Decenas de miles de manifestantes protestaron por toda Georgia después de que el gobernante partido Sueño Georgiano pro-Moscú anunció el 28 de noviembre sus planes de posponer conversaciones sobre la adhesión a la Unión Europea hasta al menos 2028. Sin dejarse intimidar por la represión policial, los manifestantes han salido a las calles diariamente en Tbilisi, la capital del país, y en decenas de otras ciudades.
Más de 300 manifestantes han sido detenidos y más de 100 personas fueron heridas cuando la policía antidisturbios utilizó cañones de agua y gases lacrimógenos contra la multitud, y golpeó a muchos de los manifestantes. La policía allanó las oficinas de varios partidos de la oposición, y en un video se les ve arrastrando al líder de la Coalición por el Cambio a una patrulla.
“Los primeros días fueron los más duros, cada uno estaba allí como individuo, ahora estamos más organizados”, dijo Ruso, un manifestante, al Militante en una entrevista telefónica el 9 de diciembre. “Si nos atacan, nos vamos a otra calle, pero a menudo hay matones organizados por el gobierno esperando en coches. No muestran ningún remordimiento y son mucho peores que los equipos SWAT. También centran atención en los medios de comunicación, tratando de destruir cualquier prueba, cualquier foto”.
Lazare Maglakelidze describió al New York Times como fue secuestrado por hombres con uniformes negros sin identificación, arrastrado a una furgoneta y golpeado. Dijo que no se daría por vencido e hizo comparaciones entre las protestas en Georgia y el levantamiento del Maidán de 2014 en Ucrania. “Ucrania es donde vemos a la gente luchando por su dignidad, dedicando sus vidas a los conceptos más elevados que cualquiera pueda imaginar”, dijo.
Los manifestantes han respondido a la represión con más marchas. Llevaban carteles que decían: “Exigimos elecciones libres y justas” y “Libertad para todos los detenidos injustamente”.
Los manifestantes exigen que se repitan las elecciones de octubre, que según ellos fueron amañadas. El gobierno de Sueño Georgiano, que lleva 12 años en el poder, fue formado y financiado por Bidzina Ivanishvili, un capitalista multimillonario con intereses bancarios y siderúrgicos en Rusia. “No necesitábamos oír los resultados de las elecciones para saber cuáles serían”, dijo Ruso al Militante. “La gente podía ver por quién votabas. Las personas con empleos gubernamentales —maestros, conductores de autobús— arriesgarían sus puestos si votaban de forma equivocada.
“Y Sueño Georgiano nos instó a no crear otra Ucrania, usando un cartel que mostraba edificios bombardeados allí. Los vecinos decían: ‘Espero que hayan votado por la paz’”, dijo.
El primer ministro Irakli Kobakhidze ha prometido “erradicar” lo que él llama la oposición “liberal-fascista”, haciendo eco del lenguaje utilizado por el régimen de Vladímir Putin en Moscú para atacar a sus opositores. Acusó a los manifestantes de organizar una repetición de la revolución del Maidán que derrocó al presidente prorruso Viktor Yanukovych en Ucrania.
No hay retirada
Las protestas ocurren tras el aumento de las tensiones en los últimos meses. Las manifestaciones de decenas de miles de personas a principios de 2023, forzaron al gobierno a desistir inicialmente en la imposición de otra ley rusa: un estatuto sobre “agentes extranjeros” que limitaría los derechos políticos y la libertad de prensa. En abril de 2024, unas 20 mil personas, principalmente jóvenes, protestaron en Tbilisi. El parlamento aprobó el proyecto de ley en mayo.
Muchas personas ven las protestas actuales como un momento importante en la larga lucha de Georgia por su independencia. Después de fomentar grupos separatistas pro-Moscú a principios de los años 90 en las regiones de Abjasia y Osetia del Sur, Moscú invadió Georgia en 2008 y tomó control de las dos áreas.
Georgia fue anexada originalmente por el reaccionario régimen zarista de Rusia en 1801 y sólo obtuvo su libertad tras la Revolución Rusa liderada por los bolcheviques en 1917. Ese gobierno de trabajadores y agricultores liberó a los georgianos y a otros pueblos oprimidos de la bota zarista, garantizándoles su derecho a la autodeterminación. Esta conquista fue revertida por la contrarrevolución en Rusia liderada por José Stalin.
Georgia, un país de 3.7 millones de habitantes, declaró su independencia de nuevo en 1991 cuando se derrumbó el régimen estalinista. Existe una amplia oposición en Georgia a la invasión de Ucrania por Moscú.
“Hay protestas en otras ciudades, incluso en ciudades pequeñas y algunos pueblos”, dijo Ruso. “Esto es algo inaudito aquí en Georgia”.