Declaración de Joanne Kuniansky, por el Partido Socialista de los Trabajadores, en la vista del Comité Especial de la ONU sobre Puerto Rico, 16 de junio de 2025
Distinguida presidenta y miembros del comité:
Mi nombre es Joanne Kuniansky. Hablo a nombre del Partido Socialista de los Trabajadores. Soy candidata del partido para gobernadora de Nueva Jersey.
Desde que nuestro partido se fundó en 1938, hemos reivindicado la lucha por la independencia de Puerto Rico y demás colonias norteamericanas. A través de las décadas hemos hecho campaña junto a nuestros compañeros independentistas por la retirada de todas las tropas y bases norteamericanas de la isla, por la excarcelación de los independentistas de prisiones norteamericanas y por el fin del saqueo colonial de los recursos de Puerto Rico. Nos hemos sumado a las luchas del pueblo de Puerto Rico para defender sus condiciones de vida y sus derechos.
Respaldamos a los miles de sindicalistas en San Juan que marcharon este Primero de Mayo a la sede de la “junta de control fiscal” impuesta por Washington. El propósito de la junta es imponer medidas para exprimir a los trabajadores y agricultores a fin de garantizar los pagos a los acaudalados bonistas norteamericanos por una deuda de decenas de miles de millones: recortando empleos y pensiones, cerrando escuelas, subiendo la matrícula universitaria y mucho más.
Nos sumamos a nuestros hermanos y hermanas para exigirle a Washington: ¡Cancelen la deuda ya! Esa deuda no es del pueblo trabajador, ¡es de los bonistas!
En la marcha, las uniones reclamaron mejores salarios y pensiones, se opusieron a recortes presupuestarios y a la privatización de servicios públicos. Condenaron el colapso a largo plazo de la red eléctrica, en que empresas como LUMA Energy sacan enormes ganancias mientras que al pueblo de Puerto Rico le suben las tarifas eléctricas y lo someten a apagones incesantes.
Todas estas condiciones muestran en carne y hueso lo que para el pueblo trabajador de Puerto Rico significa estar bajo la bota colonial de Washington.
En Estados Unidos, los trabajadores enfrentamos la misma ofensiva de la clase patronal, apoyada por sus partidos gemelos y su gobierno, quienes nos imponen la carga de la crisis económica capitalista. Millones de trabajadores están acudiendo a sus uniones para luchar por aumentos de salarios que no se vean borrados por la inflación, por condiciones de trabajo más seguras, por horarios de trabajo que permitan cuidar y estar con sus familias.
Me he incorporado a acciones de trabajadores postales en Nueva Jersey que luchan por un convenio sindical. He llevado la solidaridad a maquinistas en huelga en New Jersey Transit. He participado en protestas contra el creciente odio antijudío, una cuestión de vida o muerte para la clase trabajadora a nivel mundial. El Primero de Mayo, mi partido se sumó a decenas de miles de trabajadores en protestas para reclamar la amnistía para los trabajadores indocumentados: una necesidad para unificar a nuestra clase.
La administración Trump ha invocado la Ley de Enemigos Extranjeros, una ley de caza de brujas de 1798, para deportar sumariamente a cientos de inmigrantes a una prisión en El Salvador. Entre los trabajadores a quienes les han negado el debido proceso está Kilmar Abrego, un aprendiz metalúrgico en Maryland. La unión de Kilmar, SMART, está encabezando la lucha para regresarlo a casa. La actual ola de arrestos de alto perfil desatada por ICE es parte de los esfuerzos bipartidistas de los patrones y su gobierno, desde hace décadas, por mantener a millones de trabajadores indocumentados en un estado de paria, pretendiendo dividir y atacar a toda nuestra clase.
De igual forma, en Puerto Rico, ICE recientemente arrestó a cientos de trabajadores dominicanos, haitianos y otros inmigrantes. El 8 de mayo en San Juan, agentes de ICE, y también del FBI, la DEA y los Alguaciles Federales, detuvieron a 53 obreros dominicanos en una obra de construcción. Yo aplaudo a mis compañeros y compañeras en Puerto Rico que han denunciado estas redadas de la migra. Mis compañeros de lucha aquí también saben bien, por sus años de experiencia, cómo Washington usa el FBI y otras agencias de la policía política para perseguir a las uniones y al movimiento independentista en Puerto Rico.
Estos agudizados conflictos de clase en Puerto Rico y Estados Unidos son parte del creciente desorden capitalista mundial. Hoy la mayor guerra terrestre desde la II Guerra Mundial amenaza la independencia y soberanía de Ucrania. Esto, junto con el pogromo antijudío de Hamás del 7 de octubre, hace 19 meses, se enmarcan en la creciente competencia capitalista internacional por mercados y ganancias. Presagian guerras aun más amplias y devastadoras.
En este mundo, los trabajadores en Puerto Rico y Estados Unidos tenemos el mismo enemigo: las familias capitalistas dominantes y sus gobiernos. Tenemos intereses comunes y una lucha común. Los trabajadores en Estados Unidos tienen un interés vital en reivindicar la lucha por la independencia de Puerto Rico. Una batalla victoriosa para liberar a Puerto Rico del dominio colonial norteamericano también reforzará a nuestra clase en este país.
¿Podemos vencer? ¡Sí! Tenemos un poderoso ejemplo en Cuba, donde millones de trabajadores llevaron a cabo una revolución socialista. Dirigidos por Fidel Castro, tomaron el poder estatal en 1959, se libraron del dominio imperialista y comenzaron a transformar la sociedad en interés de la gran mayoría. Por más de seis décadas —al tiempo que se han solidarizado con otros luchadores en el mundo— han resistido los implacables intentos de Washington de asfixiarlos. Nos sumamos a quienes exigen que el gobierno de Estados Unidos levante todas sus sanciones económicas contra Cuba, ¡ya!
El ejemplo revolucionario de Cuba muestra el camino hacia la auténtica independencia para Puerto Rico. Esa libertad jamás será concedida: necesita ser conquistada.
Le agradezco al comité la oportunidad de sumar nuestra voz a los aquí presentes que luchan por el fin del dominio colonial norteamericano de Puerto Rico.