —y escúchese bien que digo marxista—, sería porque descubrió también, por sus métodos, los caminos que señalara Marx”.
Una revolución socialista “no se puede hacer con engaños”, dijo Waters. “Es un acto de hombres y mujeres libres, de hombres y mujeres conscientes”. Es producto del tipo de experiencias de lucha de clases que millones de trabajadores cubanos habían atravesado mucho antes de abril de 1961. “Primero viene el hecho”, dijo Waters. “Pero el hecho profundiza la importancia de la teoría, de comprender para qué estás luchando y por qué. Para qué estás dispuesto a dar la vida.
“Sin esa conciencia política proletaria”, dijo Waters, “la campaña de alfabetización en Cuba habría sido una reforma burguesa”, como las de la Revolución Mexicana a principios del siglo XX. Y no un camino para unificar al pueblo trabajador de la ciudad y del campo y abrir paso a su creciente participación en la dirección de todos los aspectos de la sociedad.
Hasta el día de hoy, la clase gobernante de Estados Unidos y sus propagandistas promueven la mentira de que el desenlace en Playa Girón fue resultado de las vacilaciones del presidente demócrata John F. Kennedy y de que la CIA no organizara el apoyo aéreo necesario para la fuerza invasora.
“Pero la batalla en Playa Girón no se perdió a causa de ‘errores’”, dijo Waters. “Se ganó gracias al valor y la disciplina del pueblo cubano”.
Citó las palabras de Che Guevara ante una asamblea de obreros eléctricos y milicianos poco después de la victoria. La operación del gobierno de Estados Unidos “desde un punto de vista militar estaba bien concebida”, dijo Che. “Ellos hicieron unos cálculos matemáticos, como si enfrente de ellos estuviera el ejercito alemán y ellos vinieran a tomar una cabeza de playa en Normandía”. Organizaron la invasión “con la efectividad que tienen en esas cosas.
“Pero les faltó medir la correlación moral de fuerzas”, dijo Guevara. “Midieron mal la capacidad de reaccionar” y luchar del pueblo trabajador cubano que resistía la agresión.
‘Nuestra lucha es aquí en EEUU’
Al concluir, Waters retomó el tema de lo que significó la Revolución Cubana para la lucha de clases y para los trabajadores y jóvenes comunistas en Estados Unidos.
A medida que avanzaba la Revolución Cubana, dijo, en Estados Unidos el movimiento proletario de masas por los derechos civiles estaba derrumbando el sistema Jim Crow de segregación racial impuesto por el estado. “Podíamos empezar a ver el tipo de fuerzas sociales, las fuerzas obreras capaces de hacer aquí lo que el pueblo trabajador estaba logrando en Cuba. Podíamos ver las perspectivas de hacer una revolución socialista aquí también.
“La victoria cubana en Playa Girón destruyó el mito de la invencibilidad del imperialismo norteamericano”, dijo Waters. “Mostró lo que es capaz de hacer el pueblo trabajador con una calidad de liderazgo forjada en combate y, parafraseando a Fidel Castro, con el tipo de sacrificios que eso conlleva”.
Waters relató la experiencia del dirigente del PST Jack Barnes, quien como estudiante universitario pasó el verano de 1960 en Cuba. Barnes participó en el Congreso Latinoamericano de Juventudes donde habló Che Guevara, y participó en los debates sobre si se estaba llevando o no una revolución socialista en Cuba. Los trabajadores estaban “interviniendo” fábricas y otros centros de trabajo para detener el sabotaje de los patrones. Y habían movilizaciones obreras masivas que acompañaban las nacionalizaciones de empresas estadounidenses y de otros países imperialistas.
Barnes explicó a un dirigente miliciano local, a quien había llegado a conocer, que él estaba pensando en quedarse en Cuba para ayudar a defender la revolución de la agresión del gobierno norteamericano que todos sabían que venía. “No. Tu trabajo no está aquí”, le dijo el miliciano a Barnes. “Nosotros nos ocuparemos de los invasores cuando lleguen. Tu trabajo está en Estados Unidos: encontrar a otros como tú que estén decididos a hacer allí lo que estamos haciendo aquí”.
Ese miliciano tenía razón, dijo Waters. “Nos da mucha satisfacción celebrar las victorias de la Revolución Cubana. Son victorias para todos nosotros.
“Pero nunca olvidamos que nuestra lucha está aquí en Estados Unidos”, dijo Waters, “construyendo un partido y un movimiento obrero que pueda arrancarle el poder a la clase capitalista. Eso también lo celebramos hoy”.
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Los participantes se quedaron más de una hora después del programa, conversando con los oradores y entre sí, estudiando las exposiciones, comprando libros y gozando la gran variedad de comida preparada por voluntarios. En total, los asistentes compraron 15 libros, incluidos cuatro ejemplares de Cuba y la revolución norteamericana que viene.
Fidel Gómez, un cubano residente en Nueva Jersey que participa en las caravanas contra el embargo norteamericano, dijo al Militante que aunque él nació en 1969, su padre y su tío combatieron como milicianos en Playa Girón. “Esa fue una gran victoria para el pueblo cubano, para la revolución y para el socialismo”, dijo.
Oscar Montes, un joven trabajador que asistió al evento, recordó cómo le había impactado Maestra, el documental anterior de Catherine Murphy sobre la campaña de alfabetización. “La Revolución Cubana estaba concientizando en esa época, y todavía está concientizando 60 años después”.
“En la escuela no nos enseñan acerca de la Revolución Cubana”, dijo Dakota Jarrett, estudiante de secundaria en Pittsburgh. “Necesitamos defenderla. ¿Por qué no va a ser posible hacer también una revolución aquí en Estados Unidos?”
En el evento se recaudó más de 3 mil dólares para el trabajo del Partido Socialista de los Trabajadores.
Sara Lobman y Candace Wagner contribuyeron a este artículo.