La administración de Joseph Biden se jacta de que sus políticas económicas, denominadas “Bidenomics”, lo llevarán a su reelección en 2024. Pero la realidad para decenas de millones de trabajadores es mayor incertidumbre sobre el futuro, y un agudo conflicto con la visión de color de rosa de los demócratas.
La gente ve el estado de la economía desde radicalmente divergentes realidades de clase: los gobernantes capitalistas y sus servidores de clase media alta se están enriqueciendo aún más y el pueblo trabajador vive de cheque a cheque.
La “desigualdad de ingresos” —una consecuencia inevitable de la explotación de los trabajadores por los patrones para maximizar sus ganancias— es mayor que nunca. Según la Reserva Federal, el 10% de los hogares más ricos posee ahora el 69% de toda la riqueza de Estados Unidos, mientras que el 50% por ciento de la parte inferior recibe un mísero 2.5%. El 1% más rico se adjudica el 31.4%.
“El porcentaje de norteamericanos que le dijo a la Reserva Federal que estaba peor en 2022 que el año anterior aumentó en un 75%”, informó el New York Times el 16 de noviembre. Este es “el nivel más alto desde que la Fed comenzó a hacer la pregunta en 2014”. Solo el 19% dice que está mejor ahora.
El artículo, “Por qué los votantes no se creen los alardes de Biden sobre Bidenomics”, de la columnista Karen Petrou, expresó las preocupaciones de los dueños y directores del Times, y otros partidarios fanáticos del Partido Demócrata que están cada vez más preocupados por Biden y las elecciones de 2024. Si el presidente no deja de pregonar la “prosperidad” en base a las estadísticas gubernamentales a expensas de lo que enfrenta el pueblo trabajador, dice Petrou, perderá las elecciones.
Entre los más afectados por la crisis capitalista se encuentran los trabajadores mayores que ya no están empleados. Según la Oficina del Censo, el 14.1% de los adultos mayores de 65 años viven en la pobreza. Eso es un aumento de aproximadamente el 50% en solo tres años, lo que significa que aproximadamente 8 millones de adultos mayores ahora viven en la pobreza.
Aunque el Índice de Precios al Consumidor disminuyó ligeramente a una tasa anual del 3.2% en octubre, los precios de alimentos, energía, vivienda y atención médica han aumentado constantemente en los últimos tres años, lo que dificulta cada vez más que los trabajadores puedan cubrir los gastos básicos.
Los precios de los comestibles aumentaron un 5% durante el último año, pero han subido un 20% desde enero de 2021. Los precios de la gasolina han subido un 43% en ese período.
La administración Biden ha estado celebrando el anuncio del Departamento de Comercio del 26 de octubre de que el producto interno bruto aumentó a una tasa anual del 4.9% en el tercer trimestre. Pero esto no pone comida en la mesa para más de dos tercios de los hogares.
Para millones de trabajadores y cada vez más para personas de la clase media está fuera de alcance poder formar y mantener una familia. Muchos adultos jóvenes de entre 20 y 30 años se ven obligados a vivir con sus padres, parientes u otras personas.
Los alquileres han subido un 22% y los precios de casas un 29% en los últimos tres años. Las tasas hipotecarias se han triplicado alcanzando el 8%, por lo que el comprador de una casa típica tiene un pago mensual del principal y de intereses de casi 2,200, dólares, más del doble del nivel a principios de 2021.
Sin empleo a tiempo completo
Y ahora los puestos de trabajo están empezando a desaparecer. La tasa oficial de desempleo de octubre subió al 3.9%, la más alta en casi dos años. Las listas de desempleados aumentaron en 1.86 millones la primera semana de noviembre, el nivel más alto en dos años. Hay 4.3 millones de trabajadores que quieren empleos a tiempo completo, pero solo pueden conseguir un trabajo a tiempo parcial. Otros 5.4 millones son contados por el gobierno como personas que desean un trabajo pero no son contados como parte de la fuerza laboral. Han abandonado buscar empleo.
Con precios más altos y presupuestos más ajustados, las ventas minoristas cayeron el mes pasado en Estados Unidos por primera vez desde marzo. La contratación para la temporada de fin de año está muy por debajo de años anteriores en las tiendas principales, incluidas Macy’s y Dick’s Sporting Goods.
La producción fabril disminuyó un 1.7% de año a año en octubre.
Biden afirma que sus políticas benefician a todos los norteamericanos. Pero como cualquier nación capitalista, Estados Unidos está dividido en dos clases principales, marcadamente hostiles. Lo que ellos llaman “la economía” se basa en la explotación cada vez más brutal de la inmensa mayoría por unos cuantos propietarios. Los dos principales partidos de los patrones sirven a los intereses de la clase poseedora, y están en contra de los de los trabajadores y los de nuestros sindicatos.
Una encuesta reciente del New York Times-Siena College informó que el 59% de los votantes en seis estados decisivos (Nevada, Georgia, Arizona, Michigan, Pensilvania y Wisconsin) confían más en la capacidad de Donald Trump de administrar la economía que en la de Biden, independientemente de por quién votarán. De hecho, Trump ocupa el primer lugar en todas las categorías de personas encuestadas, por edad, educación y niveles de ingresos.
Los únicos candidatos para el 2024 que ofrecen un rumbo político independiente de los patrones son los del Partido Socialista de los Trabajadores. Parten de las capacidades de los trabajadores para luchar por protecciones contra la crisis actual, para promover nuestros intereses de clase en todas las cuestiones políticas y para dirigir a millones de personas a reemplazar el dominio capitalista con el poder obrero.