Fragmento de resolución adoptada por el PST en diciembre 2022, “Ya superamos el punto más bajo de la resistencia del pueblo trabajador”.
Ni las zonas de no proliferación, ni los tratados de limitación de armas, ni los pactos entre potencias imperialistas y otros regímenes con armas nucleares podrán contribuir a la lucha para detener la propagación global y el uso eventual de estas armas. Ni tampoco los llamamientos al desarme nuclear unilateral de Washington y otros gobiernos. Ninguna clase dominante capitalista va a desarmarse y arriesgar su propia riqueza y poder mientras sus rivales y enemigos permanezcan armados hasta los dientes con ojivas nucleares.
“¿Desarme?”, plantea nuestra resolución de fundación de 1938, el Programa de Transición, redactado por León Trotsky. “Pero todo el problema gira en torno a quién desarmará a quién. El único desarme que puede evitar o acabar con la guerra es el desarme de la burguesía por los trabajadores”. Esta es una verdad aún mayor, no menor, con el advenimiento de las armas nucleares.
En el trabajo que organizamos los comunistas y otros trabajadores con conciencia de clase para impulsar una lucha revolucionaria por el poder obrero en Estados Unidos, nuestra guía sobre estas cuestiones políticas y programáticas, al igual que con muchas otras, es el Programa de Transición, incluida la sección “La lucha contra el imperialismo y la guerra”.
“Ni un hombre ni un centavo” para el gobierno imperialista, su presupuesto y su maquinaria de guerra, plantea nuestro programa, resumiendo uno de los aspectos centrales de nuestra continuidad internacionalista proletaria desde los bolcheviques bajo Lenin hasta el presente.
Como escribió Lenin en el artículo “La consigna del ‘desarme’” en 1916: “Solo después de haber desarmado a la burguesía podrá el proletariado, sin traicionar su misión histórica mundial, arrojar al basurero todas las armas”. Todo, para nosotros, significa las armas tanto convencionales como nucleares.