LA HABANA — “Este es un libro necesario, no solo en Cuba sino en el mundo, especialmente en los momentos actuales”, dijo Elier Ramírez Cañedo, subdirector del Centro Fidel Castro Ruz. Él participaba en un panel que lanzó la nueva edición de Pathfinder de Che Guevara sobre economía y política en la transición al socialismo, por Carlos Tablada.
El libro, dijo Ramírez, ofrece al lector las palabras del dirigente revolucionario Ernesto Che Guevara sobre la lucha del pueblo trabajador para poner fin a la explotación capitalista y “no solo crear una nueva sociedad —como antípoda de la sociedad capitalista— sino crear seres humanos distintos”.
En el panel también participaron Arleen Rodríguez Derivet, conocida periodista cubana; Mary-Alice Waters, editora del libro y presidenta de la editorial Pathfinder; y Tablada, quien además moderó.
La presentación, celebrada el 21 de febrero como parte de la Feria Internacional del Libro de La Habana, fue un evento conjunto de Pathfinder y de Ruth Casa Editorial. Lanzó las ediciones de Pathfinder del libro en español e inglés, así como la versión e-book de Ruth en ambos idiomas. María Elena Silva, traductora para la edición de Pathfinder en francés, que saldrá este año, fue reconocida en el público.
Entre los presentes estaba Antonio Guerrero, conocido a nivel mundial como uno de los Cinco Héroes Cubanos. Él y los otros cuatro revolucionarios pasaron una década y media en prisiones estadounidenses bajo acusaciones fabricadas, a raíz de su trabajo de frustrar los planes de contrarrevolucionarios para lanzar ataques violentos contra Cuba.
El público de más de 30 personas fue más numeroso que el de muchas otras presentaciones este año en la feria. La severa escasez de combustible y el muy reducido servicio de autobuses hacía muy difícil el transporte en La Habana, consecuencia de la intensificada guerra económica de Washington contra el pueblo cubano.
‘Che era un marxista’
“El Che era un marxista auténtico”, dijo Ramírez, autor del prólogo a la edición de Ruth. Guevara, subrayó, discrepaba con los que planteaban que el socialismo se podía construir simplemente con un “gradual aumento de los bienes de consumo” sin promover el “desarrollo de la conciencia” mediante la participación activa del pueblo trabajador en la transformación de la sociedad.
“El Che colocaba al hombre en el centro de toda su concepción del socialismo, como actor consciente de la historia”, dijo Ramírez. “Es imposible explicar la Revolución Cubana sin eso”.
Ramírez contó la historia de su abuelo Luis Cañedo, quien de joven, siendo residente en Estados Unidos, se vinculó a Fidel Castro y su Movimiento 26 de Julio, que encabezaba el movimiento revolucionario contra la dictadura de Fulgencio Batista. Esa lucha se llegó a conocer mundialmente el día 26 de julio de 1953, cuando se dieron los asaltos al cuartel Moncada en Santiago de Cuba y al cuartel de Bayamo. En 1955 Fidel recorrió varias ciudades de Estados Unidos para reclutar a emigrados cubanos al movimiento revolucionario, y Cañedo le ofreció su casa para una reunión.
“Mi abuela llamó a su esposo a la cocina y le preguntó: ‘¿Qué haces uniéndote a ese loco que asaltó la segunda fortaleza militar en Cuba con unas pocas escopetas? ¿Tú crees que esa gente va a tumbar a Batista?’ Mi abuelo le contestó: ‘Sí, estoy convencido’. Y tuvo razón.
“Un poco más de tres años después, un poderoso movimiento popular revolucionario, dirigido por el Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio, estaba tomando el poder en Cuba”, dijo Ramírez. La revolución demostró la capacidad de las masas de hombres y mujeres comunes y corrientes de transformar la sociedad y transformarse ellos mismos.
Fidel y el Proceso de Rectificación
Arleen Rodríguez apuntó que cuando el libro se publicó en Cuba en 1987, con el título El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara, Fidel Castro estaba conduciendo lo que él llamaba el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas.
El Proceso de Rectificación fue una batalla política que Fidel inició en 1986 para organizar a las clases trabajadoras a fin de dar respuestas a apremiantes necesidades sociales. Fue un viraje decisivo en contra de la creciente tendencia en Cuba, durante una década y media, de recurrir a políticas burocráticas soviéticas de planificación y gestión, métodos que Castro criticó tajantemente porque, según sus palabras, se basaban en “los mecanismos y las categorías del capitalismo”.

En el transcurso de esa batalla, Fidel frecuentemente destacaba las ideas y el ejemplo de Guevara.
