Apoye la independencia de Ucrania, no los fines del imperialismo EEUU

Editorial
4 de abril de 2022

El Partido Socialista de los Trabajadores y el Militante están a favor de la defensa incondicional de la autodeterminación e independencia de Ucrania.

Es parte de nuestra continuidad comunista que se remonta a la Revolución Bolchevique de 1917. En 2014-15 enviamos equipos de reporteros para cubrir de primera mano las movilizaciones obreras en el Maidan que derrocaron al régimen pro-Moscú de Viktor Yanukovych, y las batallas de trabajadores, agricultores, tártaros de Crimea, víctimas del desastre nuclear en Chernobyl y otros para defender sus intereses contra los de Moscú y de los gobernantes capitalistas ucranianos por igual.

Ahora redoblamos ese compromiso en medio de los ataques asesinos del régimen del presidente Vladímir Putin, quien está empeñado en aplastar la independencia de Ucrania y reconstruir la prisión de naciones oprimidas del gran nacionalismo ruso. La derrota de la invasión rusa beneficia los intereses de la clase trabajadora en Ucrania, Rusia y en todo el mundo.

Pero los trabajadores de Ucrania no pueden mirar hacia Washington para proteger su libertad. Washington, al igual que sus rivales imperialistas en Europa y en otros lugares, está siempre interesado ante todo en proteger su dominio sobre los mercados y las ganancias.

Los gobernantes capitalistas norteamericanos tienen un largo historial de intervenciones militares en todo el mundo. Siempre lo hacen bajo el lema de proteger a los pueblos de una tiranía, para disfrazar las garras de una potencia conquistadora empeñada en la explotación, como lo demuestra inequívocamente su historial.

Los gobernantes capitalistas norteamericanos subieron a la cima de la jerarquía imperialista a través de guerras e intervenciones coloniales, desde Puerto Rico y las Filipinas en 1898 hasta la guerra más larga de su historia en Afganistán. Esto incluye la invasión de Corea, Vietnam, Iraq y los Balcanes. Su objetivo central hoy es mantenerse en la cima.

Washington impuso una zona de exclusión aérea en Iraq en la década de 1990 supuestamente para proteger a los kurdos del brutal régimen de Saddam Hussein. Pero, de hecho, los gobernantes en Washington se mantuvieron al margen y permitieron que Saddam masacrara un levantamiento de kurdos después de la Guerra del Golfo de 1991. Usaron su zona de exclusión aérea para debilitar severamente las defensas aéreas iraquíes, preparando el camino para la segunda Guerra del Golfo de Washington.

Las innumerables intervenciones de Washington en América Latina han pisoteado el derecho de las naciones a la autodeterminación. Bajo el pretexto de salvar vidas, las fuerzas norteamericanas invadieron la República Dominicana en 1965 y aplastaron un levantamiento popular contra un golpe de estado respaldado por Washington que derrocó al gobierno electo. En 1989, Washington bombardeó e invadió Panamá, derrocando un gobierno soberano e imponiendo uno que fuera más sumiso a los gobernantes norteamericanos.

‘Ni un centavo, ni una sola persona, para la intervención imperialista de Washington en cualquier lugar’ debe ser la consigna de los trabajadores y nuestros aliados.

Miremos hacia la resistencia decidida de los trabajadores en Ucrania y la solidaridad que están inspirando del pueblo en Rusia y alrededor del mundo. Esta es el cimiento de las fuerzas de clase que pueden derrotar a Moscú y deshacerse de su yugo. Su lucha es una muestra de nuestras capacidades para unirnos, ganar apoyo y nuestro poder potencial. Anuncia una resistencia más profunda y nuevos Maidans por venir.

Pero el orden mundial capitalista en decadencia y las brutales consecuencias de sus guerras demuestran por qué el pueblo trabajador debe emprender el camino trazado por los trabajadores y agricultores en Cuba en 1959. Forjaron una dirección comunista en el curso de su lucha para derrocar al régimen dictatorial de Fulgencio Batista respaldado por Washington, tomaron el poder en sus propias manos e hicieron una revolución socialista. Esto es lo único que puede impedir que los gobernantes capitalistas nos lleven a la guerra.