Encuentro internacional debate condiciones que encaran chinos de ultramar, conflicto entre Washington y Beijing

Por Martín Koppel
2 de enero de 2023
Inauguración de conferencia en San Francisco de la Sociedad Internacional para el Estudio de los Chinos de Ultramar, 11 de noviembre. Lok Siu, presidenta del comité organizador y catedrática de la Universidad de California en Berkeley, da bienvenida a participantes de muchos países.
Joyce XiInauguración de conferencia en San Francisco de la Sociedad Internacional para el Estudio de los Chinos de Ultramar, 11 de noviembre. Lok Siu, presidenta del comité organizador y catedrática de la Universidad de California en Berkeley, da bienvenida a participantes de muchos países.

SAN FRANCISCO — Las condiciones que enfrentan los chinos en Estados Unidos y todo el mundo, al lidiar con las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y los crecientes conflictos entre Washington y Beijing, fueron el tema de la conferencia de la Sociedad Internacional para el Estudio de los Chinos de Ultramar (ISSCO), celebrada aquí el 11 y 12 de noviembre.

Unas 150 personas asistieron a la conferencia, en su gran mayoría profesores y estudiantes universitarios especializados en la historia de la población china en los países donde residen. Llegaron de Estados Unidos, Canadá y otros países desde Japón, Taiwán y Filipinas hasta Chile, Francia y Sudáfrica.

Después de casi tres años de prohibiciones de viaje y confinamientos relacionados con la pandemia a nivel mundial, esta fue la primera conferencia internacional de ISSCO desde 2019. Para los miembros de ISSCO en China que no pudieron asistir al evento de San Francisco por las actuales restricciones de viaje, se organizó una conferencia paralela en la Universidad Jinan en Guangzhou, China, a la que asistieron 200 personas. Las cinco sesiones plenarias en San Francisco fueron transmitidas en vivo a Jinan.

Lok Siu, presidenta del comité organizador de la conferencia y directora del Centro de Investigaciones Asiático-americanas de la Universidad de California en Berkeley, dio la bienvenida a los conferencistas en el 30 aniversario de ISSCO.

“Nuestra conferencia de fundación se hizo aquí en San Francisco en 1992”, dijo Ling-chi Wang, profesor jubilado de la Universidad de California en Berkeley y dirigente veterano de ISSCO, en una “Mesa redonda de fundadores” durante el encuentro. “No era posible antes del final de la Guerra Fría y del Consenso de 1992 entre China y Taiwán”, explicó. Se refirió a un acuerdo entre esos dos gobiernos que por primera vez permitió intercambios a través del Estrecho de Taiwán.

Desde entonces, ISSCO ha realizado conferencias en países desde Singapur hasta Nueva Zelanda, Cuba, Panamá y Dinamarca.

Las sesiones plenarias y los talleres abordaron diversos temas referentes a los 40 millones de personas de ascendencia china que viven fuera de China. Los temas abarcaron desde la comunidad china en Filipinas bajo el dominio colonial español hasta los inmigrantes chinos en África hoy.

No al chivo expiatorio de asiáticos

Sin embargo, los hilos conductores que predominaron en las sesiones  fueron el uso de los chinos como chivos expiatorios por la pandemia de la COVID y el impacto del conflicto entre Washington y Beijing en los chinos residentes en Estados Unidos y otros países. Muchos oradores expresaron su preocupación y temor de que los chinos de ultramar son más y más objeto de ataques por parte de agencias de seguridad de gobiernos y de actos individuales de violencia, especialmente en Estados Unidos.

Estudiantes en Taiwán en 2015 protestan contra libros de texto que afirman que su país es parte de China. En evento de ISSCO, panelistas provocaron debate sobre intentos de Washington de mantener dominio del Pacífico y de Beijing de tomar control de Taiwán.
Reuters/Pichi ChuangEstudiantes en Taiwán en 2015 protestan contra libros de texto que afirman que su país es parte de China. En evento de ISSCO, panelistas provocaron debate sobre intentos de Washington de mantener dominio del Pacífico y de Beijing de tomar control de Taiwán.

