NACIONES UNIDAS — Casi 20 oradores de organizaciones en Puerto Rico y Estados Unidos dieron testimonio el 18 de junio en una audiencia del comité de descolonización de la ONU. Se pronunciaron sobre las consecuencias devastadoras que significa el dominio colonial norteamericano para el pueblo puertorriqueño.
El comité adoptó una resolución, presentada por el gobierno revolucionario de Cuba, en apoyo al “derecho inalienable del pueblo de Puerto Rico a la libre determinación y la independencia”. Puerto Rico ha sido colonia de Washington desde que tropas estadounidenses invadieron la isla en 1898. Los trabajadores allí son una fuente importante de mano de obra superexplotada para los patrones de la industria farmacéutica y otras empresas norteamericanas.
Los puertorriqueños enfrentan los efectos catastróficos de “más de 15 años de depresión económica”, dijo Juan Dalmau, secretario general del Partido Independentista Puertorriqueño. Y además, dijo, los aplasta una “deuda pública impagable” de 74 mil millones de dólares.
Un orador tras otro describió los drásticos recortes en las condiciones de vida dictados por la junta fiscal que la administración de Barack Obama y el congreso norteamericano impusieron en 2016 para garantizar el pago de la deuda a los adinerados bonistas.
Trilce Torres, del Gran Oriente Nacional, una logia masónica independentista, informó que “la junta ha ordenado un aumento en el costo de los servicios de agua, luz y los peajes de las autopistas; un recorte de hasta 10 por ciento a las pensiones de nuestros viejos; un recorte adicional que reduce a menos de la mitad el presupuesto de nuestra universidad pública”.
Otros señalaron que Washington y el gobierno colonial han hecho poco para reconstruir la infraestructura básica desde que el huracán María arrasó la isla en 2017, dejando a gran parte de la isla sin electricidad durante casi un año. Hoy día se siguen produciendo apagones periódicos.
“Puerto Rico fue particularmente golpeado por la pandemia”, señaló Gabriela Malespín de Resistencia Boricua Nueva York. Y con los apagones recientes, “la electricidad en los hospitales va y viene, aún cuando tienen generadores de reserva, lo cual arruina el equipo hospitalario necesario. Es muy precario el acceso a médicos, hospitales y atención médica crítica en la isla”.
Malespín llamó a abolir la junta impuesta por Washington y a cancelar la deuda de Puerto Rico. Dijo que Puerto Rico necesita un gobierno “que priorice las necesidades de la clase trabajadora”.
Myrna Pagán, residente de Vieques, denunció la falta de centros médicos en esa isla desde que su único hospital fue destruido por el huracán. Hoy, dijo, solo hay “una instalación improvisada en un refugio para tormentas” y transporte limitado para llevar casos urgentes a la isla grande.
La respuesta de los gobernantes coloniales a la pandemia ha magnificado la crisis social de muchas maneras, desde los altos niveles de desempleo hasta el toque de queda nocturno que duró un año y apenas se levantó en mayo. Como parte de los cierres impuestos por el gobierno, las escuelas desde preescolar hasta la universidad “permanecen cerradas desde hace más de 15 meses”, informó Estelí Capote del Frente Socialista. Además, dijo, el 43 por ciento de las escuelas en la isla han sido clausuradas en los últimos 10 años.
Edwin Ortiz, del grupo Llamado a la Acción por Puerto Rico, y otros oradores denunciaron la reciente entrega de la empresa eléctrica pública a una compañía privada estadounidense-canadiense, Luma Energy. Señalaron que esto ya ha significado un ataque al sindicato de trabajadores de la electricidad UTIER y aumentará las tarifas de luz.
‘¡Cancelar la deuda!’
Martín Koppel, a nombre del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos, recalcó que “los trabajadores en Puerto Rico no son víctimas indefensas, están respondiendo”. Destacó las protestas en toda la isla contra la privatización de la autoridad eléctrica, la reciente huelga exitosa de obreros de una empresa de productos lácteos y las protestas de camioneros independientes. Se plegó al llamado a que Washington cancele la deuda de Puerto Rico.
Koppel agregó que “una lucha exitosa por la independencia de Puerto Rico contra el dominio de Washington también fortalecerá al pueblo trabajador en Estados Unidos. Enfrentamos a un enemigo común: la clase capitalista dominante en Estados Unidos, su gobierno y sus partidos, tanto demócratas como republicanos”.
“No podemos caer en el error de creer que la elección de un presidente demócrata en Estados Unidos vaya a adelantar la descolonización de Puerto Rico”, dijo Manuel Rivera de Puertorriqueños Unidos en Acción. “Tanto demócratas como republicanos por igual han tratado a Puerto Rico de la misma forma, como si fuera una finca privada”.
Varios oradores rechazaron como fraude la llamada Ley de Autodeterminación para Puerto Rico, un proyecto patrocinado por las demócratas Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio-Cortez. “Le da al gobierno de Estados Unidos los poderes para aprobar o desaprobar lo que nosotros queremos” en torno al estatus de Puerto Rico, dijo Ben Ramos de ProLibertad. “Demuestra nuestra dominación colonial”.
Al final de la sesión, el embajador cubano Pedro Luis Pedroso presentó la resolución en apoyo al derecho de Puerto Rico a la independencia, que fue adoptado por el comité de descolonización. Pedroso afirmó la solidaridad que el gobierno revolucionario cubano ha brindado durante décadas a las luchas de los puertorriqueños.