SAN FRANCISCO — En una sesión de la conferencia de la Sociedad Internacional para el Estudio de los Chinos de Ultramar (ver artículo principal), tres científicos chinos, todos ciudadanos naturalizados de Estados Unidos, ofrecieron relatos impactantes de cómo se defendieron de los intentos del FBI de fabricarles un caso de “espionaje”, y cómo lograron apoyo y ganaron.
Sherry Chen, hidróloga del Servicio Meteorológico Nacional en Wilmington, Ohio, describió cómo fue acusada falsamente por el Departamento de Justicia bajo la administración Obama. En octubre de 2014, dijo Chen, “mi vida fue desbaratada. Seis agentes del FBI me arrestaron delante de mis compañeros de trabajo y me sacaron esposada. Me trataron como a una delincuente. Me sentí sumamente humillada”. La reputación que se había ganado con años de trabajo mejorando los pronósticos de inundaciones a lo largo del río Ohio “quedó destruida”.
El Departamento de Justicia acusó falsamente a Chen de espionaje económico. Su “evidencia” era información pública sobre embalses de agua que ella había compartido con un ex compañero de clase e hidrólogo en China, donde Chen nació y estudió. Los fiscales federales la amenazaron con 25 años de prisión, y ofrecieron reducir los cargos si se declaraba culpable. “Me negué. No podía admitir un crimen que no cometí”, dijo.
“Una semana antes de mi juicio, los fiscales retiraron los cargos” sin explicación, dijo Chen. “Pero la pesadilla no había terminado. En vez de disculparse, el Departamento de Comercio [que dirige el Servicio Meteorológico] me despidió bajo los mismos cargos”. Chen no hizo caso a sus colegas que le aconsejaban que se diera por vencida. Entabló una demanda judicial por su despido injustificado y un juez ordenó que fuera restituida a su puesto. El Departamento de Comercio apeló.
Finalmente, el 10 de noviembre, en vísperas del encuentro de ISSCO, Chen ganó una indemnización de más de 1.5 millones de dólares. Además, el Departamento de Comercio se comprometió a darle una carta de reconocimiento de sus aportes durante sus años en el Servicio Meteorológico. “Es una gran victoria para mí, para la comunidad chino-americana y para el estado de derecho”, dijo Chen ante una ovación del público.
En el panel también hablaron Xiaoxing Xi y Gang Chen. En 2015, Xi, jefe del departamento de física de la Universidad Temple, fue arrestado delante de su esposa y sus dos hijas por agentes armados del FBI que irrumpieron en su casa en la madrugada. Los fiscales federales lo acusaron de enviar ilegalmente secretos comerciales a China —el diseño de un dispositivo superconductor— y lo amenazaron con 80 años de prisión.
Xi se defendió y ganó apoyo público. El Departamento de Justicia, reconociendo que no tenían evidencia, retiró los cargos. Pero el gobierno, señaló Xi, “violó mis derechos constitucionales”, espiando sus llamadas telefónicas y correos electrónicos sin orden judicial. Él presentó una demanda contra el FBI. Un tribunal federal rechazó su caso pero Xi está apelando.
En enero de 2021, Gang Chen, ingeniero mecánico del Instituto de Tecnología de Massachusetts, también fue arrestado delante de su familia cuando más de 10 agentes armados del FBI allanaron su casa. Lo amenazaron con 20 años de prisión bajo cargos de no haber informado sobre su asociación con programas educativos chinos cuando solicitó una beca federal. Ganó apoyo muy amplio, incluida una carta abierta de 200 colegas de la facultad que denunciaba el caso amañado y declaraba: “Todos somos Gang Chen”. Hasta recibió el respaldo del presidente del MIT, que pagó sus gastos legales. En enero pasado, el Departamento de Justicia retiró los cargos, reconociendo que no podía “cumplir con los requisitos necesarios de pruebas en un juicio”.