Redada al expresidente Trump es ataque a derechos

Drástico viraje de crisis política de gobernantes capitalistas

Por Seth Galinsky
22 de agosto de 2022
Agentes armados del Servicio Secreto durante redada del FBI de la casa del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, el 8 de agosto. La cacería de brujas de los Demócratas contra Trump es una amenaza seria a las protecciones constitucionales.
Terry Renna/Associated PressAgentes armados del Servicio Secreto durante redada del FBI de la casa del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, el 8 de agosto. La cacería de brujas de los Demócratas contra Trump es una amenaza seria a las protecciones constitucionales.

En un amplio ataque a los derechos constitucionales, la administración de Joe Biden ordenó una redada de la residencia del ex presidente Donald Trump en Mar-a-lago, Florida, por más de 30 agentes del FBI y del Servicio Secreto fuertemente armados. Durante la redada de nueve horas, no permitieron que los abogados de Trump entraran a la residencia y ordenaron que se apagaran las cámaras de seguridad, lo que se rehusaron hacer los representantes de Trump.

Los agentes dijeron que estaban buscando evidencia de que el ex presidente había guardado ilegalmente documentos clasificados. Pero prácticamente, todos los ex altos funcionarios de la Casa Blanca, incluyendo a Hillary Clinton en 2016, han estado en disputa sobre lo que pueden mantener o no. De hecho, con el permiso de Trump, el FBI ya había revisado muchos de los archivos que fueron confiscados en Mar-a-Lago.

Aunque la orden de allanamiento solo menciona los archivos, los agentes registraron toda la casa, y hasta irrumpieron en la caja fuerte de Trump.

Las repercusiones de este flagrante ataque a los derechos constitucionales se sentirán ampliamente por muchos años en la política estadounidense.

Hay una larga historia de redadas policiales con motivos políticos en contra del Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Comunista, la redada y asesinato del dirigente de las Panteras Negras Fred Hampton, y muchas otras a lo largo de décadas.

Tendencia peligrosa anti derechos

La redada del FBI el 8 de agosto sigue una tendencia peligrosa en los últimos años de investigaciones, acusaciones y allanamientos domiciliarios que frecuentemente pretenden difamar a sus víctimas con cargos falsos de actuar como “agentes extranjeros”. Estos incluyen la acusación de que Trump es un peón de Moscú promovida por los Demócratas, funcionarios del FBI, la prensa liberal y otros desde 2015.

La campaña de los Demócratas tiene como fin encarcelarlo bajo cargos  amañados o prevenir de que se vuelva a postular para la presidencia u otro puesto.

Desde 2015, un número creciente de partidarios del Partido Demócrata, la prensa liberal y funcionarios del FBI con ideas afines y otros empezaron a fabricar cargos para difamar y dañar a Trump. La campaña de Clinton pagó por el llamado “Expediente Steel”, una mezcla de acusaciones falsas de que el candidato presidencial era peón de Moscú. Esto se convirtió en indagaciones y esfuerzos para iniciar un juicio político manejados por los ex jefes del FBI James Comey y Robert Mueller.

Esta acción concertada generó una serie de redadas contra personas asociadas a Trump. El 26 de julio de 2017, agentes del FBI allanaron la casa de Paul Manafort, ex director de campaña de Trump, y se llevaron cajas de documentos, incluidos muchos que ya habían sido entregados al Congreso durante su cacería de brujas contra la Casa Blanca.

El 22 de junio de este año, policías federales allanaron la casa del ex funcionario del Departamento de Justicia, Jeffrey Clark, y lo sacaron de su casa en pijama al no permitirle que se pusiera los pantalones, supuestamente para investigar el papel de Trump en los disturbios en el capitolio del 6 de enero de 2021. Confiscaron todos sus dispositivos electrónicos.

Otras redadas del FBI

En la medianoche del 29 de julio el FBI realizó redadas armadas contra dos grupos políticos negros y sus dirigentes.

Estas redadas surgieron de las acusaciones ante un gran jurado en Florida el 26 de julio contra Aleksandr Viktorovich Ionov, residente en Moscú, de conspirar para actuar como agente no registrado de la Federación Rusa. Ionov organizó la conferencia “Diálogo de las Naciones” celebrada en Moscú en 2015 a la que asistieron grupos políticos de todo el mundo, entre ellos miembros del Partido Socialista del Pueblo Africano y otros grupos de Estados Unidos.

Tres días después de las acusaciones, agentes del FBI allanaron las oficinas de los grupos políticos negros Uhuru y el Partido Socialista Popular Africano en St. Petersburg, Florida y St. Louis, Missouri. El FBI derribó puertas, detonó granadas aturdidoras y detuvo a los dirigentes de los grupos a punta de pistola —en un momento, francotiradores apuntaron con miras de láser al dirigente del Partido Socialista Popular Africano, Omali Yeshitela—incautando computadoras, teléfonos celulares y registros financieros.

“Podemos tener relaciones con quienes queramos”, dijo a la prensa Aliké Anai, del Movimiento Uhuru, y agregó que el grupo nunca ocultó su respaldo a la guerra de Moscú contra Ucrania.

Este es un claro ejemplo de los pasos del gobierno para atacar a personas simplemente por sus opiniones y actividades políticas.

El 1 de agosto el senador Marco Rubio exigió públicamente que el FBI investigue y presente cargos contra Puentes de Amor, una organización que se opone a la guerra económica de Washington contra Cuba, y a su organizador, el profesor Carlos Lazo de Seattle, por “actuar como agentes extranjeros no registrados del régimen cubano”.

¿Cuál es su “evidencia”? Que el grupo ha ayudado a organizar “manifestaciones políticas” que exigen el levantamiento del embargo, ¡y Lazo se ha reunido con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel!

La demanda de Rubio de que Lazo y Puentes de Amor sean etiquetados y monitoreados como agentes del gobierno cubano es igualmente falsa. Si bien hasta ahora no hay indicios de que el FBI procederá con la demanda de Rubio, su llamado a una cacería de brujas es una amenaza seria.

El fundador de Puentes de Amor, Lazo, dijo el 4 de agosto que las acusaciones de Rubio “tiene un solo objetivo: silenciar las voces de la comunidad de cubanoamericanos en el sur de la Florida que quieren que mejoren las relaciones entre Cuba y Estados Unidos”. Como parte de su respuesta a las calumnias, Lazo instó a los opositores al embargo estadounidense a asistir a una caravana contra el embargo el 28 de agosto en Miami.

Estas acusaciones —y redadas del FBI que pueden llevar a daños físicos o al asesinato— evocan las tácticas de cacerías de brujas utilizadas por el gobierno por muchas décadas. Son una grave violación de los derechos constitucionales.

La redada sin precedentes contra un ex presidente de Estados Unidos fortalece la mano del gobierno en la fabricación de casos amañados y en los ataques contra los sindicatos, comunistas, luchadores por los derechos de los negros y otros movimientos populares.

La acción contra Trump abre una nueva etapa en el ataque de los Demócratas, apoyados por el Departamento de Justicia y el FBI, contra los derechos constitucionales ganados a través de luchas. Está en los intereses del movimiento sindical y de todos los trabajadores protestar este ataque.