‘Lucha contra odio antijudío esindispensable para forjar partidos proletarios revolucionarios’

25 de julio de 2022
Demagogos antisemitas usan a judíos como chivos expiatorios por desigualdades creadas por el capitalismo. Intentan oponer a negros contra judíos, alegando que “caseros judíos” son culpables de rentas altas. Arriba, supermercado kosher en Jersey City baleado en diciembre de 2019, donde dos individuos mataron a Moshe Deutsch, Leah Mindel Ferencz y Douglas Rodríguez (recuadro, de izquierda a derecha).
Isaac Wolner/Arutz Sheva 7Demagogos antisemitas usan a judíos como chivos expiatorios por desigualdades creadas por el capitalismo. Intentan oponer a negros contra judíos, alegando que “caseros judíos” son culpables de rentas altas. Arriba, supermercado kosher en Jersey City baleado en diciembre de 2019, donde dos individuos mataron a Moshe Deutsch, Leah Mindel Ferencz y Douglas Rodríguez (recuadro, de izquierda a derecha).

A continuación reproducimos las palabras de Martín Koppel en una presentación celebrada el 27 de abril en la Feria Internacional del Libro. En el evento se lanzó la nueva edición de la editorial Pathfinder de La cuestión judía: Una interpretación marxista, por Abram Leon. Se realizó en Habana Vieja en el Palacio del Segundo Cabo. Koppel, miembro del Partido Socialista de los Trabajadores, estuvo a cargo de la traducción al español de esta nueva edición. Copyright © 2022, reproducido con autorización.

BY MARTÍN KOPPEL

Es un placer compartir con nuestros compañeros y amigos esta presentación de La cuestión judía: Una interpretación marxista, de Abram Leon. Los aportes que han hecho aquí mis co-panelistas se basan en mucho conocimiento a partir de su trabajo y sus experiencias aquí en Cuba y más ampliamente.

Yo quisiera enfocarme en por qué la editorial Pathfinder publicó esta nueva edición del libro: en inglés, español y francés. Y cómo los trabajadores comunistas en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y otros países estamos usándolo de manera amplia como herramienta política y educativa para llegar a trabajadores y jóvenes.

Como explica Dave Prince, dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos, en la nueva introducción, el odio antijudío y la lucha en su contra son cuestiones fundamentales para la clase trabajadora a nivel mundial. Abram Leon describe las raíces del antisemitismo a través de dos mil años de sociedad de clases. Explica cómo llegó a ser y sigue siendo inherente al dominio capitalista.

Reafirmando un fundamento programático del movimiento comunista al que había sido reclutado, Leon escribió: “No hay solución a la cuestión judía en el capitalismo, como tampoco hay solución a los demás problemas que enfrenta la humanidad, sin profundas convulsiones sociales”, convulsiones revolucionarias. “Sin eliminar las profundas causas de la cuestión judía, no se podrán eliminar sus efectos”.

Trabajadores de hospital en Haifa, Israel, con letreros en hebreo y árabe que dicen, “Judíos y árabes rehúsan ser enemigos”, mayo de 2021. Es un ejemplo, dijo Koppel, del potencial de trabajadores —judíos, árabes y demás— de romper divisiones fomentadas por las clases dominantes capitalistas en todo el Medio Oriente y luchar juntos.
Rambam Health Care CampusTrabajadores de hospital en Haifa, Israel, con letreros en hebreo y árabe que dicen, “Judíos y árabes rehúsan ser enemigos”, mayo de 2021. Es un ejemplo, dijo Koppel, del potencial de trabajadores —judíos, árabes y demás— de romper divisiones fomentadas por las clases dominantes capitalistas en todo el Medio Oriente y luchar juntos.

La lucha contra el odio antijudío es parte indispensable de forjar partidos obreros revolucionarios en Estados Unidos y todo el mundo. Partidos capaces de conducir a decenas de millones de trabajadores para derrocar el dominio capitalista y tomar el poder estatal. Es el único camino para poner fin a la explotación, opresión e incesantes guerras engendradas por el capitalismo.

Aumento del odio antijudío

Hoy estamos viviendo un aumento en la violencia y otros ataques antijudíos en muchos países. Están impulsados por la creciente polarización de clases, al multiplicarse las crisis económicas y sociales del capitalismo mundial. El orden mundial impuesto por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, ante todo por el capital financiero norteamericano, está en decadencia, sacudido por crecientes y explosivas rivalidades entre las clases dominantes.

