Trabajadores ferroviarios, del transporte marítimo y público, de la construcción, hospitales, escuelas y otros sectores, se unieron a una huelga general de un día por toda Grecia el 20 de noviembre para protestar contra el aumento de los precios, los alquileres inasequibles y los bajos salarios. Los sindicatos del sector público exigen un aumento salarial del 10% y la restitución de los bonos que fueron recortadas en años anteriores. Se celebraron manifestaciones de 15 mil huelguistas en Atenas (arriba) y 4 mil en Tesalónica, la segunda ciudad más grande del país.
Tras la crisis financiera de 2008, los gobernantes de Alemania y Francia utilizaron su posición dominante en la Unión Europea para presionar a los gobiernos griegos para que recortaran los servicios sociales, los salarios y las pensiones a cambio de un “rescate”. El desempleo se disparó y los salarios reales cayeron un 8.3%, la caída más pronunciada para los trabajadores en toda la Unión Europea.
Hoy la economía en Grecia está creciendo a un ritmo más rápido que en la mayoría de sus países rivales en Europa. El desempleo es el más bajo en 20 años. El primer ministro Kyriakos Mitsotakis ha aumentado el salario mínimo cuatro veces desde 2019. Pero esto no ha logrado compensar los crecientes costos que enfrentan los trabajadores, dijeron los sindicatos que convocaron la protesta.