Durante más de un siglo después de la Revolución Norteamericana, el presidente del país ha cumplido con la disposición de la Constitución de que los presidentes “informen regularmente al Congreso sobre el Estado de la Unión” mediante informes escritos. En los últimos 100 años los dos partidos capitalistas contendientes han convertido dicha responsabilidad en un espectáculo partidista en el que el jefe del ejecutivo promociona el programa de su partido e intenta dañar a su rival.
El pasado 7 de febrero el discurso del presidente Joseph Biden exhibió las divisiones conflictivas entre los demócratas y republicanos, ambos totalmente enfocados en mejorar su posición para la campaña presidencial de 2024. El estancamiento en el Congreso prácticamente impide la aprobación de cualquier legislación importante.
El discurso de Biden tuvo lugar cuando los republicanos están utilizando su escasa mayoría en la Cámara para lanzar audiencias partidistas sobre Hunter Biden, el hijo del presidente y sobre otros demócratas. Mientras tanto, los demócratas continúan su asalto de siete años contra el expresidente Donald Trump, intentando impedir que se postule en 2024. El fiscal especial Jack Smith ha citado a una serie de contribuyentes de fondos a la campaña de Trump, así como al ex vicepresidente Michael Pence. La “investigación” de Smith sobre los disturbios del 6 de enero de 2021 continúa.
Al llevar a cabo estos ataques, los demócratas están dañando las protecciones constitucionales que el pueblo trabajador necesita y por las cuales luchó. Ambos partidos están trabajando arduamente para mejorar la imagen del FBI, la policía política de los gobernantes capitalistas, para utilizarla como arma partidista.
El discurso de Biden se refirió repetidamente a “compatriotas americanos”, ignorando las irreconciliables diferencias de clase entre las familias capitalistas gobernantes y los millones de trabajadores. El Departamento de Comercio dice que las ganancias corporativas han aumentado más del 80 por ciento en los últimos dos años. Al mismo tiempo, el pueblo trabajador enfrenta una caída en la tasa de natalidad; la necesidad de tener que trabajar dos o tres empleos para poder mantener a la familia; el aumento de la adicción a las drogas y el juego; y el descenso de la expectativa de vida.
“Durante demasiado tiempo los trabajadores han sido estafados. Ya no. Estamos comenzando a restaurar la dignidad de trabajar”, proclamó Biden. Esto es una farsa. Biden mostró sus verdaderos colores cuando lideró una acción bipartidista en el Congreso para prohibir que los trabajadores ferroviarios salieran en huelga y obligarlos a tragarse un contrato que habían rechazado previamente.
Los trabajadores ferroviarios continúan buscando formas de resistir el empuje de los patrones para implementar recortes de empleos, la imposición de horarios agotadores, condiciones peligrosas y políticas de asistencia severas, y de luchar por el control de sus trabajos.
Biden también afirmó que su administración es responsable de una “tasa de desempleo del 3.4%, la más baja en 50 años”, y de que “la inflación ha bajado todos los meses durante los últimos seis meses, mientras que el salario neto ha aumentado”. Ambas cifras encubren el impacto real de la crisis económica capitalista sobre los trabajadores, agricultores y otros productores explotados.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales del gobierno, los salarios reales disminuyeron el año pasado. Hay unos 5.5 millones de trabajadores que quieren un trabajo hoy, pero después de años de lucha han desistido de buscarlo. Los alquileres y los costos de alimentos se han disparado en todo el país. Por si fuera poco, los patrones están a la ofensiva, impulsando la aceleración del ritmo de trabajo y la imposición de salarios de dos niveles, y atacando la cobertura del seguro médico y más.
“Esto ha provocado una serie de huelgas y protestas obreras que necesitan el apoyo de todos los trabajadores y nuestros sindicatos”, dijo al Militante Ilona Gersh, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de Chicago. “Ya superamos el punto más bajo de la resistencia obrera. El apoyo a los sindicatos está creciendo.
“Para proteger nuestro nivel de vida nuestros sindicatos deben organizar a los trabajadores para luchar por cláusulas por el costo de la vida en todos los contratos y todos los programas gubernamentales como la Seguridad Social, de modo que cada vez que los precios suban, los salarios aumenten automáticamente para igualarlos”, dijo.
El discurso de Biden presentó propuestas que los demócratas han promovido por mucho tiempo y que él sabe no tienen posibilidad de ser aprobadas por un Congreso dividido. Estas incluyen una reforma fiscal, el control de armas y el aborto, todo lo cual tiene como objetivo impulsar su campaña para la reelección.
La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, presentó la respuesta de los republicanos. Se centró en criticar las políticas anti mujer “woke” de los demócratas sobre el género y la promoción de la “teoría crítica de la raza”, políticas que son detestadas por millones de trabajadores. Ella afirmó que “la debilidad de Biden pone en riesgo a nuestra nación” frente a la creciente competencia y los conflictos con Moscú y Beijing.
Durante su discurso, Biden se burló de los republicanos y dijo que algunos en el Partido Republicano quieren recortar la Seguridad Social. Varios representantes republicanos gritaron que estaba mintiendo.
Ganado como producto del surgimiento de las luchas de la clase trabajadora y el movimiento sindical industrial de la década de 1930, millones de personas dependen hoy de la Seguridad Social después de jubilarse.
Cuando los partidos capitalistas aprobaron la Seguridad Social como ley por primera vez nunca tuvieron la intención de gastar mucho. En 1935, el año en que se adoptó la Ley de Seguridad Social, la expectativa de vida era menos de 62 años y un poco menos de 60 para los hombres, ¡pero uno no era elegible para el programa sino hasta cumplir 65 años! Esto significaba que la mayoría de los trabajadores estarían muertos antes de ver un centavo.
Hoy, a medida que los trabajadores viven más, más personas reciben beneficios. Pero esto solo devuelve una parte muy pequeña de lo que nuestra vida de trabajo produce.
‘Lucha sindical por empleos’
“Lo que se necesita hoy es una lucha por empleos liderada por los sindicatos”, dijo Gersh. “Hacemos un llamado al establecimiento de un programa masivo de obras públicas financiado por el gobierno para proporcionar empleos a millones de personas con salarios a escala sindical, construyendo casas, hospitales, guarderías infantiles y otras cosas que necesita el pueblo trabajador. Necesitamos una semana laboral más corta sin recorte salarial, con horarios regulares, para evitar despidos.
“Muchos trabajadores necesitan ingresos suplementarios garantizados por el gobierno para que sus familias mantengan un empleo estable, mientras el movimiento laboral lucha por cuidado infantil y atención médica universales”, dijo.
“Esto es lo opuesto a los programas de asistencia social basados en la comprobación de recursos que avergüenzan y estigmatizan a los beneficiarios, impiden que las personas consigan un trabajo y fomentan la dependencia de limosnas gubernamentales”, dijo Gersh.
No hay nada bueno para el pueblo trabajador en la demagogia política y las interminables batallas partidistas entre los partidos gemelos de los patrones.
“Necesitamos construir y expandir nuestros sindicatos, para defender nuestros intereses de clase y luchar por el poder político, por un gobierno de trabajadores y agricultores”, dijo Gersh.