Hoy vemos ese descalabro con la invasión de Moscú a Ucrania y el asalto a su autodeterminación nacional, al derecho mismo de Ucrania a existir. Lo vemos en la acelerada campaña armamentista de las potencias imperialistas rivales en Norteamérica, Europa, Asia y el Pacífico. Lo vemos en las dos décadas de guerras que han desgarrado a países desde Afganistán hasta Iraq, Siria, Líbano y Libia.

Muchos de ustedes habrán leído acerca de mortíferos incidentes en años recientes, desde los tiroteos en sinagogas en Pittsburgh y Los Ángeles hasta el atentado a un supermercado kosher en París. Han sido actos de individuos. Hoy día las fuerzas de tipo fascista en Estados Unidos aún son muy reducidas.

Sin embargo, las acciones antijudías no son aberraciones. Y no solo provienen de ultraderechistas y yihadistas.

El antisemitismo y la aceptación del antisemitismo están muy generalizados y van creciendo en la izquierda, incluso entre políticos del Partido Demócrata y los medios liberales en Estados Unidos. Esto a menudo se lleva a cabo bajo la fachada del “antisionismo”. Les doy unos ejemplos:

Primero, la campaña llamada “Boicot, Desinversión y Sanciones” (BDS) para excluir a músicos, atletas y académicos israelíes de eventos internacionales, y para boicotear productos hechos en Israel y empresas que hacen negocios con Israel. Esta campaña antes se limitada mayormente a las universidades, pero ahora se ha extendido mucho más ampliamente.

Debo subrayar que, en contraste con esto, en Cuba no se boicotean las competiciones deportivas internacionales con equipos y atletas israelíes, y existen intercambios culturales con Israel.

La campaña “Boicot, Desinversión y Sanciones” pretende excluir a músicos, atletas y académicos israelíes de eventos internacionales y ataca a empresas que comercian con Israel. Arriba, movilización en Melbourne, Australia, junio de 2010. El antisemitismo, a menudo bajo el manto del “antisionismo”, dijo Koppel, “está muy generalizado en la izquierda, incluso entre políticos del Partido Demócrata”.
La campaña “Boicot, Desinversión y Sanciones” pretende excluir a músicos, atletas y académicos israelíes de eventos internacionales y ataca a empresas que comercian con Israel. Arriba, movilización en Melbourne, Australia, junio de 2010. El antisemitismo, a menudo bajo el manto del “antisionismo”, dijo Koppel, “está muy generalizado en la izquierda, incluso entre políticos del Partido Demócrata”.

Segundo, la aceptación más generalizada de la consigna “Desde el río hasta el mar, Palestina será libre”. Lo que significa es libre de judíos. Significa la expulsión de todos los judíos de Israel: desde el Río Jordán hasta el Mediterráneo. Ese es el objetivo declarado del reaccionario gobierno de Hamás en Gaza: la “obliteración” de Israel, según proclama su carta constitutiva de 1988. Y Hamás, como sabemos, está aliado al gobierno de Irán y recibe armas de él.

Tercero, el antisemitismo muy difundido entre el liderazgo del Partido Laborista Británico, especialmente bajo su reciente dirigente, Jeremy Corbyn.

Cuarto, la negativa del Caucus Demócrata en el Congreso de Estados Unidos de condenar declaraciones antisemitas de algunos de sus miembros.

Los miembros del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos y de nuestros partidos hermanos en otros países buscamos todas las formas de llegar a los trabajadores, a los agricultores y a los jóvenes para presentar una perspectiva obrera revolucionaria, incluida la lucha contra el odio antijudío.

Utilizamos este libro y otros, como los que están en la mesa a la entrada de este salón, y el semanario El Militante. Vamos de puerta en puerta para conocer y hablar con trabajadores de todas las procedencias y nacionalidades. Nos sumamos a trabajadores en huelgas y otras actividades sindicales. Participamos en manifestaciones contra la violencia antijudía y otras protestas sociales. En las campañas electorales, los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores llegan al público más amplio posible.

La gran mayoría de los trabajadores se ven repelidos por el odio antijudío. Muchos quieren saber de dónde proviene y qué se puede hacer para eliminarlo. Algunos se interesan en la perspectiva obrera revolucionaria que presentamos, y los instamos a que ellos nos acompañen en actividades políticas y se unan al Partido Socialista de los Trabajadores.

Historial del movimiento comunista

Al inicio de esta presentación, el moderador les dijo un poco sobre Abram Leon, y podrán aprender más en el libro. Leon fue dirigente de un partido obrero revolucionario en Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial. Luchó por la perspectiva comunista e internacionalista que llevaron a cabo los bolcheviques bajo la dirección de Lenin.