Las sesiones y los talleres abordaron temas como “La pandemia y la violencia antiasiática en Estados Unidos”, “Sinofobia global en la era de COVID-19” y casos de discriminación contra los asiáticos en diversos países tales como Colombia y Sudáfrica.

El punto culminante del encuentro fue una sesión plenaria sobre “Uso de perfiles raciales y discriminación contra científicos e ingenieros chino-americanos”. Tres científicos —Sherry Chen, Xiaoxing Xi y Gang Chen— explicaron cómo combatieron acusaciones falsas del gobierno norteamericano de que habían espiado para el gobierno chino (ver artículo en esta página).

Sherry Chen, hidróloga del Servicio Meteorológico Nacional, describió cómo agentes del FBI la arrestaron en 2014 bajo cargos falsos de “espionaje económico”, que conllevaban 25 años de prisión, y cómo ganó su batalla contra el caso amañado.

Xiaoxing Xi, físico de la Universidad Temple, y Gang Chen, profesor de ingeniería del Instituto de Tecnología de Massachusetts, explicaron cómo agentes armados del FBI irrumpieron en sus casas y los arrestaron, a Xi en 2015 y a Chen en 2021, delante de sus familias aterrorizadas. Se defendieron, ganaron apoyo público y derrotaron los intentos del gobierno de fabricarles un caso. En ambos casos, al igual que con Sherry Chen, los fiscales federales al final retiraron todos los cargos, sin disculparse ni indemnizarlos por sus gastos judiciales y otros.

Jeremy Wu, fundador de la Asian Pacific American Justice Task Force, explicó que numerosos científicos chino-americanos han sido acusados de espionaje bajo las últimas tres administraciones. Sherry Chen y Xiaoxing Xi fueron arrestadas durante la administración Obama. La “Iniciativa China”, un programa de caza de brujas lanzado en 2018 por el Departamento de Justicia bajo la administración Trump, fue abandonado oficialmente en febrero ante las protestas de grupos asiático-americanos y pro libertades civiles, pero la administración Biden continúa persiguiendo casos similares.

Wu rindió homenaje a los tres científicos por su valentía. Su ejemplo muestra que “necesitamos alzarnos, pronunciarnos e involucrarnos”, dijo. “Los asiático-americanos solos no podemos ganar estas luchas. Tenemos que buscar aliados, especialmente entre las generaciones jóvenes”.

Durante el período de discusión, tomó la palabra Mary-Alice Waters, presidenta de la editorial Pathfinder. Waters es editora de Nuestra historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana, libro que ella ha presentado en numerosas conferencias de ISSCO. “Ustedes no están solos. Tienen aliados, especialmente entre la clase trabajadora”, dijo Waters. “No solo a los asiático-americanos les están violando hoy los derechos constitucionales”.

Señaló cómo el FBI fue transformado en una agencia de la policía política federal por orden ejecutiva del presidente Franklin Roosevelt en 1939, cuando Washington se preparaba para entrar en la segunda guerra mundial imperialista. El FBI fabricó cargos  y encarceló a dirigentes del Partido Socialista de los Trabajadores y del sindicato Teamsters de Minneapolis, que formaban un potente componente de los sindicatos industriales en ascenso que estaban ayudando a dirigir la oposición a los objetivos bélicos imperialistas de los gobernantes norteamericanos.

En el transcurso del evento, muchos conferencistas fueron a la mesa de Pathfinder para obtener libros sobre esta y otras cuestiones de política estadounidense y mundial, y para intercambiar con partidarios de Pathfinder.

Conflicto Washington-Beijing

La sesión final de la conferencia trató “Las relaciones cambiantes entre Estados Unidos y China y cómo impactan a los chinos en Estados Unidos y otros países”.

