A continuación publicamos las palabras de Mary-Alice Waters en una presentación de la nueva edición de Pathfinder de Che Guevara sobre economía y política en la transición al socialismo, de Carlos Tablada. El evento se celebró el 21 de febrero, durante la Feria Internacional del Libro de La Habana. Los otros panelistas fueron Arleen Rodríguez Derivet, Elier Ramírez y Tablada, quien también moderó (ver el artículo en esta página).
Waters es miembro del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores y presidenta de la editorial Pathfinder. Es la editora del libro y autora de su prefacio y nota editorial. Copyright © 2024 por Pathfinder Press. Reproducido con autorización.
Gracias, Carlos. Y gracias a nuestros amables anfitriones del Centro Cultural Dulce María Loynaz.
Carlos y yo nos conocemos desde por lo menos 1990, cuando nos sentamos en la Escalinata [de la Universidad de La Habana] hasta las tempranas horas de la madrugada, planificando una gira de conferencias en Estados Unidos para promover la primera edición en inglés del libro cuya cuarta edición estamos presentando hoy.
Yo escuché el nombre de Arleen por primera vez en 1994, cuando la Unión de Jóvenes Comunistas la escogió para encabezar una “Gira de Jóvenes Cubanos” en Estados Unidos, organizada por el Partido Socialista de los Trabajadores y la Juventud Socialista. Desafortunadamente, el Departamento de Estado norteamericano le negó la visa con el argumento de que ella era periodista de Juventud Rebelde, y la gira tuvo que proceder sin ella. Fue solo unos años más tarde que nos conocimos en persona.
Y con Elier hemos tenido el placer de trabajar ya por más de una década. Él nos ha acompañado ya en dos ocasiones para ayudar a Pathfinder a presentar diversos libros sobre la lucha de clases en Estados Unidos, entre ellos El socialismo en el banquillo de los acusados, por James P. Cannon, y ¿Son ricos porque son inteligentes? por Jack Barnes.

Es un honor participar con todos ustedes en esta presentación conjunta de Pathfinder y Ruth Casa Editorial de esta nueva edición en español e inglés de Che Guevara sobre economía y política en la transición al socialismo, por Carlos Tablada.
Es un libro que contiene dos nuevos aportes muy importantes. Por primera vez, el autor ha podido citar todas las palabras de Che, entre comillas, en vez de citarlas indirectamente.
Y por primera vez, el texto también contiene los pasajes del manual soviético de economía contra el cual Che está polemizando. Estas citas aparecen como notas al pie de la página, por lo cual es mucho más fácil comprender los argumentos de Che y la importancia más general del debate.
Me enorgullece decir que el historial de Pathfinder de promover esta obra comunista a nivel internacional se remonta a más de 35 años.
La dirección del Partido Socialista de los Trabajadores —al igual que el resto del mundo— supo de la obra de Tablada cuando Fidel habló del libro en su histórico discurso de octubre de 1987, en el 20 aniversario de la caída de Che en combate en Bolivia. Fidel recomendó que fuera leído, estudiado y traducido a otros idiomas. Solo más tarde llegamos a saber lo polémico que era en Cuba. Yo aprecié los comentarios de Arleen al respecto cuando ella habló en la presentación de la versión e-book en octubre pasado.
En cuanto supimos que existía la obra de Tablada, Pathfinder se propuso traducir y publicarla lo antes posible. Nuestra primera edición en inglés se publicó en 1989, apenas dos años después de la primera edición cubana. Nuestras primeras ediciones en español y francés llegaron una década después. Y me complace anunciar que este año saldrá nuestra nueva edición en francés, gracias al trabajo de traducción de María Elena Silva, quien nos acompaña esta mañana.
Che, Fidel y Proceso de Rectificación
Quisiera decir unas palabras sobre Che, Fidel y el Proceso de Rectificación, del cual Fidel habla de manera tan impactante en su discurso de octubre de 1987, que aparece tanto en el e-book como en las ediciones impresas de las que estamos hablando hoy.
La última mitad de la década del 80, cuando empezó a difundirse este libro por primera vez, fue una época de grandes esperanzas en Cuba. Fidel estaba encabezando lo que él llamaba el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas. Se refería a las consecuencias negativas del hecho de que, una década y media antes, la dirección cubana había adoptado una versión del sistema de gestión económica y política que había predominando durante muchos años en la Unión Soviética.

Durante los cinco o seis años del Proceso de Rectificación, Fidel trabajó sin descanso para revertir la marginación y desmovilización política de la clase trabajadora. Organizando y dirigiendo a los trabajadores para que hicieran sentir su peso, demostrando cómo podían resolver, con sus propios esfuerzos, las necesidades apremiantes de la vida cotidiana. Al dirigir este proceso, él frecuentemente hizo referencia al ejemplo de Che y a sus ideas.
En menos de un año, fueron reclutados miles de trabajadores para brigadas de trabajo voluntario. Solo en La Habana, estas brigadas construyeron no solo uno sino más de 50 círculos infantiles en un año, además de casas del médico de la familia, clínicas, hospitales, escuelas, centros de recreo y mucho más.
Este enorme movimiento social se entrelazó con la victoriosa culminación de la misión internacionalista cubana en Angola. Como sabemos, esa proeza culminó con la victoria de la batalla de Cuito Cuanavale, seguida de la liberación de Namibia y la intensificación de la lucha del pueblo sudafricano para derrocar al régimen del apartheid. Estos momentos de la historia son un tema central de esta feria del libro.