El gobierno dirigido por los bolcheviques, que llegó al poder en la Revolución Rusa de octubre de 1917, puso fin a la larga historia de pogromos antijudíos en el antiguo imperio zarista. Defendió los derechos políticos de los judíos y fomentó un renacimiento del teatro y literatura yiddish y otra cultura judía. Bajo el liderazgo de Lenin, sentó un ejemplo para la clase trabajadora a nivel mundial.

Leon fue asesinado en las cámaras de gas nazis en Auschwitz en 1944. Pero su libro fue publicado, primero en Francia en 1946, después en inglés en 1950 por el antecesor de Pathfinder, que lo ha mantenido impreso desde entonces. Una edición en español, ya agotada desde hace mucho tiempo, se publicó por primera vez en Argentina en 1953. Y ahora tenemos esta nueva edición.

Bases materiales del odio antijudío

En su comprensión de la cuestión judía, Abram Leon se basaba en la dialéctica e historia materialista de Carlos Marx sobre la sociedad de clases. “No debemos partir de la religión para explicar la historia judía”, escribió Leon. “Al contrario, la preservación de la religión o nacionalidad judía solo puede explicarse . . . por el judío en su posición económica y social”. Él examina cómo esa posición evolucionó a través de dos milenios.

Los judíos eran un pueblo comerciante en la antigüedad y llegaron a ser una clase comercial en la sociedad feudal, ocupando una función económica irremplazable. Durante muchos siglos fueron el vínculo entre Europa y Asia. La burguesía mercantil en Europa que fue surgiendo a partir del siglo 11 desplazó brutalmente a los judíos, desatando persecuciones y expulsiones en masa.

En el capitalismo industrial y capital financiero moderno, explica Leon, las clases dominantes toman esa historia de muchos siglos y la tergiversan para usar a los judíos como chivos expiatorios y tratar de desviar a las masas de la verdadera causa de su explotación y opresión: el sistema capitalista de producción y comercio.

Los demagogos antisemitas culpan a los “banqueros judíos” por las desigualdades sociales causadas por el capitalismo. Intentan oponer a los negros contra los judíos, afirmando que los “caseros judíos” son culpables de los alquileres altos en ciudades como Nueva York. Alegan falsamente que judíos poderosos controlan los medios de comunicación y que pretenden controlar al mundo. Afirman que un “lobby judío” domina la política exterior norteamericana.

El odio antijudío no es simplemente una forma más de prejuicio. Cuando se produce un ascenso del antisemitismo, inicialmente no proviene de la clase dominante. Se origina en las clases medias inseguras, que en tiempos de aguda crisis social temen verse arruinadas y caer en las filas de la clase trabajadora. Esto lo vemos tanto en la política ultraderechista como en la demagogia anticapitalista de sectores privilegiados de clase media en Estados Unidos.

Es solo cuando los capitalistas ven su dominio amenazado por una poderosa clase trabajadora organizada y políticamente consciente que entonces empiezan a financiar y fomentar a bandas fascistas, con el objetivo ante todo de aplastar a las organizaciones obreras y a la vanguardia comunista.

Israel como refugio para judíos

¿Qué pasó durante los últimos 90 años de historia imperialista que hizo inevitable la creación de Israel como refugio para judíos? Les recomiendo que lean una explicación más a fondo en la introducción al libro.

En Alemania imperialista en los años 30, el partido nazi logró imponer su régimen fascista sin disparar un solo tiro. El Partido Comunista Alemán, bajo dirección estalinista, seguía un curso ultraizquierdista y rehusó cerrar filas con sus rivales en el Partido Socialdemócrata y formar un frente único obrero para derrotar al fascismo. El resultado fue que los nazis aplastaran al movimiento obrero y las posibilidades de una revolución socialista en ese país.

Para fines de esa década, el régimen de Hitler desató lo que él denominó la “Solución Final”, el Holocausto. Un 40 por ciento de la población judía en el mundo, 6 millones de seres humanos, fueron masacrados. Entre ellos, el 90 por ciento de los judíos en Polonia.

Washington bajo la administración Roosevelt, Londres y otras potencias imperialistas les cerraron la puerta a los refugiados judíos entre 1933 y 1948. Muchos cubanos saben algo de la historia del buque Saint Louis, que llevaba a más de 900 refugiados judíos de Alemania y que fue rechazado por los gobiernos de Cuba, Estados Unidos y Canadá en 1939. La exclusión de los judíos por las potencias imperialistas continuó durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

Oportunidades revolucionarias para que la clase trabajadora tomara el poder en Grecia, Francia, Italia y otros países fueron bloqueadas por los Partidos Comunistas respectivos. Estos apoyaban la línea de Moscú de subordinar las luchas del pueblo trabajador —en nombre de la “coexistencia pacífica”— a un intento de continuar la alianza en tiempos de guerra con gobiernos imperialistas.

