A continuación publicamos un extracto de la sección titulada “La crisis política de los gobernantes que se profundiza” de la resolución adoptada por el congreso de la Liga Comunista en el Reino Unido celebrado del 16 al 17 de diciembre.
Las relaciones y estructuras imperialistas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se están poniendo inestables y poco fiables; se están profundizando todas las consecuencias del hecho de que el imperialismo norteamericano y sus aliados más cercanos perdieron la Guerra Fría. La tasa de ganancia ha continuado su tendencia decreciente durante cuatro décadas, lo que ha dado lugar a la desaceleración y estancamiento mundial de la producción, del comercio y, sobre todo, de la tasa de aumento del empleo productivo.
La relación de fuerzas entre los estados capitalistas ha sido y está siendo transformada. Washington es la única potencia imperialista capaz de utilizar de forma continua el poder militar en cualquier parte del mundo. En comparación con cualquier otra potencia capitalista, el imperialismo norteamericano continúa desarrollándose relativamente más fuerte y consolidando su posición predominante entre las potencias imperialistas, todas las cuales dependen del poderío militar de Washington. Rusia y China son menos percibidos como nuevos mercados para inversiones, comercio y expansión de capital, y más como agresivos competidores capitalistas, cambiando la posición relativa de Washington, Moscú y Beijing en la política mundial.
La Unión Europea está desmoronándose, pero con el continuo temor de las burguesías rivales hacia lo nuevo teniendo más peso que su odio hacia lo viejo. Las naciones estado en Europa, cuyas fronteras abarcan más de una nacionalidad importante, también tienden a desprenderse, pero la resistencia de las burguesías centrales y sus estados es más inflexible.
Este es el mundo que subyace el “debate sobre el Brexit”. Los gobernantes acaudalados en el Reino Unido enfrentan el declive desigual del capitalismo británico. Un ala de los gobernantes capitalistas, reacciona contra lo que ve como la camisa de fuerza de una UE “cada vez más unida”, pero que no saben de qué están a favor. Otra ala se aferra al mundo de ayer, con la esperanza de alargar el “período de transición” del Brexit el mayor tiempo posible; incluyendo a los que tienen en la mira declarar nulo el resultado del referéndum de junio de 2016 por haber transcurrido el plazo de prescripción. Es un conflicto continuo. Se observa en todos los partidos y el gobierno. Dentro de los límites burgueses, la clase trabajadora no saca nada de este debate. Nuestra tarea es señalar un camino proletario para avanzar ante la creciente crisis capitalista mundial.
Los gobernantes acaudalados no tienen otra solución que hacer que sea el pueblo trabajador el que pague.