A pesar de la muerte de más de 400 manifestantes y la detención de miles de personas, el régimen clerical burgués de Irán no ha podido detener las protestas y huelgas de trabajadores y jóvenes por todo el país a raíz de la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre. La joven kurda murió tres días después de ser detenida por la policía “de la moral” por supuestas violaciones del reaccionario código de vestimenta. Arriba, trabajadores en huelga en la planta de fundición de hierro de Isfahan el 26 de noviembre.
El régimen envió recientemente una caravana con efectivos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y matones del Basij para atacar a los manifestantes en la región kurda, provocando aún más protestas en todo el país.
“Exigimos la retirada inmediata de todas las fuerzas armadas opresoras de Kurdistán y de todas las ciudades kurdas y exigimos la excarcelación incondicional de todos los presos”, declaró el 25 de noviembre el Sindicato de Trabajadores de la Caña de Haft Tappeh.