Al presentar este libro en octubre, tanto Arleen como Elier hicieron referencia a los enormes avances del Proceso de Rectificación, que se truncaron abruptamente con la severa crisis económica que ocurrió después de lo que Fidel llamó “el desmerengamiento”, la desintegración de la Unión Soviética y todo el llamado bloque socialista en Europa.
En todo el mundo, los enemigos de la Revolución Cubana estaban prediciendo que muy pronto se caería esta revolución.
Pero al igual que cuando Playa Girón, estos autonombrados “sabios” estaban ciegos ante la fuerza del pueblo trabajador cubano.
Al trazar un camino para salir de la brutal crisis del Período Especial, Fidel mantuvo el mismo curso del Proceso de Rectificación. Él desafió y dirigió a las clases productoras cubanas para que afrontaran, con sus propios esfuerzos colectivos, los problemas que encaraban. Y tuvieron éxito, ante todo gracias a la renovada confianza en sí mismos que desarrollaron durante los años del Proceso de Rectificación.
Como lo expresó tan bien Raúl [Castro] al recibir al último contingente de voluntarios cubanos que regresaban de Angola: “Si nuestro pueblo se conoce mejor a sí mismo, si conocemos mucho mejor de qué somos capaces todos nosotros —los veteranos y los pinos nuevos, nuestra juventud— es también gracias a Angola”.
Y Fidel lo expresó más de una vez cuando dijo: “Algún día tendremos que hacerle un monumento al Período Especial”, por habernos enseñado a aprovechar mejor “ese tesoro invalorable que es la inteligencia de nuestra gente, sus conocimientos, su preparación”.
Curso revolucionario de acción
El Proceso de Rectificación ofreció un ejemplo poderoso de lo que podía significar la perspectiva que Che y Fidel trazan en este libro. Fidel lo señaló en el libro Cien horas, su entrevista con Ignacio Ramonet. Este le preguntó a Fidel qué pensaba del debate de los primeros años de la revolución entre Che y Carlos Rafael Rodríguez y otros más (en Cuba y otros países). En esos intercambios escritos, Carlos Rafael defendió los métodos empleados en la Unión Soviética, en contraste con la trayectoria que Che presenta en este libro.
Fidel respondió: “Le confieso que, en el tema aludido, me gustaban más las posiciones del Che, muy afines a nuestro modo de vida guerrillero en las montañas. Me agradaba más la apelación moral del Che, francamente. Che le daba gran valor a la conciencia comunista y al ejemplo”.
Por todas estas razones, me alegra que esta nueva edición incluya el prefacio de Pathfinder de 1997, que se refiere al ejemplo del Proceso de Rectificación.
Estoy segura que algunos de ustedes habrán notado que el título de las ediciones de Pathfinder, Che Guevara sobre economía y política en la transición al socialismo, es diferente del título de otras ediciones publicadas en Cuba: El pensamiento económico de Che Guevara.
Para los lectores fuera de Cuba, donde circulan nuestros libros, nos parecía importante destacar que Che y Fidel estaban luchando no solo por ideas —por más importantes que sean— sino ante todo por una trayectoria de conducta revolucionaria dirigida por la clase trabajadora. Una perspectiva que necesita el pueblo trabajador en todo el mundo.
Como han explicado tantas veces los dirigentes centrales de la Revolución Cubana, dirigir la transición del capitalismo al socialismo es una batalla más larga y mucho más difícil que quitarle el poder estatal a las clases propietarias. Especialmente en un mundo aún dominado por el capitalismo, donde no ha habido nuevas revoluciones socialistas victoriosas en más de 65 años.
Enormes transformaciones populares
Para terminar: en el verano de 1960, el pueblo trabajador de Cuba estaba avanzando día tras día a pasos de gigante.
Con el liderazgo de Fidel y de todo el gobierno revolucionario, estaban tomando control de los centros neurálgicos de la economía. Echaron al mar simbólicamente los ataúdes que representaban esas empresas capitalistas. Durante esos días de celebración, casi mil jóvenes de toda América y del mundo se dieron cita en La Habana para el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes.
Durante jornadas de intensa actividad, aprendieron de primera mano sobre la perspectiva que Fidel y los cuadros del Ejército Rebelde y del Movimiento 26 de Julio estaban dirigiendo. Muchos eran miembros de Partidos Comunistas y sus organizaciones juveniles alrededor del mundo, que en esos días caracterizaban la Revolución Cubana como una revolución democrático-burguesa, aunque fuera muy profunda. Decían que para una revolución socialista, hacía falta un liderazgo más “comunista” (se referían a ellos mismos), y que solo sería posible en una próxima etapa, mucho más tarde.
Otros delegados a este congreso eran jóvenes de mentalidad revolucionaria que ya habían sido reclutados al ejemplo de “los hombres y las mujeres del Moncada”. Día y noche, los delegados debatieron si la Revolución Cubana era comunista o no.
Fue entonces que Che Guevara habló en la sesión de apertura de la conferencia desde el escenario del Teatro Blanquita, hoy el Teatro Karl Marx.
Con palabras inequívocas —y hablando por más de una hora sin notas— Che explicó a todos los presentes que la Revolución Cubana (y cito): “en caso de ser marxista —y escúchese bien que digo marxista— sería porque descubrió también, por sus métodos, los caminos que señalara Marx”.
Esa es la esencia de lo que presenta este libro.