El trasfondo del debate eran los actuales intentos de los gobernantes imperialistas en Washington de mantener su dominio del Pacífico frente a la competencia de Beijing y su creciente alcance militar. El presidente Joseph Biden ha declarado que Washington responderá militarmente a cualquier agresión del régimen chino que pretenda poner fin a la independencia de Taiwán. Beijing tiene puestos armados fortificados en varias cadenas de islas del Pacífico reclamadas por otros gobiernos como Tokio, Hanoi y Manila. Ha tomado fuertes medidas represivas contra la oposición política en Hong Kong y contra la minoría uigur predominantemente musulmana en Xinjiang, en el oeste de China.

El panel rompió con el tono de un intercambio académico de ideas. Más bien, los panelistas insistieron en que Washington ya está muy avanzado en sus preparativos para lanzar una guerra contra Beijing. Argumentaron que la política exterior del gobierno chino se basa en una respuesta defensiva justificada frente a tales amenazas.

“China busca un mundo multilateral, pero Estados Unidos quiere un mundo unilateral. Eso lleva a conflictos”, dijo Don Tow, presidente de la Alianza de Nueva Jersey para Aprender y Conservar la Historia de la Segunda Guerra Mundial en Asia.

“El plan de Estados Unidos es provocar una guerra” contra Beijing, afirmó K.J. Noh, comentarista radical por Internet y miembro del grupo asesor de Amigos de China Socialista. En efecto, dijo, “Estados Unidos ya está en guerra contra China”. La razón es que “China respondió” al imperialismo norteamericano. “Taiwán es un títere de Estados Unidos. Su independencia sería una amenaza para China”, alegó.

Noh aseveró que las acusaciones de que Beijing comete represión contra el pueblo uigur son un invento —parte de una “guerra híbrida” de Washington— destinada a tergiversar el “programa de desarrollo” del gobierno chino en Xinjiang.

“No existe una nación o país llamado Taiwán. Es un lugar” y pertenece a la República Popular China, afirmó Gordon Chang, profesor de la Universidad de Stanford.

“La gente en Taiwán ha sido adoctrinada” para oponerse a estar bajo el dominio de Beijing, dijo George Koo, escritor de la publicación digital Asia Times. Koo se hizo eco de los que se oponen a la batalla del pueblo de Ucrania para defender su independencia nacional contra la invasión de Moscú. Argumentó que “Estados Unidos está empujando a Taiwán hacia un fuego cruzado con China, igual que empujó a Ucrania contra Rusia”.

Sin embargo, el tono y contenido beligerante de los panelistas no quedó sin respuesta. Los aplausos fueron disminuyendo a medida que transcurrió la sesión, indicando que muchos de los asistentes no aceptaban una buena parte de lo que se argumentaba.

“Yo no considero que Taiwán sea títere de Estados Unidos”, dijo un miembro del público al tomar la palabra durante la discusión. “Además, sabemos que el estado chino lleva a cabo vigilancia contra chinos de ultramar”.

“China nunca ha renunciado al uso de la fuerza contra Taiwán”, dijo Andy Wang, profesor de la Academia Sínica en Taipéi. “Emplear la fuerza sería un paso grande hacia la guerra”.

En conversaciones informales después de la sesión, Wang observó que hoy día la gran mayoría de la población en su Taiwán natal, especialmente entre las generaciones jóvenes, no quiere vivir bajo la bota de Beijing.

Al final del encuentro, muchos participantes dijeron que —tras una muy larga pausa de tres años— había sido una oportunidad muy valiosa para aprender e intercambiar con otros miembros de ISSCO de todas partes del mundo. Como lo expresó Ling-chi Wang en una carta enviada después a todos los participantes, las conferencias de ISSCO facilitan “encuentros con personas de diferentes países” y reflexiones interesantísimas que nos ayudan a “comprender el mundo”.