En desafío de los severos confinamientos del gobierno chino para mantener su política de cero COVID, los cuales han confinado a millones en sus casas y dejado a muchos con hambre, estallaron manifestaciones en el país el 26 y 27 de noviembre. Esto tuvo lugar tras protestas en Urumqi, la capital de la provincia de Xinjiang, el día anterior. Después de meses de cierres del régimen allí, el incendio de un edificio de apartamentos enfureció a los residentes por las restricciones que impidieron que los socorristas salvaran la vida de 10 personas.
Esto tiene lugar después de que miles de trabajadores de la fábrica de iPhone más grande del mundo en Zhengzhou protestaron el 22 de noviembre por mejores salarios, contra condiciones de trabajo inseguras y un cierre allí que confinó a los trabajadores en la planta.
Miles se unieron a acciones en Shanghái y Beijing (arriba), acompañados por cientos de estudiantes universitarios. Una consigna en Shanghái fue “¡Desbloquear Xinjiang, desbloquear China!” En varias protestas, las consignas incluían: “¡Xi Jinping, renuncia! ¡Partido Comunista, abajo!” Este es un desafío sin precedentes a los controles sociales del régimen capitalista del presidente Xi. Algunos sostenían papeles u hojas en blanco con solo un signo de exclamación dentro de un círculo rojo, el símbolo que usan los censores estatales para prohibir las publicaciones en el Internet.
La policía y matones de la empresa golpearon y detuvieron a varios trabajadores en la planta de iPhone. Administrada por Foxconn Technology Group, con sede en Taiwán, la planta emplea a más de 200,000 trabajadores y produce la mayoría de los iPhone 14 de Apple. Bajo la política de cero COVID del gobierno, Foxconn obligó a los trabajadores a vivir en las instalaciones de la fábrica sin contacto con el exterior.
En un esfuerzo por reclutar trabajadores para reemplazar a los miles que renunciaron en octubre, Foxconn prometió pagar 25,000 yuanes (3,500 dólares) por el trabajo de los dos primeros meses de los nuevos empleados. Pero la empresa renegó. “Vinieron trabajadores de todas partes del país, solo para descubrir que los estaban tomado por tontos”, dijo Li Sanshan, uno de los recién contratados, a The Associated Press. Los patrones declararon el 24 de noviembre que la promesa de salarios altos inmediatos se debió a “un error técnico” en su sistema informático. Ofreció pagar hasta 10,000 yuanes si los trabajadores descontentos renunciaban y se iban a casa. Miles lo hicieron.