La edición en inglés de Pasajes de la Guerra Revolucionaria Cubana, 1956-58 de Ernesto Che Guevara es uno de los libros del mes de febrero de Pathfinder. Guevara, al lado de Fidel Castro, se convirtió en uno de los líderes centrales de la Revolución Cubana que cambió el mundo. Describe cómo los trabajadores y agricultores de Cuba hicieron su revolución, dando un ejemplo para los trabajadores de todo el mundo. Explica cómo “la guerra nos revolucionó”. A continuación presentamos un extracto de la introducción del libro por Mary-Alice Waters, una dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores y editora de la edición en inglés del libro. Copyright © 1996 por Pathfinder Press. Reproducido con autorización. Para leer la introducción completa, visite themilitant.com/PM/pm_pdfs/1996/pm2001.pdf
Sin pretensión ni exageración, Ernesto Che Guevara brinda un relato testimonial en estas páginas sobre los últimos dos años de la lucha revolucionaria en Cuba que culminó el 1 de enero de 1959 con la destrucción de la brutal dictadura de Fulgencio Batista, respaldada por Washington.
El gobierno obrero y campesino que se consolidó en los meses siguientes se convirtió rápidamente en lo que Guevara llamó “la esperanza de la América irredenta”. Dio paso a la primera revolución socialista en el hemisferio, realidad que casi cuatro décadas más tarde sigue estando al centro de la política mundial.
Pasajes de la guerra revolucionaria, escrito con claridad y gracia, es también sobre la educación de Ernesto Che Guevara, el joven rebelde argentino que se convirtió en uno de los líderes centrales de la revolución cubana. Es un libro que revela cómo madura políticamente —muchas veces para sorpresa propia— y se transforma: comenzando como estudiante serio del marxismo con poca experiencia política práctica, y convirtiéndose en templado combatiente y líder de hombres y mujeres. Lo vemos asumir cada vez más responsabilidades. Seguimos su desarrollo, su educación y su transformación a manos de los obreros y campesinos cubanos junto a quienes libra una lucha de vida o muerte. Del decidido intelectual revolucionario con espíritu de aventura que se autocalifica como quijotesco, comienza a surgir uno de los grandes líderes comunistas del siglo XX.
“Hace un tiempo”, Guevara les escribió a sus padres desde México en julio de 1956, “un joven líder cubano me invitó a ingresar a su movimiento, movimiento que era de liberación armada de su tierra y yo, por supuesto, acepté”. La carta de Guevara, la cual aparece aquí en su totalidad por primera vez en inglés, prosigue: “Mi futuro está ligado a la liberación cubana. 0 triunfo con ella o muero allá”.
Aquel joven líder cubano era Fidel Castro, quien tenía 29 años pero ya era una reconocida figura política en Cuba. . .
Como explicó Guevara en diversas ocasiones, él no previó que la guerra revolucionaria en Cuba conduciría al inicio de la revolución socialista en las Américas. Partiendo de su conocimiento de la historia de América Latina y de la lectura de libros, entre ellos libros escritos por marxistas, estaba convencido de que las fuerzas unidas en torno a la dirección de Fidel Castro podían derrocar a la tiranía de Batista, una de las más sanguinarias que ha existido en la larga lista de dictaduras latinoamericanas. Ese era el objetivo por el que estaba dispuesto a dar la vida. Sin embargo, creía que entonces los dólares imperialistas y la avaricia burguesa ejercerían de nuevo su dominio, y que la revolución seguiría el rumbo de todos los movimientos que intentan reformar el capitalismo. . .
Los obreros y campesinos de Cuba le ensenarían a Che que otro desenlace era posible.
A medida que la guerra fue transformando al Ejército Rebelde, así como al Movimiento 26 de Julio, también cambió la valoración que hizo Guevara sobre la dinámica social y de clase de la revolución, incluso la trayectoria del liderazgo central del movimiento. . .
El Ejército Rebelde era una organización política de vanguardia, forjada en torno a un número creciente de cuadros que fue cuidadosamente seleccionado y fogueado en combate. A medida que avanzó la guerra revolucionaria, estos cuadros se fueron formando y se volvieron políticamente más homogéneos.
De los 82 combatientes que participaron en la expedición del Granma, le dijo Fidel Castro al periodista italiano Gianni Mina en 1987, “yo pienso que si se hubieran preservado de la expedición inicialmente, había muchos muchachos que tenían buenas condiciones; por lo menos 15 o 20 dirigentes destacados hubieran surgido de nuestro grupo, porque el hombre lo que necesita es la oportunidad y la responsabilidad para poder destacarse”. La precisión de este juicio, observó Fidel, se confirmó por el hecho de que “del grupo que quedó, surgieron unos cuantos líderes muy buenos”, hombres como Che, Raúl Castro y Camilo Cienfuegos.
Fidel, como Che, primero “busca que el hombre tenga madera”, según explicó un ex combatiente del Ejército Rebelde, hoy general de brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. Si el material humano existe, se puede formar. Los líderes que se forjan en condiciones adversas desarrollan un profundo “sentimiento de confraternidad, de compañerismo. . . Porque para poder resistir el medio hostil de la Sierra, de la montaña, uno tiene que integrarse. El hombre necesita de eso. Y en ese medio se forja gente con cualidades humanas, los futuros dirigentes”.
A través de las páginas de Pasajes, conocemos a cientos de los hombres y mujeres cuya valentía y capacidades posibilitaron la revolución cubana; y vemos, a la vez, como se desarrollaron hasta convertirse en los combatientes y líderes que llegaron a ser.
“Los hombres contribuyen al devenir histórico”, dice Castro a la población de San Miguel en Santiago de Chile, en el discurso sobre Che al principio de esta obra, “pero el devenir histórico también hace a los hombres”. . .
Pasajes de la guerra revolucionaria aborda el mayor desafío que la humanidad enfrenta al albor del siglo XXI: hace la crónica de la formación de cuadros revolucionarios con la capacidad —y la voluntad— necesaria para conducir al poder una insurrección armada de masas y establecer un gobierno popular revolucionario.
La guerra cuyos pasajes son tema de este libro no fue el final sino el comienzo del mayor acontecimiento histórico de la segunda mitad del siglo XX: el inicio de la revolución socialista en las Américas. . .
Este libro se dedica a una nueva generación de combatientes en todo el mundo, para quienes el ejemplo de la revolución cubana y la marcha política de su victorioso Ejército Rebelde aún muestran el camino a seguir.