La oposición a Hamás en los países musulmanes es más amplia de lo que se presenta en la prensa burguesa liberal. Han habido manifestaciones de apoyo a Hamás en Egipto, Marruecos y otros lugares, pero no se ha materializado una explosión de protestas contra Israel en los países árabes.
Eso es también cierto en Irán. El día del sangriento ataque el 7 de octubre, la agencia de noticias Tasnim del régimen iraní publicó una vil caricatura antisemita celebrando la masacre de judíos. Mostraba una lluvia de misiles cayendo en Israel, con caricaturas de judíos tratando de escapar la carnicería echándose al mar. ¿Puede alguien dudar seriamente de que el único propósito de la operación Irán-Hamás es matar a los judíos o expulsarlos al mar?
Desde el 7 de octubre, el régimen contrarrevolucionario de Irán ha organizado varias manifestaciones en apoyo a Hamás. Pero éstas han atraído poca participación del pueblo trabajador. Los participantes en su mayoría provenían de las filas de los cuerpos represivos de Teherán, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y sus matones Basij.
El pueblo trabajador en Irán sabe que Hamás y el Hezbolá en Líbano son tan antiobreros como el régimen de Teherán, al que desprecian cada vez más. En los partidos de fútbol, los aficionados han abucheado cuando partidarios del régimen han izado banderas palestinas o han tratado de imponer un minuto de silencio “por Gaza”.