¿Demasiados bebés? El mito de la explosión demográfica

Por Brian Williams
12 de diciembre de 2022
La histeria malthusiana por la “sobrepoblación” no es algo nuevo. Arriba, anuncio en el New York Times en 1967 de Campaña para limitar explosión de la población dice que “la bomba poblacional amenaza la paz del mundo”. En las tijeras: “Control de la población”.
La histeria malthusiana por la “sobrepoblación” no es algo nuevo. Arriba, anuncio en el New York Times en 1967 de Campaña para limitar explosión de la población dice que “la bomba poblacional amenaza la paz del mundo”. En las tijeras: “Control de la población”.

Los alaridos de desolación y pesimismo se propagaron por los medios capitalistas liberales tras el anuncio de que la población mundial alcanzó los 8 mil millones de personas en noviembre.

Muchos de los autodeclarados “expertos” en población dicen que el planeta ha alcanzado su máxima “capacidad de carga”.  Dicen que el hambre aumentará a medida que crecen el número de bebés que alimentar  y los suministros de alimentos languidecen, especialmente dada la crisis climática. La población mundial, dicen, superará este umbral, al llegar a los 10 mil millones en las próximas décadas.

Esto ha estimulado una nueva ola del temor neomalthusiano de un mundo con demasiada gente, particularmente en el mundo semicolonial, y con mayor miseria.

Las regiones más pobladas se encuentran en Asia. India y China tienen 1.4 mil millones de habitantes cada una. África subsahariana tiene el ritmo de crecimiento más elevado con los mayores aumentos demográficos en la República Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria y Tanzania.

Otro problema vinculado a este estallido demográfico, dicen los comentaristas liberales, es que hay demasiados “ancianos” con una vida más prolongada que requieren excesivos recursos de salud, nutrición y otras necesidades que son cada vez más difícil de satisfacer.

El número de personas mayores de 65 años es de 783 millones, y los “expertos” dicen que se duplicará en los próximos 20 años, agravando la crisis.

“Tener más gente en la Tierra pone más presión sobre la naturaleza, al competir con la fauna por agua, alimentos y espacio”, argumentó CNN el 15 de noviembre. “Los formuladores de políticas pueden hacer una gran diferencia adoptando mandatos por cambios en los patrones de consumo”, una amenaza velada para racionar los alimentos y servicios para los más necesitados.

Es útil recordar lo que pasó la última vez que los planificadores sociales neomalthusianos advirtieron sobre un desastre. De 1907 a los años 70, hubo extensas campañas de esterilización forzada sancionadas por el gobierno. En Estados Unidos 33 estados tenían juntas eugenésicas con el poder de ordenar estos procedimientos. Por ejemplo, solo durante 1947-48, aproximadamente un 7 por ciento de las mujeres puertorriqueñas fueron esterilizadas.

En un panfleto publicado en 1960 titulado Too Many Babies? The Myth of the Population Explosion. (¿Demasiados bebés? El mito de la explosión demográfica) Joseph Hansen, un dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores, respondió a esa ronda de histeria sobre la población. La editorial Pathfinder publicará una edición ampliada en 2023.

“Varios dignatarios eminentes y autoridades científicas han intentado despertar a un público letárgico a una nueva amenaza: un enemigo de carácter formidable, quizás el más peligroso que Estados Unidos haya enfrentado hasta ahora”, dice Hansen. “Este enemigo ya ha ocupado las cunas, guarderías y parques infantiles de Estados Unidos”.

Hansen señala las serias advertencias de que el rápido crecimiento demográfico pronto superará los suministros de alimentos. Esto es lo que argumentó hace más de 220 años el reverendo Thomas Malthus, quien opinó que la población mundial estaba creciendo “geométricamente”, pero la producción alimenticia solo aumentaba “aritméticamente”. O reducimos el crecimiento demográfico o tendremos que enfrentar la hambruna, exigió Malthus y ahora lo hacen sus seguidores.

‘Explosión de alimentos’

Pero no resultó así, explica Hansen. En realidad lo que sucedió fue una “explosión de alimentos”. El impacto de la revolución industrial y avances científicos aumentaron considerablemente la capacidad productiva de las tierras de cultivo, a pesar de que el número de agricultores disminuyó. Se produjo un excedente alimenticio que podía alimentar al mundo, pero para los monopolios y sus facilitadores en el gobierno que controlan la producción, el procesamiento y la distribución de alimentos, ese no es su objetivo. Su empeño no es para “proporcionar alimentos a los seres humanos, sino para ganar dinero”, dice Hansen.

Hansen describe los argumentos en contra de la teoría de Malthus sobre la población formulados en 1844 por Federico Engels, quien junto con Carlos Marx fue uno de los fundadores del movimiento comunista moderno: “(1) Bajo el capitalismo la distribución del hambre en la población no se debe a la abundancia de los pobres sino a la pobre distribución de la abundancia de la sociedad. (2) La riqueza puede incrementarse sin límites si la sociedad se organiza de tal manera que produzca la combinación más efectiva de fuerza de trabajo y ciencia”.

Para resolver esta contradicción es necesario construir un movimiento obrero con tendencias revolucionarias que pueda organizar para tomar el poder político y transformar las prioridades de la sociedad y la solidaridad internacionalista para satisfacer las necesidades humanas.