LINCOLN, Nebraska — Ha quedado claro para un número creciente de trabajadores que la lucha de los obreros ferroviarios y sus sindicatos contra los patrones de los ferrocarriles y sus aliados en Washington, es una lucha de clase contra clase.
Los 12 sindicatos ferroviarios acordaron salir en huelga el 9 de diciembre. “Tenemos listos los carteles, bancos de teléfonos, hemos elegido los capitanes de las líneas de piquetes, identificado las entradas del ferrocarril para poner las líneas de piquetes”, dijo Jakob Forsgren, un trabajador de reparación de vías y presidente de Local 1320 del sindicato de trabajadores de mantenimiento de vías BMWE, al Militante.
La mayoría de los trabajadores ferroviarios y cuatro de los sindicatos votaron contra los contratos propuestos que están lejos de satisfacer las necesidades de los trabajadores. Los temas claves incluyen horarios y horas dignas, condiciones peligrosas de trabajo, días libres cuando los trabajadores los necesiten, días de ausencia por enfermedad pagados y el fin de las onerosas políticas de asistencia.
Mientras tanto, los magnates ferroviarios han sacado ganancias récord, entregado pagos sin precedentes a los inversionistas y elevado los precios para las compañías transportistas. La coalición de patrones rechaza cualquier negociación adicional, confiados en que sus amigos en Washington utilizarán la Ley Laboral Ferroviaria para aplastar cualquier huelga y obligar a los trabajadores a aceptar el contrato que han rechazado.
El presidente Joseph Biden dijo el 28 de noviembre que le pediría al Congreso tomar medidas bipartidistas para prohibir una huelga e imponer el contrato, a la vez que afirmaba ser un “presidente que con orgullo apoya a los sindicatos”.
La líder del Partido Demócrata, Nancy Pelosi, jugó el mismo papel. Al anunciar que presentaría una moción rompehuelgas en la Cámara de Representantes el 30 de noviembre, dijo: “Debemos reconocer que los ferrocarriles se han estado vendiendo a Wall Street para aumentar sus resultados, obteniendo ganancias obscenas mientras exigen más y más de los trabajadores ferroviarios”. Dijo que su proyecto de ley no contendría ningún “cambio a los términos negociados”, es decir, los términos rechazados por la mayoría de los trabajadores ferroviarios.
Los líderes republicanos dejaron entrever que estarían encantados de colaborar. El senador Roger Wicker de Mississippi elogió a Biden por “hacer lo que un chico grande debe hacer”. Los patrones ferroviarios respondieron con júbilo a las medidas en Washington.
La lucha sigue
Muchos trabajadores están enojados. “Los medios nacionales tergiversaron los logros en el contrato para presentarlos como una victoria”, dijo al Militante Jordan Boone, miembro del sindicato SMART-TD en Galesburg, Illinois. “Algunos preferiríamos que el Congreso nos obligue a aceptar algo, en vez de votar a favor de algo con lo que no estamos de acuerdo”.
A medida que se profundiza la crisis del capitalismo, los patrones recurren a sus gobiernos para romper huelgas. El 29 de noviembre, Yoon Suk-yeol, presidente de Corea del Sur, anunció que había ordenado a los 2,500 conductores de camiones de cemento que se encuentran en huelga a que regresen a sus puestos. Un desacato podría llevar a la revocación de las licencias de conducir, multas masivas y tres años de cárcel.
El sindicato respondió con 16 manifestaciones por todo el país. Dijeron que tenían la intención de desafiar la orden.
Cuando el gobierno provincial en Ontario, Canadá, aprobó el Proyecto de Ley 28, una medida draconiana contra las huelgas, unos 55 mil trabajadores escolares la desafiaron y se declararon en huelga durante dos días a principios de noviembre. Fueron respaldados por acciones amplias de solidaridad. El gobierno se retractó y anunció que la ley sería revocada. Las negociaciones se reanudaron y los trabajadores están votando sobre una oferta de contrato ahora.
Estos ejemplos ofrecen lecciones importantes. Una ley es sólo un pedazo de papel. La lucha de clases y la relación de las fuerzas de clase son lo que decide si el gobierno podrá imponer sus medidas antisindicales.
“Solo estamos pidiendo tener tiempo libre para pasar con nuestras familias sin que los patrones nos acosen, en vez de estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana” como ellos quieren, dijo Lance Anton, miembro del sindicato SMART-TD en Lincoln al Militante. “No es que las compañías no puedan cubrir el costo de que podamos tener tiempo libre con los miles de millones en ganancias que obtienen cada año. Ellos son los que están poniendo los pies de los consumidores y los transportistas en el fuego, no los sindicalistas”.
“La razón por la cual más del 60% de los trabajadores de patios ferroviarios en el SMART-TD votaron contra el acuerdo propuesto”, señaló Anton, “es por el creciente hostigamiento contra los trabajadores que ordenan los trenes en el patio. Están constantemente bajo la mirada de los patrones que se esconden en la maleza, de las cámaras y los drones, todo para acelerar el ritmo y crean un ambiente de trabajo inseguro. Y si informas sobre una lesión, aumenta la intimidación de los patrones”.
Anton y otros trabajadores ferroviarios recolectaron más de 30 firmas de compañeros de trabajo en un mensaje de solidaridad que enviaron al Sindicato Canadiense de Empleados Públicos (CUPE) en Ontario al que pertenecen los trabajadores escolares.
“Su lucha debe ser emulada por los sindicatos ferroviarios en Estados Unidos contra las leyes antisindicales del gobierno norteamericano que solo ayudan a los patrones”, dijo Anton.
Hay interés y solidaridad hacia los trabajadores ferroviarios entre los trabajadores y agricultores que quieren luchar. “No son sólo los trabajadores ferroviarios los que están siendo abusados”, dijo al Militante Perry Stevenson, un chofer de camión en Lincoln y miembro del Local 554 del sindicato Teamsters. “Estamos tan escasos de choferes que el patrón nos presiona para que violemos la ley que limita el servicio diario a 14 horas”.
Larry Ginter, un veterano activista agrícola de Rhodes, Iowa, aboga por una alianza de granjeros y sindicalistas para apoyar a los trabajadores ferroviarios. “Creo que la gente de la ciudad son aliados de los pequeños agricultores”, dijo. “Creo que los trabajadores necesitan un salario digno y los agricultores necesitan ganar lo suficiente para cubrir el costo de producción y cuidar de sus familias”.
Solo a través de la resistencia que estamos viendo hoy día y promoviendo la solidaridad, es que los trabajadores podremos aprender y prepararnos para las batallas más grandes que se avecinan. Este es el camino para fortalecer el movimiento obrero para que actúe a favor de los intereses de todos los trabajadores.