“El libro fue muy polémico en esos momentos”, dijo Rodríguez. Ella se refirió a una entrevista que le hizo a Tablada en 2019 para la publicación digital CubaDebate, que describía cómo el libro al principio se topó con mucha oposición de parte de un sector de funcionarios del gobierno y del Partido Comunista de Cuba. Esos funcionarios apoyaban la política antiobrera de gestión económica de la Unión Soviética, contra la cual Che había polemizado, y fue necesaria la intervención política directa de Fidel Castro para que el libro se publicara y se distribuyera ampliamente.
Rodríguez dijo que una parte valiosa de Che Guevara sobre economía y política en la transición al socialismo es el discurso de Fidel del 8 de octubre de 1987, que conmemoraba el 20 aniversario de la muerte de Che en combate. En ese discurso el dirigente cubano recomendó que la obra de Tablada fuera leída y estudiada porque presenta claramente las perspectivas económicas y políticas de Che con sus propias palabras.
La importancia que Castro le dio a las perspectivas de Guevara, dijo Rodríguez, se describe más a fondo “en el prefacio de Mary-Alice Waters, que aporta mucho a esta nueva edición del libro”.
Cambios en la nueva edición
“Me enorgullece decir que el historial de Pathfinder de promover esta obra comunista a nivel internacional se remonta a más de 35 años”, dijo Waters. Che Guevara sobre economía y política en la transición al socialismo se publicó en inglés en 1989, apenas dos años después de que Fidel llamara la atención mundial a la primera edición cubana. Las ediciones en español y en francés aparecieron unos años después.
“Fidel trabajó sin descanso para revertir la marginación y desmovilización política de la clase trabajadora”, dijo. “Organizando y dirigiendo a los trabajadores para que hicieran sentir su peso, demostrando cómo podían resolver, con sus propios esfuerzos, las necesidades apremiantes de la vida cotidiana”.
Por ejemplo, dijo, miles de trabajadores en Cuba se incorporaron a brigadas de trabajo voluntario. En solo un año, estas brigadas construyeron más de 50 círculos de cuidado infantil en La Habana, dando respuesta a una necesidad vital para las mujeres y sus familias.
“Este enorme movimiento social se entrelazó con la victoriosa culminación de la misión internacionalista cubana en Angola”, fortaleciendo mucho la Revolución Cubana, dijo Waters. A través de 16 años, unos 425 mil voluntarios cumplieron misión en Angola. Ayudaron a derrotar múltiples invasiones por el régimen supremacista blanco de Sudáfrica y aceleraron el fin del régimen del apartheid.

Waters señaló que el título de la edición de Pathfinder, Che Guevara sobre economía y política en la transición al socialismo, es diferente del título de las ediciones cubanas, El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara. Especialmente para los lectores fuera de Cuba, dijo, eso ayuda a “destacar que Che y Fidel estaban luchando no solo por ideas —por más importantes que sean— sino ante todo por una trayectoria de conducta revolucionaria dirigida por la clase trabajadora. Una perspectiva que el pueblo trabajador necesita por todo el mundo”.
Tablada abundó más sobre lo que Waters había dicho acerca del comienzo de su colaboración con Pathfinder. Aludió a la gira de conferencias que el Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos le organizó en 1990 para promover la primera edición de Pathfinder de su libro en inglés.
Tablada habló en decenas de recintos universitarios en 33 ciudades, y conoció a trabajadores del campo, huelguistas de la aerolínea Eastern y obreros ferroviarios y de la costura que estaban interesados en aprender acerca de la revolución socialista cubana.
Él explicó cómo había comenzado a preparar su libro en 1969. Luis Álvarez Rom y Orlando Borrego — antiguos ministros de hacienda y de la industria azucarera, respectivamente, quienes habían colaborado estrechamente con Guevara— le facilitaron copias de las obras inéditas de Che y le instaron a que continuara sus investigaciones.
A mediados de los años 70, dijo Tablada, él le dio un borrador inicial de su obra a Haydée Santamaría, una de las dos mujeres que participaron en el asalto al Moncada en 1953 y presidenta fundadora de la institución cultural Casa de las Américas.
En momentos cuando la política económica soviética predominaba más y más en Cuba, “Haydée me dijo, ‘Vas a tener muchas dificultades. Algunos te van a atacar por las ideas en este libro. Pero tienes que prometerme que tú vas a terminar el libro’”. Con el firme apoyo de Fidel, lo terminó. En 1987 su manuscrito ganó el premio especial de Casa de las Américas y esa institución lo publicó.
La presentación concluyó con palabras de agradecimiento a los panelistas de Tomasa González, directora del Centro Cultural Dulce María Loynaz, donde se celebró el evento, seguido por intercambios informales y la venta del libro.