Huelga de camioneros en Irán: ‘Somos la voz de una nación que exige justicia’

Por Seth Galinsky
14 de julio de 2025
Retirees in Kermanshah June 3 during weekly protest, expressed solidarity with nationwide strike of truck drivers in Iran. “Hardworking driver, we support you,” they chanted.
Free Union of Iranian WorkersProtesta semanal de jubilados en Kermanshah, junio 3, expresa solidaridad con huelga nacional de camioneros en Irán. “Chofer laborioso, te apoyamos”, coreaban.

En el mayor paro laboral desde la revolución de 1979 que derrocó la dictadura del sha apoyada por Washington y de la posterior contrarrevolución liderada por la burguesía y el clero, miles de camioneros en Irán realizaron una huelga de 11 días del 22 de mayo al 2 de junio; cuatro días más de los planificados originalmente.

Si bien el gobierno y la patronal prometieron mejorar los salarios y las condiciones laborales, “aún no han cumplido con nuestras principales demandas”, declaró el Sindicato de Camioneros y Choferes. Aun así, el haber realizado la huelga fue una victoria, “fruto del sacrificio y la perseverancia de los choferes que mantuvieron su presencia, permanecieron firmes y no se doblegaron”.

Los huelguistas, en su mayoría operadores-propietarios independientes, protestaban por las bajas tarifas de flete, el creciente costo de los repuestos, seguros y aceite, la escasez de combustible vendido a precios subsidiados, el retraso en el pago por los agentes de cargas y las condiciones peligrosas por el mal estado de las carreteras. Los trabajadores en Irán se han visto gravemente afectados por las sanciones de Washington y la crisis económica capitalista mundial.

Al principio, el gobierno calificó la huelga de contrarrevolucionaria y arrestó a más de 40 choferes. Pero a medida que se extendió la huelga a 163 ciudades y pueblos en las 31 provincias del país, el régimen tuvo que admitir que las quejas de los camioneros eran legítimas. La portavoz del régimen, Fatemeh Mohajerani, tuvo que afirmar que la huelga “es una señal de que la sociedad está viva”. Esta es “la primera vez”, afirmó el sindicato, que una protesta de conductores “ha sido reconocida oficialmente”.

Desde 2023, la lucha de clases se ha intensificado en Irán, con huelgas y protestas de agricultores, trabajadores del acero y del petróleo, jubilados, maestros, enfermeras, panaderos, comerciantes, trabajadores con discapacidades y otros, casi a diario. Los baluchis, junto con otras nacionalidades oprimidas de Irán, han salido a la calle para protestar contra la represión gubernamental.

Una huelga de hambre semanal de presos exigiendo el fin de la pena de muerte se ha extendido a 47 prisiones. La oposición al opresivo código femenino de vestimenta impuesto por el gobierno, y en apoyo a la igualdad de la mujer, ha hecho más difícil para el régimen reaccionario obligar a las mujeres a vestir el hiyab.

Ira por explosión propicia huelga

El 26 de abril, una explosión y un incendio prolongado en el puerto de Bandar Abbas, el mayor de Irán, causaron la muerte de decenas de personas y más de mil heridos. Muchos eran camioneros.

El desastre fue causado por un cargamento de sustancias químicas que las autoridades de la Guardia Revolucionaria ocultaron en una zona reservada para productos comerciales. A pesar de las negativas del gobierno, la mayoría de los trabajadores están convencidos de que el régimen pretendía utilizar los productos químicos para fabricar combustible para misiles balísticos dirigidos contra Israel.

Miles de camioneros se unieron a caravanas en todo el país después de la explosión para protestar contra el desprecio del gobierno y los patrones por la vida y la seguridad de los trabajadores.

El régimen y los patrones trataron de poner a los agricultores en contra de los camioneros. Pero los camioneros hicieron un llamamiento a los agricultores: “Necesitamos su apoyo y les extendemos la mano en solidaridad”.

Un agricultor dijo: “Ahora que los honorables camioneros se han declarado en huelga con una sola voz, ¿de repente todos fingen preocuparse por los agricultores? Antes, cuando el agricultor estaba aplastado, nadie dijo una palabra.

“A los conductores les digo: ¡Más poder para ustedes! ¡Sigan adelante! Quizás su movimiento impulse a otros a reclamar sus derechos: el agricultor, el trabajador, el maestro, la enfermera”.

La huelga obtuvo amplia solidaridad de los trabajadores y de luchadores por la libertad política, la autodeterminación nacional, los derechos de la mujer, y contra el desvío de recursos del régimen hacia sus ataques contra Israel.

‘Dejemos de lado las divisiones’

Reconociendo el significado más amplio de su lucha, los camioneros proclamaron: “Ya no somos solo choferes. Somos la voz de una nación cansada que exige justicia”.

“Persas, lores, turcos, kurdos, baluchis, árabes, todos nosotros, todos, debemos tener unidad, unidad, para lograr nuestras legítimas reivindicaciones”, afirmó el sindicato.

Las fuerzas gubernamentales atacaron una protesta en la región kurda y arrestaron a los huelguistas. En Kermanshah, cientos de huelguistas se congregaron frente a la oficina del gobernador para exigir la liberación de los 11 huelguistas arrestados. “Protestar no es un delito”, declaró el sindicato. “Es nuestro derecho legal”. El sindicato dijo que la liberación inmediata de todos los detenidos es “fundamental y no negociable”.

Unos 10 días después del fin de la huelga, Israel lanzó ataques continuos contra las instalaciones nucleares de Teherán utilizadas para desarrollar armas nucleares, lo cual amenaza con un nuevo Holocausto a los judíos en Israel. El sindicato señaló que el régimen no tomó ninguna medida para proteger la vida de los camioneros.

Refutando el llamado del régimen a que hagan sacrificios, un mensaje publicado en la página web del sindicato decía: “En este momento crítico y en condiciones de guerra, se espera una vez más que trabajemos a cambio de nada. ¿Para quién y para qué? ¿Hay algo más valioso que nuestras vidas?”