LANGLEY PARK, Maryland —Kilmar Abrego García pudo comunicarse con alguien fuera del sistema penitenciario salvadoreño por primera vez desde que fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y deportado a la infame megacárcel CECOT en El Salvador el 15 de marzo. El senador de Maryland, Chris Van Hollen, recibió permiso para visitarlo el 17 de abril.
Abrego García fue deportado sin una audiencia judicial para impugnar su deportación, a pesar de que su presencia y derecho a trabajar en Estados Unidos estaban protegidos por una orden judicial.
Abrego García, aprendiz de trabajador de chapa metálica y miembro del sindicato SMART, fue detenido mientras llevaba a su hijo de 5 años a su casa después de recogerlo de casa de su abuela en Beltsville. Tres días después, fue trasladado en avión a El Salvador.
Mientras tanto, la lucha política y legal para revertir su deportación continúa intensificándose. La jueza federal Paula Xinis ha emitido una serie de fallos en las que instruye al Departamento de Justicia, el cual reconoce que la deportación fue un “error”, a que facilite su regreso a casa. También falló que el Departamento de Justicia está actuando “de mala fe” y ordenó que entregara actualizaciones diarias sobre lo que está haciendo para implementar la orden.
El 16 de abril, el presidente general de SMART, Michael Coleman, explicó en el programa The Situation Room de CNN que el sindicato está haciendo todo lo posible para que Abrego García regrese a casa. “Es un buen hombre”, dijo Coleman, y añadió que a su empleador “le gustaría tenerlo de regreso”.
En marzo de 2019, la policía detuvo a Abrego García por el “delito” de buscar trabajo en un estacionamiento de Home Depot, que según la policía era un “lugar de reunión de pandillas”. Fue liberado tras siete meses en una cárcel de inmigración.
La visita de Van Hollen se produjo después de que la esposa de Abrego García, Jennifer Vásquez Sura, iniciara una campaña para lograr su regreso y liberación. Además de su sindicato, la lucha ha contado con el apoyo de CASA de Maryland, un grupo defensor de los derechos de los inmigrantes, y muchos otros.
“No se ha presentado ninguna prueba de que pertenezca a MS-13”, dijo Coleman a CNN. “Hay que concederle a este hombre el debido proceso, y no lo han hecho”.
Abrego García debió haber recibido una notificación por escrito sobre su derecho a impugnar la deportación ante los tribunales, y ser proveído de tiempo suficiente para hacerlo. Esto es lo que significa el “debido proceso”, protegido por la Constitución de Estados Unidos para todos los que estén en el país.
“El movimiento sindical en general ve a uno de sus compañeros en una situación notoriamente atroz en esa prisión y eso ha enojado y asustado a la gente”, dijo Coleman, “y por eso creo que está cobrando tanta fuerza”.
Campaña difamatoria de gobierno
Después de negarle a Van Hollen permiso para ver a Abrego García, el gobierno salvadoreño repentinamente cambió de postura y le concedió autorización. Los dos se reunieron en un hotel. En medio de su reunión, representantes del gobierno hicieron que les trajeran dos bebidas a su mesa y lo filmaron.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, publicó fotos de la reunión en “X” y escribió: “Kilmar Abrego García, milagrosamente resucitado de los ‘campos de exterminio’ y la ‘tortura’, ahora bebiendo margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador”.
“Nadie bebió margaritas ni agua azucarada o lo que era eso”, dijo Van Hollen a los medios, calificando toda la situación de “una lección” sobre hasta donde llegan para engañar.
Abrego García había recibido permiso para permanecer en Estados Unidos debido a pruebas que presentó ante un tribunal en 2019 de que su vida correría peligro si era enviado a El Salvador debido a la violencia de las pandillas. De cierta manera, las autoridades salvadoreñas confirmaron esto, sacándolo de CECOT después de unos días y trasladándolo al Centro Industrial en Santa Ana, donde las condiciones son mejores.
Tras afirmar inicialmente que la deportación de Abrego García había sido un “error administrativo”, ahora el gobierno estadounidense está redoblando la campaña de difamación en su contra.
Una de esas difamaciones se publicó en el sitio web del Departamento de Seguridad Nacional: una copia de una orden de protección solicitada por su esposa tras una disputa doméstica en 2021, lo que constituye una invasión del derecho a la privacidad de la esposa.
El informe publicado incluso mostraba su dirección. Ahora se ha tenido que mudar con sus hijos a otro lugar.
“Mira, Kilmar no es perfecto, nadie lo es”, dijo ella al Washington Post. Dijo que se aseguró de que la orden de protección nunca se emitiera y que habían resuelto sus problemas.
A pesar de las calumnias, la lucha por la liberación de Abrego García sigue ganando apoyo, y se necesita más.