Bajo estas condiciones, los sobrevivientes judíos del exterminio nazi buscaron amparo en Palestina frente a la miseria y persecución.

La lucha de clases da giros inesperados. La existencia y necesidad del estado israelí como refugio para los judíos —establecido hace casi 75 años— ha sido decidida por la historia.

Como explica Dave Prince en la introducción del libro, los trabajadores y los oprimidos en todas partes necesitan reconocer este hecho y apoyar incondicionalmente el derecho de los judíos a buscar refugio en Israel.

Esta necesidad se pone de manifiesto hoy cuando vemos a miles de judíos que huyen de la invasión a Ucrania por parte de Moscú y buscan santuario en Israel. Y miles de judíos también están huyendo de Rusia a Israel.

También llamamos a la formación de un estado palestino soberano, sobre territorio contiguo.

La perspectiva presentada en la introducción a esta nueva edición de La cuestión judía  es el camino que permitirá a las masas trabajadoras por todo el Medio Oriente —judíos, palestinos, kurdos, drusos, musulmanes, cristianos— comenzar a romper los prejuicios, odios y divisiones fomentados por las clases dominantes imperialistas y nacionales. Comenzar a luchar juntos en defensa de sus intereses comunes de clase.

En un mural aquí que ilustra los principales temas del libro, verán una foto tomada en Haifa, Israel, en mayo del año pasado. Un grupo de trabajadores de la salud están frente al hospital donde trabajan, con letreros en árabe y en hebreo que dicen, “Judíos y árabes rehúsan ser enemigos”. Ese acto aún es una excepción, pero muestra el potencial.

Llamar al reconocimiento incondicional de Israel como refugio para los judíos no significa apoyar al gobierno israelí y su política interior o exterior. Israel es un estado burgués. Defiende los intereses de la clase dominante capitalista, no de los trabajadores y agricultores, sean judíos, árabes u otros. Ese carácter de clase del estado israelí debilita su capacidad hasta de ofrecer protección a los judíos, sobre todo frente a la actual crisis cada vez más violenta del orden imperialista.

El movimiento obrero revolucionario no da apoyo político al gobierno de Israel ni a los partidos burgueses allí, ni a los de ningún otro país de la región, desde Palestina hasta Iraq, Siria, Egipto, Turquía e Irán.

Existen dos caminos en el mundo de hoy: el camino burgués y el proletario. El único camino para avanzar  es el de las luchas del pueblo trabajador, independientemente de todos los partidos capitalistas, que lleven a más y más confianza y conciencia de la necesidad de tomar el poder, establecer un gobierno de trabajadores y agricultores y abrir el camino a la revolución socialista.

Liderazgo de Fidel Castro

Quisiera concluir destacando el liderazgo de Fidel Castro en la lucha contra el odio antijudío.

“Nadie ha sido calumniado más que los judíos”, dijo Fidel en una entrevista que concedió al periodista norteamericano Jeffrey Goldberg, publicada en 2010 en la revista Atlantic. “Se los culpa y se los difama por todo”.

“No hay nada que pueda compararse al Holocausto”, dijo el líder cubano. Estaba respondiendo a declaraciones antisemitas del entonces presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, quien negaba el hecho del Holocausto.

El gobierno iraní, subrayó Fidel, “sería más útil a la causa de la paz si reconociera la historia ‘única’ del antisemitismo y tratara de entender por qué los israelíes temen por su vida”.

Cuando Goldberg le preguntó si el Estado de Israel tiene derecho a existir, Fidel respondió: “Sí, sin ninguna duda”.

Hoy día Cuba es el único país del mundo donde los judíos no enfrentan discriminación o la amenaza de la violencia. La razón es que el pueblo trabajador en Cuba, con una dirección revolucionaria internacionalista, derrocó el dominio capitalista e hizo una revolución socialista.

Con la agudización de la crisis mundial del capitalismo, es inevitable que surjan movimientos fascistas. Es una ilusión fatal pensar que podemos confiar en la “democracia” liberal y en partidos capitalistas para proteger a los judíos en Estados Unidos, Europa, el Medio Oriente o cualquier otra parte del mundo.

El camino para avanzar es el de emular el ejemplo de la revolución socialista cubana. Es decir, forjar partidos proletarios, en Estados Unidos y otros países, que puedan dirigir a los trabajadores en luchas hacia la toma del poder estatal y a sumarse a la lucha por un mundo socialista. Es la única manera de prevenir la catástrofe para la humanidad a la cual nos arrastra el imperialismo.

Esa es la batalla a la que se dedicó Abram Leon. Pienso que hoy día, este libro les resultará a ustedes un arma valiosa en esa lucha.